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Rivera se la juega con la participación: casi la mitad de sus votantes podría abstenerse
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SONDEO IMOP PARA EL CONFIDENCIAL

Rivera se la juega con la participación: casi la mitad de sus votantes podría abstenerse

La bajada de la movilización, que se calcula hoy de unos 10 puntos, afecta a todos los partidos, pero castiga especialmente a Ciudadanos: solo el 57% de sus electores afirma que participará

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La principal amenaza del 10-N se llama abstención. Se da por descontado que será más alta que la de las elecciones generales del 28 de abril. Pero la duda es hasta cuánto se encogerá la movilización y cómo se repartirá el bajón por barrios, aunque 'a priori' ya se intuye que castigará especialmente a Ciudadanos, ya que solo el 56,7% de los que apostaron por Albert Rivera hace seis meses dice ahora que emitirá su sufragio. Ese dato fundamental, el de la participación, es uno de los más complicados de estimar y es una de las grandes incertidumbres que planean en esta repetición de los comicios.

El primer sondeo de IMOP Insights para El Confidencial, que se realizó entre el 1 y el 3 de octubre a partir de 1.227 entrevistas, calcula que la participación del 10-N, a día de hoy, ronda el 65,7%, si bien pronostica que irá aumentando conforme se sientan más cerca las urnas. Lo mismo ocurrió en abril, cuando ya se apuntaba que los ciudadanos se implicarían en la convocatoria electoral, aunque esa ola también fue creciendo según se aproximaba la cita. El 28-A concluyó finalmente con una participación extraordinaria: un 75,75% —sin contar con el voto de los residentes españoles en el exterior—, el sexto mejor porcentaje en las 14 generales celebradas desde los primeros comicios democráticos, los de junio de 1977.

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Ese 75,75% solo fue superado por el 79,97% de 1982 —el de la aplastante victoria de Felipe González, un año después del golpe de Estado del 23-F—, el 78,83% de 1977, el 78,08% de 1996 (el del triunfo de José María Aznar), el 77,26% de 2004 —la vuelta al PSOE con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, justo tras el impacto emocional de los atentados del 11 de marzo– y el 76,94% de 1993 (cuando Aznar estuvo cerca de vencer a González). El histórico electoral señala, por tanto, que una alta movilización coincide con momentos de cambio. En 2015, Mariano Rajoy volvió a ganar, aunque dejándose de una tacada 63 escaños, con una participación, de nuevo sin contar el voto de los emigrantes (CERA), del 73,2%. En la repetición electoral del 26 de junio de 2016, el entonces presidente se reforzó en las urnas con una abstención más alta: se movilizó el 69,83%, 3,37 puntos menos.

La participación estimada ahora mismo es del 65,7%, frente al 75,75% del 28-A (sin contar el voto CERA), que fue la sexta más alta desde 1977


¿Cuánto se contraerá el 10-N la participación respecto al 28-A? El 65,7% estimado ahora mismo por IMOP supone una caída de 10 puntos exactos. De confirmarse esa cifra, estaríamos hablando de la más baja movilización en unas generales, y significaría que 3,68 millones de ciudadanos dejan de ir a las urnas, puesto que cada punto de participación se traduce en 368.988 papeletas, ya que el censo electoral lo forman actualmente 36,8 millones de electores. Sin embargo, lo lógico es que haya una cierta correlación con lo que ocurrió hace seis meses: los 'trackings' de IMOP que publicó este periódico apuntaban, a la misma distancia de las generales, a una participación unos cinco puntos menor que la que finalmente hubo. Si se repitiera esa pauta, el 10-N podríamos encontrarnos con una movilización final de en torno al 70%, siempre sin contar con el voto CERA.

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Movilización de los extremos

En este sondeo, los encuestados que dicen que con seguridad irán a votar son el 58,5%, porcentaje al que hay que sumar el 8,7% de los que afirman que muy probablemente irán a las urnas. Un 67,3% en total. La participación estimada se rebaja hasta el 65,7% porque no todos los probables votantes acaban movilizándose.

¿Quiénes se sienten más compelidos a emitir su papeleta? Los electores de los partidos tradicionales, de Unidas Podemos y de Vox. Así, el 72,9% de aquellos que recuerdan haber apostado por Pedro Sánchez en abril asegura que irá a votar el 10-N. También el 75,9% de los que se inclinaron por Pablo Casado participará en esta convocatoria, y el 74,4% de los que optaron por Pablo Iglesias manifiesta su intención de acercarse a las urnas. Y, atención, casi el 80% (el 78,9%, para ser exactos) de aquellos que eligieron a la formación ultraderechista de Santiago Abascal señala que está dispuesto a participar en esta repetición electoral.

Hay otro dato igual de preocupante para los naranjas: apenas el 58,1% de los que dicen que irán a votar a Cs dentro un mes asegura su participación

Todos son porcentajes que contrastan con el que falta: solo el 56,7% de los votantes de Cs el 28-A anticipa que irá a votar. Es decir, que casi la mitad de los electores de Albert Rivera —en concreto, el 43,3%— ya está advirtiendo de que podría quedarse en casa el 10 de noviembre. Hay otro dato igual de preocupante para los naranjas: apenas el 58,1% de los que dicen que tienen previsto votar a Cs dentro un mes asegura su participación. El dato palidece si se contrasta con la tasa que se observa respecto a los demás partidos. Así, nada menos que el 86,3% de los que anticipan su elección por Vox afirma que se movilizará. Lo mismo asegura el 81% de los que apostarían por el PP; el 76,8% de los que se inclinarían por el PSOE y el 75,7% de los que se acogerán a Unidas Podemos.

