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CaixaBank se come el hundimiento del petróleo en plena operación salida de Repsol
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vendió 4,6% a un euro más que el precio actual

CaixaBank se come el hundimiento del petróleo en plena operación salida de Repsol

La entidad financiera llega al ecuador de su programa de venta de acciones que aún mantienen en la petrolera con la acción de esta en mínimos desde hace más de un año

Foto: El expresidente de CaixaBank Isidro Fainé junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau. (Reuters)
El expresidente de CaixaBank Isidro Fainé junto al presidente de Repsol, Antonio Brufau. (Reuters)

CaixaBank está chocando contra la dura realidad del mercado en su operación salida de Repsol. La entidad financiera decidió vender la mitad de las acciones que tenía a un precio fijo. Concretamente, se deshizo el 20 de septiembre de un 1,91% a 15,39 euros y de un 2,7% a 15,55 euros por acción. En ese mismo momento, inició un plan de venta del resto de las acciones que se prolongará hasta finalizar el primer trimestre de 2019.

Esto quiere decir que cuando se cumple la mitad de este período el banco de origen catalán se está encontrando con un precio de los títulos de Repsol significativamente inferiores a los que vendió la mitad del paquete que mantenía en la entidad.

Tres meses después de que iniciara el programa de ventas, el petróleo se ha venido abajo, lo que está afectando directamente a la cotización de todas las petroleras, también a Repsol. No en vano, el barril de crudo Brent estaba en el entorno de los 80 dólares por aquel entonces. Desde ese precio ha caído hasta los actuales 50, una cota que no veía desde verano de 2017, hace año y medio. Una devaluación de más del 30%. En junio, casas de análisis como la de Goldman Sachs anticipaba que escalaría hasta los 100 dólares.

Por su parte, la cotización de Repsol está alrededor de los 13,9 euros, cuando al inicio del programa de venta se situaba por encima de 17. Esto quiere decir que está más de tres euros por debajo del mercado en septiembre y más de un euro peor del precio al que Caixa vendió una mitad de la participación que aún tenía en la petrolera.

Según explicó al mercado entonces, "el número de acciones vendidas (75.789.715) dependerá de las condiciones del mercado y de una cotización que asegure que los ingresos obtenidos representen un valor razonable para los accionistas de CaixaBank, entre otras condiciones". Aunque no especifica qué entiende como "valor razonable", la compañía señaló en su presentación de resultados, el 23 de octubre, un mes después de iniciar las ventas, que no había vendido ni un 0,1% de las acciones que aún mantenía en su cartera industrial.

Según los registros de la CNMV, CaixaBank aún mantiene el 4,6% de las acciones de Repsol. La compañía desaparecería como accionista de referencia al perder el 3%, algo que aún no se ha dado, lo que indica que el grueso de las acciones aún está por vender y el mercado cada vez está más bajo.

Dos meses después, la cotización de Repsol ha caído casi un 20% y se sitúa al nivel de primavera de 2017. En septiembre de este año, CaixaBank también explicó que la pérdida total contabilizada por la salida de Repsol era de 450 millones de euros. Esto ya incluía tanto el 4,6% vendido en septiembre como el resto que le quedaba por vender. La entidad financiera no detalla con qué precio de venta del total de las acciones estimó esas pérdidas de 450 millones de euros. Sin embargo, fuentes oficiales especifican que la pérdida contable ya fue registrada en el tercer trimestre de 2018.

Asimismo, aclaran que las posibles desviaciones del precio de la acción que afecten a la venta de los títulos de Repsol irán contra patrimonio. En cualquier caso, si CaixaBank acaba vendiendo las acciones de Repsol que le quedan, y se ha comprometido a soltar todo en los próximos tres meses como máximo, por debajo de lo que había previsto, la compañía tendrá una salida de caja.

A falta de saber qué ocurre en el mercado en la segunda mitad de su programa de venta, el petróleo y la cotización de Repsol están en mínimos. Además, los expertos no ven a corto plazo que la situación vaya a mejorar. La principal duda se da por el lado de la demanda de crudo, que no acaba de traccionar con la fuerza que se esperaba. Ni siquiera los recortes anunciados en la última reunión del cártel de la OPEP han surtido efecto entre los inversores para que se eleve el precio.

Las fuertes mejoras tecnológicas en Estados Unidos están permitiendo una extracción de crudo en el país norteamericano lo suficientemente fuerte como para que el precio no suba. Además, las sanciones a Irán no acaban de notarse. Pese a que algunos analistas apuntaban a que el petróleo podría irse a 100 dólares cuando estaba por encima de 80, la realidad ha transitado en sentido contrario. A CaixaBank solo le quedan tres meses para que la situación se dé la vuelta y poder salir de Repsol con el menor daño posible.

CaixaBank está chocando contra la dura realidad del mercado en su operación salida de Repsol. La entidad financiera decidió vender la mitad de las acciones que tenía a un precio fijo. Concretamente, se deshizo el 20 de septiembre de un 1,91% a 15,39 euros y de un 2,7% a 15,55 euros por acción. En ese mismo momento, inició un plan de venta del resto de las acciones que se prolongará hasta finalizar el primer trimestre de 2019.

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