Un plan de formación para jóvenes que les conecta con las necesidades de las empresas

Bandejas de entrada repletas de correos electrónicos, decenas de inscripciones en el portal de empleo y un buen puñado de currículums en mano. Esta es la realidad con la que topan muchas empresas cuando tratan de suplir un puesto libre en la oficina. Y aunque son muchas las personas que postulan para una oferta de trabajo, dar con el candidato perfecto no siempre es sencillo: al 90% de las compañías les cuesta encontrar perfiles adecuados para labores específicas, según un informe de Hays. Al tiempo, cerca de 600.000 jóvenes siguen buscando un hueco en el mundo laboral. España cerró 2020 con la tasa de desempleo en menores de 25 años más alta de Europa, un 40,7%, según datos de Eurostat.

En esta situación se vio hace un par de años Pablo Otero, un joven ovetense de 26 años que, tras cursar un módulo superior en sistemas de telecomunicación e informáticos, emprendió su búsqueda: “Después de finalizar estos estudios comencé el grado en ingeniería informática. Aun así, necesitaba trabajar y empecé a buscar empleo mientras estudiaba. Una trabajadora del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) me comentó que la Cámara de Comercio de Oviedo desarrollaba un programa para menores de 30 años que ofrecía formaciones para ayudar a los jóvenes a la inclusión laboral”. Otero no lo pensó demasiado y se dirigió a la Cámara de la capital asturiana para obtener información de los cursos: “Entre todas las posibilidades, me decidí por una formación en desarrollo web Java de 270 horas porque los contenidos complementaban mis estudios previos”, explica el joven informático.

La preparación que recibió Otero se enmarca dentro del Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE) de la Cámara de Comercio de España, que tiene como objetivo formar a jóvenes y ayudar a las empresas a encontrar perfiles concretos. Dicho de otra manera: forma a jóvenes de entre 16 y 29 años y después actúa como nexo de unión entre estos y las compañías. ¿Cómo fue este proceso en el caso de Pablo Otero? “Cuando finalizamos el curso, presentamos un proyecto aplicando los contenidos y técnicas recibidas. Después, la Cámara de Comercio de Oviedo organizó una sesión informativa a la que asistieron empresas del sector de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) para conocer estos proyectos y nuestros perfiles”, cuenta el ovetense.

El proyecto de Otero, que presentó junto a tres compañeros, estaba relacionado con el ámbito automovilístico y para llevarlo a cabo aplicó los conocimientos aprendidos en el curso. “Una vez finalizada la sesión, la Cámara de Oviedo contactó con las empresas para comprobar si estaban interesadas en realizar entrevistas personales, y fue una de estas compañías la que acabó contratándome”. La empresa es una consultora informática especializada en nuevas tecnologías y digitalización empresarial: “Al principio me ofrecieron un contrato de prácticas de seis meses, después lo renovamos y ahora llevo algo más de un año con ellos”.

"Algunas empresas acudieron a la presentación de nuestros proyectos finales del curso, y fue una de ellas quien acabó contratándome"

El PICE plantea dos opciones: un Plan de Capacitación —el que siguió Pablo Otero—, y otro de Movilidad, enfocado en ayudar a los jóvenes a encontrar empleo en el extranjero. Este último brinda la posibilidad de realizar prácticas en empresas de la Unión Europea a través de ayudas y becas, así como de acudir a ferias fuera de nuestras fronteras en las que se imparten talleres, seminarios y ponencias de expertos. ¿El objetivo? Potenciar la empleabilidad y el emprendimiento, desarrollar capacidades personales y profesionales en un entorno internacional e impulsar las competencias lingüísticas de los jóvenes. Este programa de formación se enmarca dentro del Sistema Nacional de Garantía Juvenil del Ministerio de Trabajo y Economía Social, financiado a través del Fondo Social Europeo. Tiene como objetivo lograr que 2.000 jóvenes al año encuentren trabajo a través de sus cursos de formación. Además, ofrece ayudas a las empresas por estos contratos.

El plan de la Cámara de Comercio de España quiere da respuesta a una de las problemáticas que tienen las empresas a la hora de encontrar talento, según refleja una encuesta sobre reconstrucción y UE de la organización. En este estudio, los empresarios señalan que la falta de un sistema educativo estable y de calidad tiene impacto en la actividad empresarial, siendo esta una de sus principales preocupaciones. Le siguen la falta de conocimiento adecuado de los alumnos y recién titulados, la insuficiente promoción y desarrollo de la Formación Profesional o la dificultad para encontrar en el mercado laboral ciertos perfiles y competencias. Los encuestados piden introducir prácticas en las empresas como asignatura obligatoria en los últimos cursos de formación, potenciar el sistema de Formación Profesional Dual —facilitando la incorporación de aprendices— o adaptar la oferta a las necesidades de las empresas involucrándolas en el diseño de los ciclos formativos.

Otros programas

Además del PICE, la Cámara de Comercio de España ofrece otros programas de ayuda a empresas y autónomos con el objetivo de mejorar su competitividad e incrementar su internacionalización. ¿En qué se enfocan estos programas? En la creación de empresas por mujeres empresarias y emprendedoras, como el PAEM (Programa de Apoyo Empresarial a las Mujeres); en la innovación y la competitividad, como InnoCámaras y TicCámaras; en la internacionalización, como el Programa Xpande y Xpande Digital; y en el arbitraje y mediación —para resolver posibles conflictos derivados de las relaciones comerciales— a través de la Corte Española de Arbitraje y el Centro Español de Mediación.

Los programas se gestionan desde la Cámara de Comercio de España y se ejecutan a través de la red de 85 Cámaras de Comercio desplegadas por toda la geografía española y de las 35 Cámaras situadas en el exterior.