BBVA vende a Blackstone la mayor cartera de viviendas terminadas de su historia

BBVA ha arrancado el año con la venta de la mayor cartera inmobiliaria de su historia: el Proyecto Buffalo. Se trata de 3.500 activos, en su inmensa mayoría viviendas terminadas, aunque también hay trasteros, garajes y locales comerciales, todos ellos valorados en 300 millones de euros y que han sido adquiridos por Blackstone.

Todos estos inmuebles son adjudicados que el banco tenía en el balance y que se encuentran repartidos fundamentalmente por Cataluña (28%), Andalucía (20%) Comunidad Valenciana (18%), Madrid (6%), Islas Canarias (6%) y Castilla-La Mancha (6%).

Con este movimiento, la entidad da el pistoletazo de salida a un año en el que se espera que todo el sector financiero acelere sus desinversiones inmobiliarias, no sólo de créditos con colaterales ligados al ladrillo, sino, como se ha visto en este caso, con la colocación de importantes bloques de activos terminados.

Y es que, las nuevas exigencias regulatorias han sido un auténtico revulsivo para sacar al mercado este tipo de carteras, un cambio de reglas que la entiad ha abordado encomendando a la unidad de Estrategia y M&A, dirigida por Javier Rodríguez Soler, ser la encargada de cerrar este tipo de transacciones.

Dos terceras partes de los más de 20.000 millones de euros de inmobiliario que BBVA soporta en su balance son activos adjudicados, mientras que el resto son créditos, un claro indicador de la importancia que tiene para el banco deshacer estas posiciones.

Junto a la venta de carteras, la entidad presidida por Francisco González ha apostado por unirse a otros actores del mercado como fórmula para desconsolidar estos activos. Por una parte, aprovechando la fusión de Merlin y Metrovacesa, ha traspasado miles de viviendas a Testa; por otra, está trabajando junto a Santander y Popular crear un gran banco malo de suelo que le permita también ir dando salida a terrenos.