Terruño y glutamato, la fórmula secreta para vender lo mismo a toda España

Terruño y glutamato. Es la fórmula que ha ideado una empresa de Granada para vender bolsas de pipas en toda España, aprovechando el tirón del regionalismo y las ganas de consumir productos de cercanía. En Madrid se llaman Chulapas, en Aragón se llaman Mañicas, en Mérida se llaman Extremeñas, en Albacete se llaman Manchegas... Y así por casi toda la geografía española, incluidas algunas de sus islas.

En realidad, lo único que es de la tierra es el marketing y los distribuidores locales, ya que el contenido de las bolsas es el mismo en todos los terruños. Incluso el embalaje es el mismo: solo cambian el nombre del producto y el texto promocional, adaptado a cada región con su propio ripio.

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Dice la bolsa de las Chulapas que:

Madrid sabe a verbena
a cocidito madrileño
y a barquillo de canela.
A taberna y calamares
a clavel en la solapa
y ahora también sabe a Chulapas.

La de las Extremeñas:

A ibérico, migas y perrunillas
tienen olor tus dehesas,
vestidas con mil encinas
verdes, blancas y negras.

Jacha, jigo y jiguera
qué bien me sabe esta tierra.
¡Acho! Cucha no te las pierdas,
ahora tus pipas son…
Extremeñas.

La de las Asturianas:

De sidrina, carbón y mar
ye el perfume de la mi mozuca,
que tiene una gaita por corazón
y los ojos más verdes que viste nunca.
Ye por las lágrimas del Nalón
que se resbalan mojando su cara,
las mismas que aquí guardo yo
en esta bolsina de mis Asturianas.

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La de las Canarionas:

De sol, mar, fuego y lava
está hecho el paraíso
de arenas negras y blancas
y gran corazón amarillo.

Roque Nublo, alma canaria
de Las Palmas a Maspalomas
siente el sabor de esta isla
en tus pipas Canarionas.

La de las Murcianicas:

En la huerta del Segura
me crie siendo un zagal
que si a tu vera no estoy
echo en falta tu campo y tu mar,
esa caña y marinera
en la plaza de las flores,
un pulpico con limón,
michirones, mojama y hueva.
Menos mal que siempre tengo
en esta bolsa huertanica
siempre a punto, siempre listas,
mis Piparajotas Murcianicas.

Las pipas, en definitiva, son de donde quieren y, recurriendo a estereotipos, saben a lo que sabe cualquier provincia de España. Hay intención manifiesta en hacerlas pasar por un producto de la tierra, hasta el punto de que las diferentes marcas han protagonizado informaciones en medios locales (como esta) en que se reivindica el origen. Sin embargo, la procedencia real de las semillas se esconde en la web y los envases. Hay que bucear en los avisos legales para entender que detrás de todas las marcas se oculta un mismo fabricante: Tostaderos Sol de Alba SL, una sociedad con sede en Granada y controlada por el holding de la familia Barragán Espinar.

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La compañía no va mal. Ingresó 16,5 millones de euros en 2021, el último ejercicio presentado, y empleó a unos 85 trabajadores. A falta de conocer los resultados de 2022, su facturación se incrementó casi un 17% en comparación con los 14,1 millones que registró en 2020. En cuanto al beneficio neto, ascendió a 190.290 euros en 2021, frente a los 170.854 de 2020, es decir, se incrementó en un 11% interanual. Según los registros, la línea de pipas regionales se ha montado en los últimos cinco años.

El rastro de la empresa que fabrica las pipas solo aparece explícitamente en los paquetes y la web de las Granaínas, porque en este caso sí coincide con su ciudad de origen. Tampoco se oculta en otros productos de la compañía, como las pipas Dakota, el maíz crujiente X Korn y diferentes mixes de frutos secos y snacks. El logotipo de Tostaderos Sol de Alba está impreso en algunos de estos envoltorios, pero nunca en las bolsas de las que intentan hacerse pasar por productos de la tierra.

Lo que hay dentro de las bolsas tampoco tiene nada que ver con el terruño. Y la receta es la misma en todas las versiones. En la salada, por ejemplo, llevan: semillas de girasol, sal, potenciador del sabor E-621, maltodextrina y fécula de patata. El E-621 es la referencia técnica del famoso glutamato monosódico, un potenciador de sabor muy utilizado en la gastronomía asiática, y especialmente usado en los restaurantes chinos. Sobre la procedencia de las propias pipas, la propia web de Tostaderos del Alba reconoce seleccionar "cuidadosamente los mejores proveedores mundiales" para elaborar el producto. Las operaciones de compra en el extranjero son tan importantes para la compañía que incluso obtiene financiación bancaria para ejecutarlas.

¿Reinhardt?

El Confidencial ha intentado ponerse en contacto con los fabricantes llamando repetidamente a todos los teléfonos que aparecen en registros oficiales, incluidos los distribuidores, y enviando más de una docena de e-mails. Como única respuesta, la empresa remitió por e-mail una misteriosa palabra ("Reinhardt"), que coincide con este personaje, procedente de un videojuego.

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Tostaderos Sol de Alba SL hunde sus raíces en Almacenes Barragán Espinar SL, una empresa dedicada a distribuir golosinas, confitería, frutos secos y productos de aperitivo que fue fundada en 1969 por José Barragán Rabaneda y Angustias Espinar Ramos. La pareja decidió ampliar el negocio y convertirse en fabricantes de sus propios productos, para lo que en 1978 constituyeron Tostaderos Sol de Alba SL. Actualmente, son sus hijos Juan Carlos y José Antonio quienes aparecen como administradores de la sociedad.

Han pasado 45 años desde su fundación y el negocio no ha parado de crecer, rompiendo incluso las fronteras internacionales. Marruecos fue el primer país extranjero en el que comercializó sus snacks, pero ahora también exporta al territorio europeo y al continente americano. De hecho, desde 2012 cuenta con una oficina comercial en México.

Hunde sus raíces en Almacenes Barragán Espinar, una empresa dedicada a distribuir golosinas, confitería y frutos secos

España es uno de los principales consumidores de pipas de girasol en todo el mundo y también uno de los principales importadores. Entre todas las empresas del sector snacks, importaron 510.448 toneladas de pipas desde enero a noviembre de 2022, según los últimos datos de comercio exterior actualizados por la Agencia Tributaria. La vecina Francia fue el país que aportó una mayor cantidad, con un total de 209.233 toneladas, seguida de Rumanía y Bulgaria, con 98.479 y 64.444 toneladas, respectivamente. En cuarta posición se encuentra Ucrania, que a pesar de haber sufrido este año la invasión por parte de Rusia, envió a nuestro país 57.282 toneladas de pipas. En términos monetarios, España realizó operaciones de importación valoradas en unos 436 millones de euros.