De Guindos observa ya un enfriamiento inmobiliario por el frenazo económico

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ve ya un frenazo inmobiliario a nivel europeo. Así lo ha señalado en un acto interno de Banco Sabadell: "Como consecuencia de las subidas de tipos, había algunos segmentos en los que observábamos sobrevaloraciones y en los que ha empezado ya un enfriamiento de precios".

El exministro de Economía ha dejado entrever que el BCE se pronunciará sobre el impuesto a la banca consulte o no el Ejecutivo español. "Estamos analizando sus características", pero todavía "no me consta" que haya habido una consulta oficial.

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Para Guindos es clave que este tributo no impacte en "los costes de financiación ni a la solvencia", es decir, que no encarezca el crédito ni impacte en el capital de las entidades financieras.

Además, el vicepresidente del BCE ha dado a entender que no está de acuerdo con que las subidas de tipos generen un beneficio extraordinario a los bancos: "La rentabilidad del sector era muy baja antes de la pandemia, ahora, con la subida de tipos, va a mejorar; pero no nos podemos dejar cegar por efectos a corto plazo", ya que también van a subir el coste del pasivo, las provisiones y las perspectivas económicas.

Ayudas a vulnerables

Respecto a la política de tipos del BCE y las perspectivas a medio plazo, Guindos ha señalado que se irán tomando las decisiones "reunión del consejo de gobierno a reunión del consejo de gobierno", y que la "desaceleración económica" no va a controlar la inflación por sí sola. Las previsiones del banco central son que la inflación acabe este año en el 9%, baje al 5,5% en 2023 y se sitúe cerca del 2%, pero por encima, el año siguiente.

Junto a la necesidad de contener la inflación, para el antiguo ministro de Economía, la clave está en que los gobiernos usen una "política fiscal selectiva" para ayudar a los hogares y empresas más vulnerables. Guindos aclara que las ayudas no pueden tener la misma envergadura que las de la pandemia, porque los déficits públicos y la deuda están disparados frente a hace dos años. "Esto no puede ser un 'whatever it takes' fiscal", afirma.