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Hacer acopio y encerrarse a cal y canto: el cambio de los españoles en el supermercado
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Hacer acopio y encerrarse a cal y canto: el cambio de los españoles en el supermercado

En España se está yendo menos al supermercado desde que se declaró el estado de alarma aunque las cestas se llenan más

Foto: Compras de alimentos en Barcelona. (Efe)
Compras de alimentos en Barcelona. (Efe)

Ya no se ven ancianos en el supermercado del barrio. Las colas, siempre separados por algo más de un metro, las hacen ahora personas jóvenes y de mediana edad, que esperan, en algunos casos, más de 30 minutos para acceder a grandes superficies como las de Mercadona o Carrefour para abastecerse de todo lo que necesitan antes de volver a casa y pasar otra semana más encerrados a cal y canto. Algunos, incluso compran por dos, pues el hecho de que los mayores sean más susceptibles a sufrir complicaciones si contraen la enfermedad COVID-19 hace que sean sus hijos o sus nietos quienes, con carácter general, se encarguen de hacerles la compra y dejársela en el portal.

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El último estudio de Kantar hace una fotografía de la situación en los supermercados que deja claro que desde que el pasado 14 de marzo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, declaró el estado de alarma, los españoles van menos veces a comprar, comparándolo con las semanas previas a la crisis, pero llenan más sus cestas. Eso sí, antes de que se decretase, y ante el temor de que algo semejante pudiese ocurrir, gran parte de la sociedad decidió hacer acopio de alimentos y bienes de primera necesidad. Fue el momento de las colas sin distancia de seguridad, de las estanterías de conservas vacías y de la guerra abierta por conseguir el mayor número posible de rollos de papel higiénico.

Después llegó el momento de la cerveza, pues en España con el cierre de bares ha habido un repunte de las ventas de esta bebida de hasta el 78%, según un estudio de Gelt conocido la pasada semana. Pero también llegó la hora de no ver a mayores de 65 años en estos establecimientos —estos redujeron sus compras un 18%— y de que en general, las ventas en los supermercados se redujesen en torno a un 15% y a la vez que el 'ticket' medio subía un 18%. Todo acompañado del colapso de algunas webs de los principales supermercados y de largas colas virtuales para pedir un pedido que prometía llegar al menos una semana después de solicitarlo. En cifras exactas, las ventas 'online' de alimentación y productos básicos han llegado a suponer durante la primera semana completa de confinamiento —desde el 16 al 22 de marzo— un 2% del total de las transacciones del mercado, una cifra récord para este canal.

placeholder Cuota de mercado de los supermercados en la primera semana de confinamiento. (Kantar)
Cuota de mercado de los supermercados en la primera semana de confinamiento. (Kantar)

“Tras la declaración del estado de alarma y sus restricciones, la gente sale lo justo y se dan menos visitas a las tiendas, pero en estas visitas se está gastando más respecto a la semana anterior” explica el experto en panales de consumidor de Kantar, Carlos Cotos. Además, del estudio se desprende que durante la primera semana de confinamiento, los españoles compraron cerca de sus casas, beneficiando así a los supermercados regionales frente a algunas de las grandes cadenas. Los regionales ganaron un 1,7% de cuota de mercado respecto a la semana anterior al decreto de alarma y se situaron un 3% por encima de su promedio semanal.

Entre los grandes distribuidores el ganador ha sido DIA. Los supermercados con sede en Las Rozas (Madrid) aumentaron su cuota de mercado en un 0,2% respecto a la semana anterior hasta alcanzar el 6,8% de la tarta, mientras que superficies como Carrefour, Alcampo, Mercadona y Lidl la han visto reducida. La cadena francesa pasó de copar un 8,3% del marcado a solo un 7,3%; la gallega desde un 3,5% a un 3,3%; los supermercados de Valencia pasan del 25,7% al 24,3% y los alemanas pasan del 5,8% al 4,1%.

Tartas, limpieza y relativa normalidad

Tras el pánico y la precaución ha vuelto la normalidad. Cuando se decretó el confinamiento muchos españoles ya contaban en su casa con comida suficiente para pasar varios días. Habían comprado suficientes pañales y latas de conserva. Así, con la puesta durante los días inmediatamente siguientes a la puesta en marcha del estado de alarma sus visitas al supermercado han sido para adquirir productos frescos —esta categoría ha experimentado un repunte del 6% en la semana analizada— y las compras de conservas y alimentos no perecederos, así como la de bebidas, se estabilizó. “Aunque observamos que las ocasiones de consumo dentro del hogar están creciendo entorno al 25%, este incremento varía mucho por categoría. Los españoles han incrementado más el consumo de platos precocinados, de más fácil preparación, que el de arroces o legumbres, de los que todavía tienen muchos estoces en casa”, apunta Cotos.

Tras adquirir productos perecederos en las semanas anteriores, los frescos volvieron a la cesta

Destaca también, dentro de la alimentación envasada, el repunte de productos relacionados con la repostería, pues entre los productos que más han visto aumentadas sus ventas aparecen la harina, la mantequilla, el azúcar y la nata. Tras estos aparecen productos de categorías básicas como las legumbres, las conservas y los arroces y por detrás, la cerveza y las bebidas de alta graduación.

En contraste también han aumentado la venta de guantes de uso doméstico y de lejía. Ya sea para realizar una limpieza rutinaria o para desinfectar los hogares ante la posible presencia del coronavirus, el hecho es que, según el estudio, estos productos han triplicado y duplicado, respectivamente, sus venta durante la priemera semana de encierro obligatorio. Además, también se ha experimentado un aumento del 50% en las ventas de jabones de manos, algo que puede relacionarse con las recomendación de lavarse las manos que han hecho encarecidamente las autoridades sanitarias.

Ya no se ven ancianos en el supermercado del barrio. Las colas, siempre separados por algo más de un metro, las hacen ahora personas jóvenes y de mediana edad, que esperan, en algunos casos, más de 30 minutos para acceder a grandes superficies como las de Mercadona o Carrefour para abastecerse de todo lo que necesitan antes de volver a casa y pasar otra semana más encerrados a cal y canto. Algunos, incluso compran por dos, pues el hecho de que los mayores sean más susceptibles a sufrir complicaciones si contraen la enfermedad COVID-19 hace que sean sus hijos o sus nietos quienes, con carácter general, se encarguen de hacerles la compra y dejársela en el portal.

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