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Caixa Geral, el mayor banco luso, pone a la venta su filial en España tras el nuevo rescate
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tras recibir ayudas públicas por segunda vez

Caixa Geral, el mayor banco luso, pone a la venta su filial en España tras el nuevo rescate

El mayor banco luso busca comprador a través de Société Générale para su filial en Madrid, que ya ha sufrido una dura reestructuración con cierre de oficinas y ajuste de plantilla

Foto: Oficinas centrales de Caixa Geral de Depósitos en Lisboa. (Reuters)
Oficinas centrales de Caixa Geral de Depósitos en Lisboa. (Reuters)

El sector financiero español tiene otra entidad que digerir, tras las absorciones deBMN, Popular y la próxima del negocio 'retail' de Deutsche Bank. El Gobierno portugués, máximo accionista de Caixa Geral de Depósitos, el mayor banco del país vecino, ha decidido poner a la venta su filial española. La operación se ha puesto en marcha después de que en marzo se cerrase la recapitalización de la entidad lusa con una inyección del Estado de 2.500 millones de euros, rescate que lleva consigo una serie de medidas de reestructuración. Entre otras, el traspaso de los negocios no estratégicos, como el de España.

Caixa Geral ha dado el mandato a Société Générale. El banco luso tiene un balance en nuestro país de 5.228 millones de euros, con un activo que incluye 3.348 millones de crédito a la clientela y un pasivo con 2.759 millones de depósitos de clientes. Las tres métricas han crecido en el último año cerca del 6%. Por otro lado, los depósitos de entidades de crédito alcanzaron los 482 millones de euros, un incremento del 25,2% frente al año anterior. Uno de los factores más atractivos de Caixa Geral es el ratio de morosidad, situado en el 3,08%, muy por debajo del 8% de media del sector en España. La entidad portuguesa ha conseguido reducirlo por tercer año consecutivo, hasta conseguir uno de los indicadores de impagos más bajo del sistema financiero ibérico.

Sin embargo, como el resto de bancos, Caixa Geral ha sufrido una caída del 10,1% del margen de intereses, hasta los 76 millones. Las comisiones netas se situaron en 11 millones de euros, manteniendo niveles de 2015. Consecuencia de lo anterior, unido a unas inferiores plusvalías de venta de valores de renta fija (-6,2 millones de euros), el margen bruto cayó un 11,4%, un descenso que ha provocado que el ratio de eficiencia se haya situado en el 59% en 2016. El beneficio neto ascendió a 25,4 millones, con lo que la entidad acumula tres años con números negros.

El banco sostiene que “ha superado los objetivos estratégicos establecidos para el periodo, cumpliendo con los requerimientos que define el Plan de Reestructuración del Grupo Caixa Geral de Depósitos, un marco de directrices que está obligado a seguir hasta finales de 2017”. La filial española, que tuvo autonomía financiera de su matriz y no necesitó asistencia de Lisboa, está concentrada en el negocio de empresas con actividad transfronteriza, pymes y banca de consumidores.

Dentro del procedimiento abierto por la Unión Europea como consecuencia de la calificación como ayuda de Estado de la ampliación de capital llevada a cabo en 2012 por Caixa Geral de Depósitos, el 'holding' portugués elaboró en 2013 un Plan de Reestructuración que abarcaba a todo el grupo, incluyendo sus operaciones en España. El programa de medidas fiscalizado por la Unión Europea obligaba a la venta de negocios no estratégicos, la mejora de la eficiencia, optimizando la plantilla y la red de oficinas. Debido a estos deberes impuestos por Bruselas, Caixa Geral se desprendió de los negocios ‘non core’, como los 'project finance', el 'leverage finance' y la financiación de adquisiciones.

El plan tenía dos fases. Una que acabó el 31 de diciembre de 2015, que provocó el traspaso del negocio asociado a clientes identificados como no estratégicos, la reducción de la red de oficinas desde las 173 existentes en 2012 a las 110 actuales, el recorte de la plantilla de los 797 empleados hasta un máximo de 520, y el cumplimiento de una serie de indicadores claves de gestión. La segunda etapa, que acaba a finales de este año, obliga a Caixa Geral a no incrementar la fuerza laboral, a mantener la red de sucursales y a no requerir capital adicional ni financiación a la matriz portuguesa.

Los potenciales compradores

Sin embargo, todas estas medidas generales y locales no fueron suficientes para garantizar la viabilidad de Caixa Geral de Depósitos, que el pasado año acordó con la Comisión Europea un segundo rescate de 4.600 millones de euros, con aportación de 2.500 millones por parte del Estado. Este nueva ayuda pública obliga al 'holding' a la venta de las operaciones internacionales del grupo, con el objetivo de reforzar sus coeficientes de capital, entre ellas la española.

El banco portugués cuenta con una red de 110 oficinas en España que se encuentran ubicadas en Madrid, Extremadura, Galicia y Castilla y León, además de los siguientes centros económicos: Bilbao y Vitoria en el País Vasco, Oviedo y Gijón en Asturias, Zaragoza en Aragón, Barcelona, Valencia y Alicante en el Mediterráneo, y Sevilla y Málaga en Andalucía. La entidad también dispone de tres oficinas de representación en el extranjero, situadas en México, Venezuela y Suiza. La filial española tiene una plantilla de 521 personas, con una edad media de 45,12 años y una antigüedad media en 18,20 años, factores muy a tener en cuenta si el comprador de Caixa Geral pretende hacer cualquier tipo de ajuste de costes.

Entre los potenciales compradores que pudieran estar interesados en comprar Caixa Geral, pueden estar fondos como Apollo, dueño de Evo Bank, Abanca o Credit Mutuel, el exsocio de Banco Popular. Los tres tienen pequeñas redes de distribución en España y necesitan ganar músculo para poder beneficiarse de economías de escala.

El sector financiero español tiene otra entidad que digerir, tras las absorciones deBMN, Popular y la próxima del negocio 'retail' de Deutsche Bank. El Gobierno portugués, máximo accionista de Caixa Geral de Depósitos, el mayor banco del país vecino, ha decidido poner a la venta su filial española. La operación se ha puesto en marcha después de que en marzo se cerrase la recapitalización de la entidad lusa con una inyección del Estado de 2.500 millones de euros, rescate que lleva consigo una serie de medidas de reestructuración. Entre otras, el traspaso de los negocios no estratégicos, como el de España.

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