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"El independentismo no puede ser un aliado de Podemos, hay que derrotarlo"
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Ó. GUARDINGO / EX NÚMERO 1 DE PODEMOS POR BCN

"El independentismo no puede ser un aliado de Podemos, hay que derrotarlo"

El senador Óscar Guardingo era el número uno en las primarias de Podemos en Barcelona, pero dejó la lista al verse relegado al 11 tras perfiles soberanistas de los Comunes

Foto: Óscar Guardingo. (Jorge Álvaro Manzano)
Óscar Guardingo. (Jorge Álvaro Manzano)

Óscar Guardingo (Barcelona, 1975) es una de esas esquirlas que últimamente han saltado de Podemos. Este obrero de Hospitalet, miembro del comité de empresa de la SEAT antes de entrar en política, acabó primero de las primarias de Podemos en Barcelona pero tras la negociación con los Comunes fue relegado al puesto 11 detrás de perfiles tan próximos al independentismo —y tan alejados del suyo— como Jaume Asens, abogado soberanista y amigo de Pablo Iglesias.

Aunque sigue en Podemos y va a hacer campaña, Guardingo renunció a ir en la lista con una advertencia: "Mucha gente piensa que desde Podemos le hemos dado la espalda a España". Todavía senador, donde ha impulsado iniciativas contra la reforma laboral, es crítico con el 'procés'. Sobre la relación de Podemos con el independentismo, opina: "Todos tenemos claro en Podemos que no queremos la independencia de Cataluña, pero entonces tenemos que tener claro que nuestros aliados no pueden ser los independentistas. Al independentismo hay que derrotarlo porque en Cataluña ha roto la comunidad política". La entrevista se celebra en una cafetería en Madrid, donde Guardingo mira de reojo de vez en cuando al móvil que hace de grabadora.

PREGUNTA. ¿Por qué se ha ido?

RESPUESTA. Hubo una alteración del orden de las primarias y dejé de estar en un lugar de salida en el que podía aportar. Para estar en un lugar simbólico hago una reflexión de si estoy de acuerdo con la candidatura y como creo que esa candidatura tiene errores políticos, que no personales, pues decido retirarme y hacerlo público.

P.- ¿Qué errores políticos? Ha dicho que Podemos no tiene proyecto para España.

R.- Un proyecto de país es un proyecto para jóvenes y mayores, para zona rural y urbana. Y nosotros hemos dirigido mucho a segmentos de población. Frente a esta España de Vox, Casado y Rivera, que se considera heredera de los tercios y de los Reyes Católicos, y frente a la negación de España que hacen los independentistas, creemos que puede haber un proyecto de país que sea la España de las plazas del 15-M, de las mujeres del 8-M, de las redes sociales de los jóvenes que se movilizan contra el cambio climático, del sindicalismo y que hay otra España y que puede ser mayoritaria pero hay que dirigirse a ella. A toda ella. Necesitamos saber qué queremos de un proceso constituyente. Todos tenemos claro en Podemos que no queremos la independencia de Cataluña, pero entonces tenemos que tener claro que nuestros aliados no pueden ser los independentistas. Al independentismo hay que derrotarlo porque en Cataluña han roto la comunidad política.

P.- Podemos habla más de diálogo que de derrotar al independentismo.

R.- Nosotros hemos pedido diálogo muchas veces pero eso no es un proyecto de país. Al final de la legislatura hemos visto que los independentistas en realidad no quieren dialogar. O quieren dialogar solo de independencia, de aplicar el mandato del 1-O, que no tuvo ni la mayoría del censo con las cifras que ellos daban. Son los primeros que deberían hacer autocrítica y buscar mayorías más amplias en el Parlament para cambiar España, no para dejarla.

placeholder Óscar Guardingo. (Jorge Álvaro Manzano).
Óscar Guardingo. (Jorge Álvaro Manzano).

P.- ¿Y ha dicho esto en Podemos?

