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Piensa en verde: ¿es posible una pyme sostenible y rentable?
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Piensa en verde: ¿es posible una pyme sostenible y rentable?

Actualmente la sostenibilidad es un criterio necesario para hacer negocios. Souji es un ejemplo del denominado emprendimiento con conciencia al usar el aceite de cocina usado para obtener jabón

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La empresa ya no solo es una célula económica, tal y como marca la teoría clásica. Es una institución social que tiene en sus manos revertir las cifras de las emisiones de CO2 o de los plásticos acumulados en la naturaleza, de la desigualdad y el resto de Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU para mejorar la calidad de vida del planeta. La sostenibilidad como la conocemos hoy, un concepto de apenas 30 años (la primera vez que se trató fue en 1987 en el Informe Brundtland) se presenta ahora como condición necesaria y oportunidad de cambio hacia una nueva forma de hacer negocios, ya sea mediante la actividad productiva principal de las compañías o de forma indirecta, por ejemplo, con sedes sostenibles o inversión en medioambiente.

De hecho, la misma Unión Europea en sus fondos de rescate Next GenerationEU impone la condicionalidad de que los proyectos que soliciten estas ayudas estén relacionados con la transición ecológica, la digitalización, mejora de la cohesión social y territorial o la igualdad. Pero hay más: la empresa del futuro (y ya del presente) será socialmente responsable o no será. Ya no vale con cumplir las obligaciones jurídicas, fiscales y laborales, también debe aumentar la inversión en capital humano, el entorno y las relaciones con sus distintos interlocutores. Todo ello, además, contribuye a crear un ecosistema donde se fomente la competitividad y crecimiento económico, así como la protección del medioambiente.

Según la Fundación Entorno, no es suficiente con lograr un equilibrio entre lo económico, lo social y lo ambiental, sino que el tejido empresarial debe cambiar su modelo de desarrollo pensando tanto en el largo plazo como en los actores que forman parte de él. Esto es lo que se conoce como Responsabilidad Social Corporativa (RSC), una forma de dirigir gestionando los impactos que su actividad produce sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales y el entorno. De tal modo que hacer negocios ya no consiste únicamente en tener beneficios económicos, sino también en reflexionar sobre qué aporta su actividad al conjunto de la sociedad.

¿Es posible ser una empresa verde y rentable?

Catalina Trujillo es cofundadora y CMO de Souji, una fórmula que usa el aceite sobrante de la cocina para obtener jabón en un minuto. Una mezcla similar a la que se elaboraba antiguamente en los pueblos, pero de manera sostenible, tanto en materias primas como en el 'packaging' y el proceso de preparación. Y que pueda utilizarse como jabón multiusos, friegasuelos, detergente o lavavajillas.

"Mi socio (y pareja) y yo cada vez que cocinábamos, sentíamos la necesidad imperiosa de reciclar ese aceite que sobraba. Evidentemente, somos una
empresa y no una ONG, por lo que desde un principio sí miramos hacia el futuro, pero no basamos ninguna de nuestras decisiones en la rentabilidad económica. Empezamos por un proceso de investigación de tres años para dar con la fórmula final, cuando no teníamos en absoluto garantías de que aquello fuera a funcionar".

placeholder Souji, una fórmula que usa el aceite sobrante de la cocina para obtener jabón en un minuto. (Cortesía)
Souji, una fórmula que usa el aceite sobrante de la cocina para obtener jabón en un minuto. (Cortesía)

La pasión y motivación por impulsar un proyecto con un impacto medioambiental positivo pudo más que la incertidumbre, también a la hora de escoger materias primas, proveedores o un envase biodegradable de un precio elevado, "en vez de optar por una botella de plástico que nos costaría 0,2 céntimos". Tres años después de la comercialización del compuesto para hacer jabones en casa, Catalina explica que "todo lo que ha entrado ha sido reinvertido para poder seguir investigando en sostenibilidad o novedades como la que estamos preparando, destinada a la restauración".

Una innovación que podría suponer el gran salto para estos emprendedores de 35 y 42 años, respectivamente, que han tenido a este "hijo" solos en cuanto a financiación, no así en asesoramiento. "Yo soy licenciada en Marketing y Gestión comercial por ESIC; allí lo aprendes todo acerca del emprendimiento, los profesores acumulan la experiencia del mundo empresarial y una vez terminas los estudios te dan todo el apoyo que necesitas, sobre todo en cuanto a 'networking' y mentoría".

El método de ESIC Business & Marketing School pone el foco en la sostenibilidad y la digitalización para emprender, de acuerdo con su 'leitmotiv' principal de crear profesionales para un mundo mejor, potenciando el desarrollo de sus' soft skills': el trabajo en equipo, la responsabilidad o la adaptación a los nuevos retos de hoy en día, así como la emergencia climática. "Mi consejo para quien quiera emprender es que piense en verde, en hacer algo bueno para empleados, clientes y entorno y que se lance sin miedo a ello. Hacer realidad algo en lo que crees es lo más gratificante del mundo", concluye Catalina.

*El Confidencial y ESIC presentan 'Repensando el futuro', una serie de artículos donde se abordarán los desafíos a los que se enfrentan la educación y formación de los futuros profesionales en un contexto laboral en constante cambio. Si quieres saber más sobre su nuevo campus y programas formativos, pincha aquí.

La empresa ya no solo es una célula económica, tal y como marca la teoría clásica. Es una institución social que tiene en sus manos revertir las cifras de las emisiones de CO2 o de los plásticos acumulados en la naturaleza, de la desigualdad y el resto de Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU para mejorar la calidad de vida del planeta. La sostenibilidad como la conocemos hoy, un concepto de apenas 30 años (la primera vez que se trató fue en 1987 en el Informe Brundtland) se presenta ahora como condición necesaria y oportunidad de cambio hacia una nueva forma de hacer negocios, ya sea mediante la actividad productiva principal de las compañías o de forma indirecta, por ejemplo, con sedes sostenibles o inversión en medioambiente.

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