Por espectros ideológicos, los datos son igual de elocuentes: el 72,2% de los encuestados que se catalogan de izquierdas indica que se movilizará el 10-N, mientras que el 70,9% de los sondeados de derechas avanza que no se perderá la convocatoria. Solo el 55% de aquellos que se ubican en el centro afirma que participará. Aquí cabe hacer una pequeña precisión: en el punto 5 de la escala no se sitúan solo los llamados centristas, sino también aquellos ciudadanos más despolitizados, aquellos sin una posición ideológica definida, que tienden a refugiarse, en las encuestas, en el punto 5 de la escala —donde el 1 es la extrema izquierda y el 10 la extrema derecha—. La mayor parte de ellos son muy probables abstencionistas.

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La evolución de la participación en las elecciones generales en España desde 1977. (EC)

Por tanto, los electores más movilizados a día de hoy son los de los extremos, mientras que la apatía afecta a los votantes más templados. El agujero negro de la participación está ahí, en ese espacio de centro, que se corresponde con la autoubicación ideológica de los votantes de Ciudadanos —ellos se colocan en el 5,8 de la escala—.

Foto: Pedro Sánchez, con la líder del PSE, Idoia Mendia, y el alcalde de Portugalete, Mikel Torres, este 6 de octubre en Barakaldo. (EFE)

El perfil sociodemográfico

Es decir, que Rivera sufre un doble problema. Uno, el que este periódico ya relataba este domingo: fugas de votos en todas las direcciones. Cs cedía papeletas hacia el PP, el PSOE, Vox y hasta a Más País. Una auténtica sangría. El segundo es el que se refleja en la edición de hoy lunes: casi la mitad de sus votantes podría quedarse en casa. O sea, que Rivera cuenta con los electores más infieles y los más abstencionistas. Un doble agujero para un partido cuyo voto es más coyuntural, sin tanta densidad ideológica como la de los graneros de otros partidos.

El perfil sociodemográfico del probable votante favorece a la derecha tradicional (PP y Vox) y perjudicaría a los nuevos partidos (Cs y Podemos)

Dicho de otro modo: el voto a Cs es muy subsidiario de los flujos de papeletas que recibe de otras formaciones y de cómo se percibe la coyuntura. Ahora, a los naranjas se les han secado las dos fuentes de electores de las que se alimentaron, de PP y de PSOE, y encima se les han abierto vías de agua en varios sentidos y sus propios votantes son los que están más perezosos para ir a las urnas. El peligro de una mayor abstención no castiga solo a Cs, pero sí es cierto que es el partido a quien más le perjudicaría de cara a este 10-N.

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Hay otros indicadores que son negativos para Ciudadanos. Son los mayores de 45 años los que más están convencidos de ir a votar (68,5%), también los de estudios superiores (71,8%). Están asimismo más movilizados los encuestados que viven en poblaciones grandes, de entre 50.000 y 200.000 habitantes (69,4%) y de más de 200.000 (70,8%), y los retirados (68,6%) y los que se dedican a tareas del hogar (68,9%).

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Este perfil sociodemográfico de los probables votantes muestra que la intención de participar el 10-N es más elevada entre los mayores de 45 años, con estudios superiores, habitantes de grandes ciudades, retirados y amas de casa. Un perfil que, en principio, favorece a la derecha tradicional (PP y Vox) y al PSOE y perjudicaría especialmente a los nuevos partidos (Cs y Podemos), que encuentran sus principales graneros entre los más jóvenes y los activos.

Ficha técnica

-Universo: personas de 18 años y más censadas y con derecho a voto en las elecciones generales.

-Diseño muestral:
Teléfono fijo: selección aleatoria estratificada a partir de las variables tamaño de hábitat y provincia con distribución proporcional. Selección aleatoria del hogar dentro de cada estrato. Selección del individuo con control de cuotas de sexo y edad retroalimentadas por el sistema, con aplazamiento y rellamada.
Teléfono móvil: selección aleatoria simple de la base de datos de teléfonos móviles generada automáticamente por IMOP Insights a partir de los inicios asignados a cada operador móvil. Esta base de datos se testó antes del inicio del trabajo de campo con el sistema Dali (detección automática de líneas inactivas).

-Margen de error de muestreo: ±2,9 puntos porcentuales para p=q=50% y nivel de significación del 95%, siempre en el supuesto de un muestreo aleatorio simple. 

-Trabajo de campo: del 1 al 3 de octubre de 2019. 

-Tamaño muestral: 1.227 entrevistas. 

-Técnica de la entrevista: telefónica asistida por ordenador mediante el sistema CATI. Un 45 % de las entrevistas se realizaron a individuos localizados a través de teléfono móvil.

-Duración estimada del cuestionario: 4,5 minutos. 

-Equilibraje: con el fin de minimizar posibles errores de campo y ajustar los datos al universo, el fichero se ha sometido a un equilibraje a partir de las siguientes matrices: sexo x edad; tamaño de municipio x provincia y equipamiento telefónico en el hogar.

-Instituto responsable de la investigaciónIMOP Insights, SA. IMOP Insights se acoge al código internacional CCI-ESOMAR para la práctica de la investigación social y de mercados. IMOP Insights cumple con los requisitos establecidos en la Norma UNE-ISO 20252. IMOP Insights esta adherido al código CODIM.

La principal amenaza del 10-N se llama abstención. Se da por descontado que será más alta que la de las elecciones generales del 28 de abril. Pero la duda es hasta cuánto se encogerá la movilización y cómo se repartirá el bajón por barrios, aunque 'a priori' ya se intuye que castigará especialmente a Ciudadanos, ya que solo el 56,7% de los que apostaron por Albert Rivera hace seis meses dice ahora que emitirá su sufragio. Ese dato fundamental, el de la participación, es uno de los más complicados de estimar y es una de las grandes incertidumbres que planean en esta repetición de los comicios.

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