R.- Podemos tiene un hecho excepcional, que es que no tiene a ningún catalán en la ejecutiva. Eso hace que a Podemos le expliquen Cataluña desde fuera del partido y no llega a comprender bien lo que ha pasado. Sí que comprende que el conflicto en Cataluña es un conflicto constitucional grave y que se tiene que abordar, pero no se da cuenta de lo que ha pasado. Yo creo que en Cataluña, el independentismo ha roto consensos de convivencia que vienen del antifranquismo, que no son de la derecha. Son consensos que crea la izquierda. En Cataluña, comunistas y socialistas eran hegemónicos en los años 70 y ellos construyen el consenso sobre qué ser catalán, que es un concepto muy republicano, que está basado en la residencia y en el trabajo: es catalán quien vive y trabaja en Cataluña.

P.- ¿Eso no lo decía Pujol?

R.- Pujol lo empieza a combatir pero el independentismo ha roto ese consenso al llegar a otro concepto, que para ser catalán hay que tener una adhesión a la idea nacional de Cataluña. Ellos empiezan a hablar de pueblo refiriéndose solo al 47% de la población que apoya el proceso independentista. Excluyen de la idea de Cataluña a gente como Miquel Iceta o Joan Coscubiela, que ha sido secretario general de CCOO en Cataluña, que es un sello de catalanismo popular. Se rompe ese consenso de convivencia, se rompe qué es la comunidad en Cataluña y el daño colateral del proceso independentista es que se rompe esa comunidad y a partir de entonces ellos tienen la idea de que para ser catalán te tienes que adherir al Estado nación catalán.

El independentismo ha roto consensos de convivencia que vienen del antifraquismo, que no son de la derecha

P.- ¿Por qué lo compra la izquierda? O buena parte de la izquierda.

R.- La izquierda en Cataluña históricamente ha tenido complejos ante el nacionalismo, como ya pasó con el pujolismo, le roban la bandera. La izquierda antifranquista está formada principalmente por clase obrera y viene de fuera. Son catalanes de origen andaluz los primeros que van a la diada y reivindican los derechos nacionales y es la izquierda la que consigue recuperar el autogobierno de Cataluña. Pero las elecciones las empieza a ganar la derecha y la izquierda se acompleja ante esa derecha nacionalista y se contagia.

P.- Aunque Iglesias dijo que Jaume Asens, el cabeza de lista, no es independentista sino soberanista, es muy próximo al independentismo.

R.- Yo no le voy a hacer un retrato a Asens porque considero que es un buen tipo, coherente, honesto, que ha sido un defensor de los derechos humanos. Uno de los errores de esta campaña y de las autonómicas es que se había roto ese consenso y que es muy difícil que vuelva a haber un voto dual, de gente que vota a ERC en las autonómicas y a Comunes o PSC en las generales. Existe la Cataluña del 1-O y la Cataluña del 8-O [la gran manifestación constitucionalista convocada por Sociedad Civil Catalana]. El partido más votado en las autonómicas fue Ciudadanos, con 1,1 millones de votos, y gran parte de ese voto es de nuestros barrios, de barrios populares. Ahora hay muchas encuestas que dicen que el PSC puede ser el más votado en las generales. Hay que tomar nota. Son dos partidos que votaron el 155. En Cataluña hay una tarea que es la reconstrucción de la comunidad y eso pasa seguramente por dejar de imaginarse que existe un 80% mitológico, que yo creo que eso está roto, y buscar en el Parlament mayorías cualificadas de dos tercios para ver qué quiere ser Cataluña y luego iniciar un proceso constituyente en España. Pero Cataluña antes debe reconstruir su 'demos', el que Puigdemont rompió.

P.- Usted es de Hospitalet, un barrio obrero, y ha trabajado en la SEAT.

