Cinco candidatos para salvar Abengoa y ninguno de los favoritos de Industria

Después de remangarse en el rescate de la galletera Siro, la ministra Reyes Maroto ha enfocado sus esfuerzos en salvar los restos productivos y empleos de Abengoa (asignados en Abenewco). La operación ha entrado en su recta final, con cinco ofertas encima de la mesa de EY, responsable de la administración concursal del grupo de ingeniería sevillano, aunque las credenciales de los interesados distan mucho de los nombres que ha manejado el Ministerio de Industria en varias fases del proceso.

Bajo el mandato institucional de “salvar lo que se pueda salvar”, apoyado este verano por Gobierno y Junta de Andalucía, el consejo de administración de Abenewco resolverá antes del próximo 30 de octubre cuál es la mejor oferta. La elección pivotará entre las españolas Técnicas Reunidas y Urbas, y los fondos oportunistas Sinclair, Terramar y Ultramar, que ya habían participado en el proceso cuando el salvamento estaba vinculado a las ayudas de la SEPI y a la línea de avales de Cesce.

La integración con Técnicas Reunidas permitiría "preservar y potenciar el conocimiento y las referencias de Abengoa"

Según fuentes del mercado, la integración con Técnicas Reunidas permitiría “preservar y potenciar el conocimiento y las referencias de Abengoa, especialmente las patentes de termosolar”. Sin embargo, el hecho de que la ingeniería de la familia Lladó, en una delicada situación financiera, haya recibido ayudas de la SEPI le inhabilita para realizar adquisiciones (superiores a un 10% en compañías del mismo sector o vinculados) mientras no haya devuelto el 75% del dinero público recibido.

El segundo candidato español es el grupo Urbas (infraestructuras, inmobiliario y renovables), también cotizado, que hace menos de un año integró a la ingeniería extremeña Joca. En los últimos meses, la compañía dirigida por Juan Antonio Acedo ha ido absorbiendo (con ‘papelitos’) empresas de diferentes sectores, mientras su núcleo duro accionarial afronta un proceso judicial en la Audiencia Nacional, tras una actuación de la Fiscalía Anticorrupción por un presunto delito de estafa.

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También siguen detrás de Abenewco varios fondos de inversión que ya intentaron quedarse la firma sevillana a principios de año, cuando se resolvió la posible ayuda de la SEPI. La falta de apoyo público hizo que el fondo Terramar renunciara a la operación, ya que condicionaba la aportación de 200 millones a la contraparte estatal. Unas condiciones similares llegaron también del fondo Sinclair, de la mano del equipo gestor, aunque con avales bancarios para los 300 millones que otros exigían al Estado.

Tampoco es muy diferente el dinero de Ultramar. Todos los fondos que se han interesado en el proceso son inversores especializados en situaciones concursales, préstamos de último recurso y liquidación de activos, por lo que atesoran pocas credenciales en la gestión de negocios como los que hay dentro del perímetro de Abenewco. Por todo ello, tanto en la Junta como en Industria son conscientes de que el esfuerzo por salvar Abengoa debe ir más allá de superar la declaración de concurso actual.

El equipo de Maroto está en un callejón sin salida. Desde el principio, tuvo claro que existen pocos voluntarios entre el empresariado español para el rescate, una vez que la multinacional Gestamp ya renunció a ser el caballero blanco en 2015. Y menos después de que la SEPI decidiera no aportar dinero público en esta última ocasión. En otros tiempos, Técnicas Reunidas habría sido el compañero ideal, pero el destino de Abenewco pasa por el susto de los verdaderos fondos buitre o nada.