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Visto bueno condicional de KPMG al plan de Celsa para repagar a la banca
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La firma rebaja los objetivos de EBITDA más de un 15%

Visto bueno condicional de KPMG al plan de Celsa para repagar a la banca

El plan presentado por la compañía trefilera prevé un EBITDA en 2017 de 280 millones y alcanzar los 450 millones en el 2021, que ha sido cuestionados desde la firma de auditoría

Foto: Control de calidad en la empresa Celsa. (Foto: Celsa Group)
Control de calidad en la empresa Celsa. (Foto: Celsa Group)

La banca acreedora de Celsa se ha ido optimista de vacaciones respecto a las previsiones de refinanciar la deuda de 2.700 millones que arrastra la empresa de acería y trefilería que preside Francisco Rubiralta. El grupo, que no ha impagado en ningún momento, tiene que refinanciar un volumen de pasivo excesivo en un momento en que su sector está muy presionado por las exportaciones asiáticas y por el precio a la baja del acero. Sin embargo, KPMG que supervisa el nuevo plan de empresa ha dado el visto bueno al mismo, aunque ha rebajado un tanto las pretensiones de la familia Rubiralta. KPMG ha dicho sí, pero con condiciones.

Los cinco principales acreedores son Bankia, BBVA, Banco Santander, CaixaBank y Banco Sabadell. A finales de 2017 se ha negociar un nuevo calendario de pagos para que los bancos no empiecen a ejercer sus derechos de ejecución sobre las acciones del grupo, algo en lo que ninguna de las partes está interesada y que afecta como garantía a 655 millones de la deuda.

El plan presentado por la compañía trefilera prevé un EBITDA en 2017 de 280 millones y alcanzar los 450 millones en el 2021. La base del proyecto es ajustar los costes y reducir plantilla para compensar la bajada de precios. KPMG en su informe a la banca, durante una reunión que tuvo lugar a finales del mes de julio, dio el visto bueno pero rebajó las previsiones de EBITDA entre un 15% y un 18%.

No es la primera vez que se hace un ajuste a la baja en esta partida. En marzo de 2015, Celsa preveía tener un EBITDA en 2017 de 400 millones. Por tanto, en su nuevo plan para la banca ya lo habían recortado a la baja y no poco.

KPMG también ha avalado otras partes del plan de negocio porque lejos de poner filiales a la venta, tal y como estaba solicitando parte de la banca. Celsa y el equipo de Francisco Rubiralta presentó un proyecto para ampliar la capacidad de las instalaciones de de Bayona, en el sur de Francia, para la cual KPMG también ha dado su visto bueno. El plan en Bayona es nueva planta de laminación.

Gran operación

Para la banca española la financiación de Celsa Group es una de las grandes refinanciaciones del mercado español. El grupo es muy grande, factura 3.900 millones anuales. y tiene filiales en Francia, el Reino Unido y Noruega, entre otro países. La multinacional genera caja positiva, pero su punto débil es empezar a devolver el principal del grueso de una deuda acumulada en tiempos de bonanza. Por tanto, está considerada como una de las grandes refinanciaciones sobre, la cual, en general, se es optimista.

La banca ha recibido el plan de negocio de Celsa y también el aval de KPMG con satisfacción moderada. También porque el plan por escrito se presentará formalmente el próximo mes de septiembre. Pero, en buena parte, las previsiones dependen de que mejore la economía y que se pueda crecer tanto en volumen de ventas como en margen que deje el negocio.

En noviembre de 2017 vencen 739 millones por lo que antes de diciembre de este año se quiere pactar un nuevo marco de relación entre la empresa y la banca. Y en 2018 hay que devolver más de 1.900 millones que hoy por hoy se consideran impagables. La empresa quiere más tiempo.

Grupo familiar

Celsa es una empresa de estructura familiar. Francisco Rubiralta heredó la compañía ­–y las deudas– cuando murió su padre Francisco Rubiralta Vilaseca, a los 71 años de edad en 2010. El grupo ya estaba muy tocado y de hecho en los últimos años de vida de su padre Francisco Rubiralta hijo ya estuvo muy implicado en las negociaciones con la banca, la cual ahora le tiene bien valorado. En plantilla de la empresa hay 6.700 personas, de los que 1.200 trabajan en Castellbisbal, en la sede de Barcelona.

La banca acreedora de Celsa se ha ido optimista de vacaciones respecto a las previsiones de refinanciar la deuda de 2.700 millones que arrastra la empresa de acería y trefilería que preside Francisco Rubiralta. El grupo, que no ha impagado en ningún momento, tiene que refinanciar un volumen de pasivo excesivo en un momento en que su sector está muy presionado por las exportaciones asiáticas y por el precio a la baja del acero. Sin embargo, KPMG que supervisa el nuevo plan de empresa ha dado el visto bueno al mismo, aunque ha rebajado un tanto las pretensiones de la familia Rubiralta. KPMG ha dicho sí, pero con condiciones.

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