R.- Yo trabajo en la SEAT. Estoy en excedencia, tendré que volver ahora. En la planta hacemos las cajas de cambio para el grupo en la zona de fundición. Llevo una inyectora de aluminio. Soy un obrero de Hospitalet.

placeholder Guardingo, el pasado jueves en Madrid. (Jorge Álvaro Manzano)
Guardingo, el pasado jueves en Madrid. (Jorge Álvaro Manzano)

P.- Eso marca mucho. Alguien me decía que los Comunes suelen ser gente del Ensanche que se toma gin-tonics con la CUP.

R. Mi biografía es la que es: mi madre llegó con 14 o 15 años de Córdoba a Barcelona. Mi padre ya nació en Hospitalet y me cuenta que la primera vez que escuchó hablar catalán fue cuando entró a trabajar también en la SEAT con 18 años. En Comú Podem funcionó en las últimas generales porque supo unir esos dos sujetos, la clase trabajadora de los barrios de Barcelona y Tarragona y la clase media ilustrada más catalanista o más soberanista. Pero no se acaba de comprender que la DUI con el 47% ha roto eso y está quebrado y toca rehacerlo.

P.- Parece que ha ganado el ala independentista.

R.- La política catalana ha sido agitadísima estos constiyaños y es hora de hacer proyectos más claros. La confluencia con los Comunes y cómo se ha articulado el partido en Cataluña ha restado y mucho a Podemos. En Cataluña y en el Estado.

En Cataluña hay una tarea que es la reconstrucción de la comunidad y eso pasa por dejar de imaginarse que existe un 80% mitológico

P.- ¿En su barrio había banderas?

R. Muchas más españolas que independentistas y es un barrio donde nunca nadie había puesto una bandera española, salvo en una Eurocopa o un Mundial. Allí socialistas y comunistas sacaban un 60% o 70% del voto y la gente no ponía banderas nacionales.

P.- ¿Y salió la gente convocada por Sociedad Civil Catalana?

R. En las fotos del 8-O pudimos ver gente que había estado en los círculos de Podemos en Cataluña, gente reconocible, gente que venía de CCOO, del PSUC, votantes del PSC... Ciudadanos sacó 1,1 millones de votantes y le puedo asegurar que no hay 1,1 millones de fachas. Incluso muchos de estos votantes van a dejar de votar a Ciutadans porque se ha pasado de frenada en Cataluña: formando comandos para sacar lazos, creando altercados con periodistas… No va a ser un voto fiel a Ciutadans. Pero eso no quita que hay una Cataluña con una identidad nacional española y que no quiere optar entre España y Cataluña, y que si lo hace elige España.

P.- Hay quien piensa que para la izquierda la patria no es importante. O que si es importante no es fundamental.

R. Antes decía que trabajo haciendo cajas de cambio. Pues bien, los coches eléctricos no llevan caja de cambio y ahí tenemos una incertidumbre material sobre qué va a pasar con el automóvil y los empleos relacionados con este modelo industrial. A ese tipo de inquietudes la izquierda le da buena respuesta. Pero hay otra inquietud real que ha sentido mucha gente, en Cataluña y en el resto del país: ¿puede mi país desintegrarse, con las consecuencias traumáticas que eso lleva y que hemos visto en países europeos? ¿Quién me va a pagar la seguridad social? ¿Qué moneda va a haber? Y esa incertidumbre ha sido real y la ha sentido mucha gente y no tiene por qué ser de rentas altas. Asociar España a fachas y a ricos es una idea equivocada. Carlos Marx decía en 1848 que los obreros no tenían patria. Quizá en 1848 no tenían, pero en creo que 2019 sí que tienen.

P.- ¿Cómo vivió el 155 en el Senado?

