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Codere afronta en 48 horas otra amenaza de 'default' con los bonistas en pie de guerra
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sin dinero para abonar el cupón de los bonos

Codere afronta en 48 horas otra amenaza de 'default' con los bonistas en pie de guerra

Codere se la juega otra vez. Con la diferencia de que el vencimiento de bonos que afronta este miércoles puede ser de jaque mate para un grupo en el alambre

Foto: (www.codere.es)
(www.codere.es)

Codere se la juega otra vez. Con la diferencia de que el vencimiento que afronta este miércoles puede ser de jaque mate. La compañía dueña de bingos y máquinas recreativas tiene que pagar el cupón a los titulares de una emisión de bonos de 760 millones, obligación para que la que no tiene caja disponible. El incumplimiento podría acelerar el proceso de ejecución de las garantías, por lo que la empresa pasaría a manos de los bonistas.

El grupo, controlado a día de hoy por la familia Martínez-Sampedro, tiene que desembolsar 31 millones de euros en concepto de intereses del76% del volumen total de deuda que arrastra. Pero, como le pasó recientemente con una línea especial de liquidez concedida por varios hedge funds, no tiene dinero suficiente para hacer frente a este pago.

El match ball del crédito senior facilitado por GSO Capital Partners, Blackstone Group y Canyon Partners el pasado verano lo resolvió la semana pasada, al conseguir que estos fondos buitre le extendieran la fecha de amortización de los 127,1 millones prestados hasta el 6 de febrero. Una fecha que puede alargarse hasta el 15 de junio si Codere cumple “ciertas condiciones ligadas a alcanzar un plan de reestructuración que sea aceptado por el 50% de los titulares de los bonos y que seaimplementable antes del 15 de abril de 2014”.

Pero los inversores que le compraron los bonos no están siendo tan amables después de comprobar cómo la compañía no les ha hecho una propuesta lo suficientemente sería desde que el pasado 15 de diciembre venciese la primera fecha de pago. Aquel día, Codere se acogió a lo que se llama un periodo de gracia o prórroga para diferir el abono del cupón hasta el 15 de enero. Desde ese momento, la empresa no ha hecho un planteamiento de refinanciación que haya convencido a los hedge funds.

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Ante esta tesitura, la situación puede resolverse de tres maneras. La primera es que los Martínez-Sampedro aún presenten un plan de reestructuración que sea creíble. La segunda es que se produzca el impago o default y, en consecuencia, los titulares de los bonos aceleren la ejecución de las garantías, por lo que pasarían a ser los dueños directos de la compañía. La tercera y menos probable es que las dos partes se den más tiempo para negociar sin pedir nada a cambio.

Pese a la complejidad de la encrucijada, Codere ya tiene experiencia en superar momentos muy difíciles: esta situación ya la vivió el verano pasado, cuando el15 de agosto se produjo el primer impago selectivo. La compañía volvió a activar la cláusula de gracia y consiguió el 15 de septiembre pagar los intereses gracias a la línea de crédito especial que le concedieron GSO, Blackstone y Canyon. El desembolso se hizo dos días después de la fecha límite para que estos prestamistas pudieran cobrar el seguro de impago o credit default swap (CDS), operación de ingeniera con la que ganaron cerca de 400 millones de euros.

Ahora apenas hay ya CDS sobre Codere, por lo que conseguir otro triple salto mortal como el del pasado mes de septiembre se presenta difícil. La propuesta que han hecho los bonistas y los fondos buitre es canjear la deuda por el 85% del capital del grupo, cuyo 15% restante quedaría en manos de los Martínez-Sampedro para que continuaran como gestores. Para cubrirse de posibles demandas contra los consejeros, la compañía ha solicitado ya el preconcurso de acreedores, que vence a principios de abril.

La familia se enfrenta también a su propio vía crucis. Adeudan cerca de 500 millones de euros de un préstamo tipo PIK (payment in kind) concedido en 2007 por Credit Suisse y que ahora ostentan numerosos fondos distress que también quieren hacer su agosto.

Codere se la juega otra vez. Con la diferencia de que el vencimiento que afronta este miércoles puede ser de jaque mate. La compañía dueña de bingos y máquinas recreativas tiene que pagar el cupón a los titulares de una emisión de bonos de 760 millones, obligación para que la que no tiene caja disponible. El incumplimiento podría acelerar el proceso de ejecución de las garantías, por lo que la empresa pasaría a manos de los bonistas.

Deuda Hedge funds Refinanciación José Antonio Martínez Sampedro
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