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Aviso a navegantes: Ibercaja no logra colocar una emisión por el deterioro del mercado
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LOS INVERSORES PEDÍAN UN PRECIO MUY ALTO

Aviso a navegantes: Ibercaja no logra colocar una emisión por el deterioro del mercado

Colocar deuda y acciones en el mercado ya no es el chollo que parecía hace unas semanas. Aparte del estreno de Talgo, Ibercaja no ha conseguido colocar 500 millones de deuda subordinada

Foto: Amado Franco (i), presidente de Ibercaja, junto a Víctor Iglesias, consejero delegado de la entidad (EFE)
Amado Franco (i), presidente de Ibercaja, junto a Víctor Iglesias, consejero delegado de la entidad (EFE)

Es la segunda vez en menos de un año que Ibercaja ve frustrados sus planes para colocar papel en el mercado. En julio, la intervención del Espírito Santo portugués hizo descarrilar una ampliación de capital de 300 millones que se suponía iba a ser el paso precio a su salida a bolsa. Y ahora la renovada crisis griega y el fuerte retroceso de la deuda pública española en el mercado han provocado que los inversores exigieran un tipo de interés demasiado alto para una emisión de 500 millones de deuda subordinada, algo que supone un aviso para navegantes de un cambio en el entorno que puede destrozar todavía más los márgenes de la banca española.

La importancia de esta emisión para la entidad aragonesa queda demostradaporque ha hecho unroad showpor las principales capitales europeasde la mano de UBS y Barclaysen el que ha tratado de vender las bondades de su negocio y su situación de solvencia. Un portavoz de la entidad confirma que se ha hecho esta ronda de presentaciones, pero matiza que "no hemos cancelado nada porque no hemos lanzado la emisiónni hemos hablado de precios porque no ha lugar". "Las emisiones se publican y nosotros no hemos publicado nada. Por lo tanto, ni hay emisión ni hay precio".

El deterioro de los mercados de deuda pública en los últimos días ha puesto en alerta a los inversores, que se temen una fuerte corrección o una alta volatilidad

Fuentes conocedoras de la situación explican que, efectivamente, no llegó a iniciarse la colocación, pero sí se sondeó a los inversores sobre su aceptación y el precio que estarían dispuestos a pagar, en lo que supone el procedimiento habitual en este tipo de operaciones. Y ahí la respuesta que encontró la entidad que presideAmado Francono fue satisfactoria, ya que exigían un tipo de interés en torno al 5%, cuando su intención era emitir en línea con la cotización de la deuda subordinada de Bankia en el mercado, por debajo del 4%.

Estas fuentes explican que el deterioro de los mercados de deuda públicaen los últimos días ha puesto en alerta a los inversores, que se temen una fuerte corrección o, al menos, una altísima volatilidad. "Los tipos negativos son una anormalidad y lo lógico es volver a niveles positivos según se vayan alejando los temores deflacionistas. Además, en el mercado hay falta de liquidez, pero la posición compradora del BCE frenará caídas masivas de precios" (el precio de la deuda se mueve a la inversa que su tipo de interés), según un analista que prefiere no ser identificado.

A esto se suma la interminable crisis griega, que cada vez parece acercarse más a una solución dramática según la banca de inversión. Cualquier susto por este lado puede provocar mucho nerviosismo en el mercado. Así que ya no es tan sencillo para el sector financiero (ni para el resto de sectores, como demuestra el caso de Talgo) colocar cantidades ingentes de papel como han hecho los pesos pesados (BBVA y Santander) en los últimos meses. Ni tampoco se puede emitir ya deuda a tipos mínimos como hasta ahora.

Factores negativos de la propia Ibercaja

Pero las fuentes consultadas aseguran que también hay factores particulares de Ibercaja que se han añadido a los generales de mercado. Se trata de una entidad poco conocida para los inversores extranjeros dado que no cotiza y que no es de las más grandes ni de las más solventes (aunque no preocupa esta variable; la caja zaragozana se encuentra en la mitad de la tabla). Tampoco gusta que no haya devuelto aún los 407 millones inyectados por el FROB en forma de CoCos en Caja 3, la fusión de CAI, Caja Círculo y Caja Badajoz, absorbida posteriormente por Ibercaja.

Finalmente, no ayuda a las pretensiones de Franco la incertidumbre generada por la fallida operación del verano pasado. Si iba a hacer una ampliación de 300 millones, ¿es que necesitaba capital? ¿Lo sigue necesitando, e incluso necesita más? ¿Y va a salir a bolsa finalmente o no? ¿Cuándo? Todas estas preguntas sin responder consiguen que los inversores se pongan todavía más a la defensiva y exijan una remuneración más alta para cubrirse de posibles riesgos.

La emisión que pretendía realizar Ibercaja es lo que se conoce técnicamente comoLower Tier 2, es decir, computa en sus ratios de solvencia pero no es capital de primera calidad (CET1). Ahora bien, las nuevas normas de solvencia de Basilea III exigen llenar también estos colchones de peor calidad y las principales entidades españolas llevan meses realizando emisiones de este tipo. Su equivalente sería la deuda subordinada, ya que tiene vencimiento (a diferencia de las preferentes) pero se convierte en acciones y asume pérdidas si la ratio de capital baja de un determinado nivel.

Es la segunda vez en menos de un año que Ibercaja ve frustrados sus planes para colocar papel en el mercado. En julio, la intervención del Espírito Santo portugués hizo descarrilar una ampliación de capital de 300 millones que se suponía iba a ser el paso precio a su salida a bolsa. Y ahora la renovada crisis griega y el fuerte retroceso de la deuda pública española en el mercado han provocado que los inversores exigieran un tipo de interés demasiado alto para una emisión de 500 millones de deuda subordinada, algo que supone un aviso para navegantes de un cambio en el entorno que puede destrozar todavía más los márgenes de la banca española.

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