R.- El día del 155 fue el día que Puigdemont hizo la declaración de independencia. Eso cambió bastante lo que queríamos hacer y nos pusimos a hacer mucha reflexión sobre la cuestión de España. Nuestra propuesta era ni 155 ni DUI y entonces tuvimos un fracaso doble porque las dos cosas que no queríamos son las que hay. Entonces nos damos cuenta de que hay que hacer una propuesta de país, una propuesta de patria que no puede ser en abstracto, que tiene que hablar de España y tiene que ser plurinacional. Ramón Espinar ha llevado esto a debate con el presidente Sánchez y antes con Rajoy. Y me da la impresión de que de estas propuestas que hemos hecho ha tomado más nota Pedro Sánchez que la gente Podemos. Porque hay elementos del discurso socialista que parece que nos lo han copiado.

Nuestra propuesta era ni 155 ni DUI y tuvimos un fracaso doble porque las dos cosas son las que hay

P.- ¿El lema de 'La España que quieres' de precampaña del PSOE?

R.- Ese clip y que ahora hablan de patria. La nación es la apelación al estómago, a los himnos y a la bandera, y patria son los derechos, la libertad de opinión, el derecho a sufragio. Eso crea el patriotismo constitucional, pero que en España no acaba de funcionar. Solo lo usa Aznar para poner el banderón en Colón. Y seguramente es porque aquí antes de hablar de patriotismo constitucional hay que hacer una tarea constituyente, que es arreglar este país, la cuestión plurinacional y hacer una segunda transición necesaria para para enarbolar la cuestión de la patria constituyente. Al Gobierno de Sánchez le hemos metido prisa para derogar la reforma laboral y le decíamos que era importante porque una patria sin derechos es una bandera en manos de agitadores de la extrema derecha, que es lo que ha pasado. Creo que hay proyecto para una izquierda patriótica, pero una patria entendida como derechos y una patria que no puede ser en abstracto y tiene que ser España.

P.- ¿Está a favor del derecho de autodeterminación, de que se haga un referéndum?

R.- Estoy a favor del derecho de autodeterminación, y creo que debería estar recogido en este proceso constituyente y que la Constitución española lo debería recoger, pero debería tener una regulación en el sentido de mayorías cualificadas. Un 47% o un 50% no puede convocar un referéndum porque eso solo divide. Tenemos el ejemplo del Brexit. No se solucionan estas cuestiones con una mayoría simple, abriendo las urnas y teniendo un voto más que los demás. El otro día Joan Tardà decía que Cataluña está dividida al 50% y que por eso debe haber un referéndum. Yo creo que al revés. Precisamente por eso hoy no es posible. Primero se necesita esa mayoría cualificada que haga una propuesta de lo que Cataluña quiere de España. Cataluña puede ser el motor que cambie la Constitución, cambiar la fórmula del jefe del Estado, pero hoy ese referéndum seguramente es más un problema que una solución. Hoy el 'statu quo' en Cataluña le da derechos de ciudadanía a unos siete millones de personas. Si ganara un referéndum con el 50% del censo podrías dejar a tres millones de personas sin derechos de ciudadanía y los podrías convertir en extranjeros. Por eso primero hace falta un acuerdo de que es lo que quiere Cataluña. Y para eso se tiene que poner de acuerdo el Parlament, no las tertulias de TV3 ni en las encuestas, con al menos el 70% de diputados.

Un 50% no puede convocar un referéndum, eso solo divide. Tenemos el ejemplo del Brexit

P.- Todo Podemos ha explotado. En Madrid va a haber varias listas.

R. Ramón Espinar podía jugar un papel importante en articular el espacio en Madrid, pero parece que no le dejan y desde que se va se confirma la disgregación del proyecto en cuatro o cinco opciones electorales.

P.- Un partido que acaba en tres listas…

R.- No ha hecho bien las cosas.

P.- ¿Todo esto viene del chalé?

