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Despídase de su cajero: la escabechina de oficinas bancarias llega a las ciudades
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SEGUNDO PAÍS CON MÁS SUCURSALES

Despídase de su cajero: la escabechina de oficinas bancarias llega a las ciudades

Desde 2008, han desaparecido el 51% de oficinas bancarias en España, con un pico del 64% en Cataluña. La sangría continuará y el usuario que no maneje internet lo pasará mal

Foto: Una persona realiza una gestión en el cajero de un banco. (EFE)
Una persona realiza una gestión en el cajero de un banco. (EFE)

Hace 15 años, las sucursales bancarias formaban parte de nuestro entorno callejero. El bar, el supermercado, la panadería y la oficina del banco eran pilares de ese ecosistema. Pero desde que la crisis financiera estalló en 2008, las sucursales han ido desapareciendo de forma imparable. Hoy, quedan menos de la mitad. España ha perdido el 51% de sus sucursales bancarias en los últimos 13 años, con Cataluña a la cabeza con una caída brutal del 64%. Las entidades siguen recortando oficinas, despidiendo a miles de empleados y desapareciendo de los barrios. ¿Es preocupante? Las entidades aseguran que los servicios están garantizados, pero cada vez más usuarios sufren porque no tienen una atención financiera de calidad.

El problema ya no se limita a los entornos rurales, donde la desaparición de oficinas es una plaga que viene de hace años, y que las entidades tratan de solventar mediante autobuses, alianzas locales y una red de trabajadores autónomos, los llamados agentes colaboradores, que representan al banco y atienden a los usuarios. El cierre de oficinas afecta ahora principalmente a los entornos urbanos. Ahí está el ejemplo de Barcelona capital, que ha perdido 1.376 oficinas (el 64,7% del total), y el de Madrid capital, donde han volado 1.815 oficinas (el 54,7% del total). En ciudades medias ocurre lo mismo. La provincia de Barcelona ha perdido el 65% de sus sucursales (hay 3.852 menos), y la Comunidad de Madrid el 55% (3.361 locales menos). En Castellón han cerrado el 61%, en Ourense el 55% y así un largo etcétera.

“Ya está ocurriendo en muchas ciudades que personas que tenían su banco cerca de casa, una vez se lo cierran tienen que caminar 30 minutos para ir a la nueva sucursal. Esto lo vemos ahora con la fusión Bankia-Caixabank. Y eso para personas con movilidad reducida, sobre todo gente mayor, es un gran problema, porque no saben usar la banca 'online' y la oficina física es su única alternativa para cobrar la pensión o pagar los recibos”, sostiene Patricia Suárez, portavoz de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin). “Otro asunto en el que también hemos puesto reclamaciones son las dificultades para cerrar una cuenta bancaria y llevarla a otra entidad. Mucha gente prima la cercanía del banco a su domicilio, y si ese banco cierra su oficina, busca otra entidad más cercana. Pero los bancos ponen muchas trabas para el trasvase de fondos y se producen abusos, en especial a gente mayor”.

La sangría no termina

La convergencia de entidades y la desaparición de las oficinas bancarias irá a más en los próximos años. El BBVA anunció esta semana un plan de despido colectivo que afectará a 3.000 empleados en España, cerca del 10% de su plantilla. Caixabank está en pleno ERE que puede afectar hasta a 8.000 trabajadores. El Santander también anda por la misma senda, con más de 3.000 despidos previstos. Ya nada volverá a ser como antes en el sector bancario y quien no esté al día con la banca 'online' lo pasará muy mal. Suárez advierte de que ya hay “gente descolgada” financieramente por la desaparición de las sucursales y es un deber impulsar, tanto desde los bancos como las administraciones públicas, programas de formación para los ciudadanos más vulnerables.

“La accesibilidad (número de oficinas) depende de la densidad de población y difiere por países. Si la población está muy concentrada hacen falta menos oficinas. De hecho, un motivo que explica la mayor densidad de red en España es su menor densidad de población. Población más dispersa implica más oficinas para que la población tenga acceso”, explica Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico y director adjunto de Investigación del Ivie. “Cuanto mayor sea la penetración de la banca 'online', menor necesidad hay de oficinas bancarias. Ese es el reto, que la banca 'online' se utilice más para seguir cerrando oficinas sin implicar exclusión financiera”.

