Unicaja y Liberbank discuten en el Banco de España los puntos calientes de la fusión

Unicaja Banco y Liberbank pasan los primeros exámenes de su fusión. La entidad malagueña y la asturiana desfilaron la semana pasada por el Banco de España para empezar a discutir algunos de los aspectos clave de la operación, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial. La reunión tuvo lugar el pasado jueves y a ella acudieron juntos los primeros espadas de los dos bancos, y la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, y la directora general de Supervisión, Mercedes Olano. Desde las dos entidades y el supervisor no hicieron comentarios.

La relación con el Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE) es clave para que las dos entidades consigan el visto bueno a su fusión a mediados de noviembre. De hecho, las reticencias del supervisor europeo tuvieron gran parte de la culpa de que la fusión descabalgara en la primavera de 2019.

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Jorge Zuloaga

De los cuatro puntos en los que se tienen que poner de acuerdo las dos entidades, hay pacto en dos —sede, Málaga, y marca—, pero todavía no en la ecuación de canje y en el organigrama, precisamente las dos cuestiones que más grietas abrieron hace un año y medio.

Una de las bombas de relojería podría encontrarse en la negociación de la nueva cúpula. Desde el entorno de la operación, se transmite que hay pacto en que Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, mantenga el mismo puesto en la nueva entidad, y que Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank, haga lo propio. El banquero asturiano podría liderar el nuevo equipo gestor, con Azuaga con un puesto transitorio, según 'Cinco Días'.

Reticencias del BCE

Esta fórmula genera malestar en Málaga, ya que implicaría dar el control del nuevo grupo al primer ejecutivo de la entidad más pequeña. Así, se está barajando una ecuación de canje en la que Unicaja tendría entre un 58% y un 60% del nuevo grupo, y Liberbank, entre un 40% y un 42%. Esta posibilidad choca en el BCE, que considera que debe mandar en las fusiones la sociedad absorbente, que en este caso sería Unicaja. El supervisor europeo ha llegado a provocar que se tumben fusiones por este motivo.

En contra de este argumento está que la fusión Unicaja-Liberbank no es la de un gran banco que integra a uno más pequeño, sino que es una operación de casi iguales que elige la absorción por mejorar la factura fiscal y regulatoria; y que Menéndez es más joven y tiene experiencia en integraciones, frente a un perfil de más edad como el de Azuaga y de menos experiencia como el del CEO de Unicaja, Ángel Rodríguez de Gracia.

Otra opción que gustaría más al BCE y que se plantea en el sector, aunque con poca esperanza de éxito, es que las dos entidades replicaran el modelo de CaixaBank-Bankia. Esto implicaría que Liberbank —entidad más pequeña— asumiera una presidencia con menos competencias, como la de José Ignacio Goirigolzarri, y que Unicaja liderara el nuevo grupo con un CEO que llevara el negocio, como Gonzalo Gortázar.

Hay un plan C, según fuentes próximas al grupo consultadas por este medio: repartir los puestos de responsabilidad con turnos rotatorios. Es una posibilidad que ya se barajó seriamente hace un año y medio.

Más allá de estos flecos, las fuentes consultadas apuestan por una fusión de las dos entidades en enero de 2021, cuando deberían aprobar el acuerdo sus juntas de accionistas. Creen en esta operación, por el sentido estratégico en un momento complejo como el actual —covid y tipos de interés— y porque los dos bancos no se pueden permitir un segundo fracaso ante el supervisor y los inversores.