R. Cada uno se gasta su dinero en lo que quiere. Incluso cuando ha dicho que no se lo va a gastar en eso. Las contradicciones son humanas pero esto es algo que afecta más a lo preopolítico, a lo existencial y a lo moral de Podemos. Podemos no era una representación: Podemos era la gente de abajo irrumpiendo en el Congreso de los Diputados, Podemos era los diputados que iban en metro o en autobús al Congreso o al Senado. Y todavía hay diputados y diputadas que van en autobús.

placeholder Óscar Guardingo.
Óscar Guardingo.

P.- Usted no vive en un chalé.

R. No.

P.- Un obrero de SEAT debe de estar amparado por un buen convenio.

R. Con la limitación salarial de Podemos [tres salarios mínimos], en el Senado he estado ganando más o menos lo mismo que ganaba como oficial de segunda en la SEAT con cuatro trienios. Pago 850 euros de alquiler con mi pareja y voy desahogado. Tenía un buen sueldo, lo tengo y lo tendré y mi pareja también, pero yo estoy muy bien en un barrio.

Podemos era los diputados que iban en metro o en autobús al Congreso o al Senado. Y todavía hay diputados que van en autobús

P.- ¿Ese voto obrero y español de la periferia se va a ir en alguna medida al PSC?

R. Creo que sí y muchas encuestas dicen que sí. Los 25 escaños que sacó el PSC con Carme Chacón son irrepetibles aunque ya veremos el 28-A. ERC siempre parece que va a ganar y nunca gana. Creo que Podemos puede repetir la fuerza de un 900.000 o un millón de votos en Cataluña y voy a trabajar para que ese espacio más rupturista que el partido socialista vuelva a sacar ese resultado. Soy de Podemos y voy a votar a En Comú Podem y voy a trabajar para que después del 28 de abril si hemos sacado un buen resultado estemos en el Gobierno y, si no, saquemos las conclusiones y las acciones que haya que hacer. Cuando eres militante tu deber es ayudar a sacar el mejor resultado. Pero también es el deber hacer la autocrítica al día siguiente de las elecciones si no hay un buen resultado.

P.- ¿Qué autocrítica?

R. Primero debate político. Últimamente hay mucho sainete y se habla más de nombres que de ideas. Espero que saquemos un buen resultado, que en principio es sacar más de lo que tenías.

P.- Eso hoy parece complicado.

R. Aguantar el suelo del 15% de voto y los 50 diputados sería un resultado aceptable. Menos de eso abriría un debate en Podemos sobre qué ha pasado.

"Aguantar el 15% de voto y los 50 diputados sería un resultado aceptable. Menos de eso abriría un debate en Podemos sobre qué ha pasado"

P.- La apuesta más que el resultado parece entrar en el Gobierno con el PSOE.

R. Es importante entrar y escribir en el BOE pero hay que tener una estrategia. Dentro de un Gobierno hay jerarquía. Por eso a la hora de entrar en un Gobierno es muy importante la correlación de fuerzas. No es lo mismo entrar con 70 diputados, que con 50 o 30. Con 30 diputados nuestra presencia no sería estratégica y deberíamos plantearnos otras opciones pero no creo que vayamos a sacar 30 diputados.

P.- Alguien dirá que habla ahora porque no va en puesto de salida.

R. Yo voy a defender las primarias de Podemos porque son las de mi partido y son una solución. El problema está en la negociación y en ciertos equilibrios de poder pero no soy una persona que me lamente. Ni me estoy quejando de no ir en las listas ni voy a ir a los tribunales como otros. Pero cuando eres cargo público tienes menos libertad para hablar en público.

Óscar Guardingo (Barcelona, 1975) es una de esas esquirlas que últimamente han saltado de Podemos. Este obrero de Hospitalet, miembro del comité de empresa de la SEAT antes de entrar en política, acabó primero de las primarias de Podemos en Barcelona pero tras la negociación con los Comunes fue relegado al puesto 11 detrás de perfiles tan próximos al independentismo —y tan alejados del suyo— como Jaume Asens, abogado soberanista y amigo de Pablo Iglesias.

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