Maudos ha participado en un reciente estudio para la Fundación Ramón Areces titulado 'Distribución de la población y accesibilidad a los servicios en España', en el que se analiza el acceso a los servicios financieros. La conclusión es que a pesar de los cierres masivos, en España apenas existe exclusión financiera por motivos geográficos o culturales. Solo hay una excepción: la de los municipios sin sucursal bancaria que, además, tienen una cobertura de internet escasa. Y no son pocos los pueblos sin 3G. Según datos del estudio para el Ivie, el 3% de los españoles (1,4 millones de personas) no tiene una oficina en su municipio de residencia.

Foto: Una mujer camina por la carretera de Navacepedilla de Corneja. (David Brunat)

Dopados por el ladrillo

España es hoy el segundo país de la Unión Europea en número de sucurales, solo por detrás de Francia. En 2008 era el líder de largo. Las cajas de ahorro y el ‘boom’ del ladrillo son la explicación de esta hipertrofia que se ha ido reduciendo en la última década. Así lo explica Maudos: “Hace décadas, las cajas de ahorros abrieron miles de oficinas en sus regiones de origen porque no podían abrir fuera de ellas, fue una etapa de expansión al abrigo de un 'boom' inmobiliario, y el crecimiento enorme del crédito exigía abrir muchas oficinas. La forma de captar negocio era abrir oficinas acompañando a esas promociones. Por eso se llegó a 2008 con una cifra de más de 46.000 oficinas. Ahora hay 22.600 (menos de la mitad) y la cifra seguirá cayendo para ganar la eficiencia necesaria para que se recupere la rentabilidad de la banca”.

En 2008 había más de 46.000 oficinas bancarias. Ahora hay 22.600, menos de la mitad

“El adelgazamiento de las estructuras comerciales es un fenómeno extendido por toda Europa”, subraya la Asociación Española de Banca (AEB), que agrupa a las principales entidades financieras. “En la actualidad, la estructura comercial del sector bancario refleja, al igual que otros sectores económicos, la creciente digitalización de la sociedad y la evolución en las preferencias de sus clientes a la hora de relacionarse con su entidad. La digitalización favorece la competencia, la transparencia y la oferta de servicios financieros. Según las últimas encuestas, más del 60 % de los clientes de los bancos españoles ya son digitales”.

En esta masacre de oficinas, Extremadura y Castilla-La Mancha son las menos afectadas con un recorte del 34%. Posiblemente, porque la red ya estaba bastante ajustada. Lo que es un hecho es que en la España vacía, los bancos han desaparecido del mapa. En las localidades de menos de 100 habitantes, el porcentaje de municipios sin oficina es del 99,1%, y en los de 100 a 500 habitantes, un 83,8% no tiene sucursal. La buena noticia es que en casi todos los municipios de más de 5.000 habitantes hay al menos una sucursal. Oficinas móviles, cajeros y agentes comerciales sufragan mal que bien esa pérdida.

Maudos subraya que, al final, un banco es un negocio que tienen que ganar dinero, y que está desapareciendo del mapa igual que han hecho antes farmacias, estancos y supermercados en los entornos rurales. Para la portavoz de Asufin, hay esperanza en las nuevas iniciativas para realizar operaciones bancarias sin necesidad de oficina. Un ejemplo es Correos Cash, una iniciativa de Correos y el banco Santander para realizar operaciones de efectivo. O Nickel, la ‘fintech’ de BNP Paribas que está llegando a acuerdos con estancos y administraciones de Loterías para prestar servicios básicos como sacar efectivo, pagar recibos o cobrar la nómina.

Hace 15 años, las sucursales bancarias formaban parte de nuestro entorno callejero. El bar, el supermercado, la panadería y la oficina del banco eran pilares de ese ecosistema. Pero desde que la crisis financiera estalló en 2008, las sucursales han ido desapareciendo de forma imparable. Hoy, quedan menos de la mitad. España ha perdido el 51% de sus sucursales bancarias en los últimos 13 años, con Cataluña a la cabeza con una caída brutal del 64%. Las entidades siguen recortando oficinas, despidiendo a miles de empleados y desapareciendo de los barrios. ¿Es preocupante? Las entidades aseguran que los servicios están garantizados, pero cada vez más usuarios sufren porque no tienen una atención financiera de calidad.

Asociación Española de Banca (AEB)
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