Los socios de Enrique Riquelme, entre el glamur de Starlite y el caos de Abengoa

Con 34 años, Enrique Riquelme se ha convertido en el centro de atención del mundo corporativo español. Ha resultado vencedor de la subasta por Abengoa, la gran ingeniería española, en quiebra por un crecimiento desmedido a base de deuda durante la etapa de los Benjumea. Un proceso por el que habían pujado varios de los fondos especialistas en reestructuraciones con más colmillo de España, sorprendidos en la misma proporción que escocidos por ver que un jovenzuelo alicantino les ha mojado la oreja con unos arrestos indudables.

La pregunta que los ahora perdedores se han hecho es cómo es posible que Riquelme, el propietario de Cox, una pequeña empresa de energías renovables, con más declaraciones de intenciones que hechos en la mochila, les haya pasado por la derecha. ¿Quién ha estado detrás de este inversor de 34 años? ¿Quién le financia la operación? ¿Quién le ha ayudado a tocar los hilos políticos para hacerse con una empresa que fue objeto de confrontación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Junta de Andalucía de Juanma Moreno Bonilla? Han sido algunas de las cuestiones que se han hecho la mayoría de los que se han quedado a las puertas.

Como es oficial, Riquelme ha contado con el asesoramiento financiero de Arcano Partners y el legal del bufete Medina Cuadros, dos bazas muy relevantes para estructurar la oferta ganadora, dada la complejidad de la quiebra de Abengoa, con decenas de filiales en el exterior y 9.000 empleados repartidos por varios continentes. Pero el joven inversor ha tenido también el apoyo de otras personas en la sombra, que han ejercido una labor relevante a la hora de transmitir que esta vez no iba de farol, que esto no era aquel anuncio de cara a la galería, para darse a conocer, de que le iba a pelear la presidencia del Real Madrid a Florentino Pérez.

Entre su equipo de confianza se encuentra Ignacio Maluquer, dueño, junto a su mujer Sandra García-Sanjuan, de Starlite, la empresa que organiza en Marbella uno de los festivales de música y ocio más relevantes del verano español. En la mina a cielo abierto de Navajún han actuado Juan Magán, Iggy Pop, Norah Jones, DJ Nano, Rob Steward, Sebastián Yatra, C Tangana, Maluma, Sara Baras, David Bisbal o Raphael. Y por sus palcos vip desfilan personajes como Antonio Banderas, Richard Gere, William Levy, Ainhoa Arteta, Carmen Lomana, Sergio Escariolo, Simeone y hasta Victoria Federica.

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Enrique, que es accionista minoritario de la sociedad que exprime el verano marbellí de Starlite, es íntimo amigo de Maluquer, ingeniero de profesión, que cuenta con una gran agenda de contactos gracias a los numerosos compromisos que atiende para asistir al festival. De hecho, el empresario catalán le ayudó a Riquelme a sacar a bolsa Cox América, la filial latinoamericana del Grupo Cox, con una llamada a Carlos Slim, el hombre más rico de México y una de las grandes fortunas mundiales. Slim, que alguna vez se ha pasado por el festival, puso todo lo necesario a través de su bróker Inbursa para que la compañía del empresario alicantino consiguiese debutar en el mercado de valores mexicano.

Según algunas fuentes, Maluquer se movió con discreción entre las fuerzas vivas del Gobierno y del PP para convencer a las autoridades de que la oferta de Riquelme iba muy en serio y defenderse de las críticas de sus competidores, que tildaban toda la operación de un bluf, como la candidatura a presidir el Real Madrid. El ingeniero le abrió las puertas de varios ministerios, preocupados por el futuro de una empresa que ni Economía, a través de la SEPI, ni la Junta de Andalucía, mediante la concesión de avales, se atrevieron a rescatar el pasado año por las profundas dudas sobre su viabilidad.

Maluquer se movió con discreción entre las fuerzas vivas del Gobierno y del PP

En un año electoral, lo último que quería el PSOE eran manifestaciones en la calle o encierros en sede oficial de unos empleados que han vivido constantemente con el miedo a no cobrar las nóminas, como ocurrió a principios de este año, asunto que Riquelme resolvió poniendo algo más de dos millones de su bolsillo. Pese a este compromiso, ni Calviño ni Montero querían facilitar la operación sin tenerlas todas consigo ante el aterrizaje de un jovenzuelo con pretensiones de Ibex 35.

Además de Maluquer, Riquelme cuenta con la ayuda de Daniel Romero-Abreu, dueño de Thinking Heads, una empresa de comunicación y posicionamiento estratégico para líderes políticos y empresariales. El empresario gaditano, accionista minoritario de Prisa, es uno de los mayores expertos en asuntos de prestigio y reputación, virtudes muy necesarias para lidiar un toro como el de Abengoa, muy sensible dado su origen y las dudas sobre su futuro.

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No obstante, otras fuentes indican que Riquelme necesitará más equipo para digerir un cacharro de tal envergadura. Necesitará instalarse por un tiempo prolongado en Sevilla y entrar a quirófano a operar para cortar lo que no es posible recuperar de Abengoa. En el mercado se duda de que el alicantino, muy proclive a tener muchos frentes abiertos, tenga las habilidades de cirujano que exige el caos de la empresa sevillana, cuyo comité de dirección, compuesto por más de 15 personas, está liderado por Pablo Infante y Álvaro Polo, responsable de recursos humanos convertido por necesidad en director de desarrollo corporativo.

Algunas fuentes aseguran que Riquelme se ha puesto en contacto con Miguel Zorita, un veterano curtido en mil batallas corporativas, experto en reestructuraciones, que ha sido el principal rival del dueño de Cox por hacerse con Abengoa. Pese a que ambos han sido enemigos en el proceso, la cordialidad ha reinado entre ambos, hasta el punto de que el ganador le llamó inmediatamente con total fair play para decirle que le gustaría contar con su ayuda. Le va a hacer falta. Puerta grande o enfermería.