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Andalucía quiere cambiar la letra de la reforma laboral de Pedro Sánchez
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Andalucía quiere cambiar la letra de la reforma laboral de Pedro Sánchez

Algunos apartados de las reformas propuestas por el equipo de Sánchez no convencen a la federación andaluza, en especial el referido a la reforma laboral

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, junto al vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios (d). (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, junto al vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios (d). (EFE)

El programa electoral presentado por Pedro Sánchez no convence al PSOE andaluz en el apartado económico diseñado por Jordi Sevilla. La federación andaluza enmendará el apartado referido a la reforma laboral y pedirá que se derogue el despido a 20 días aprobado por el Partido Popular. Un aspecto que ha suscitado un “fuerte debate interno” y que los socialistas andaluces consideran casi un símbolo. El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, ha evitado públicamente dar su opinión personal sobre este punto, pero ha dejado claro que será uno de los más controvertidos en la próxima conferencia política que celebrará el partido el 15 de noviembre para cerrar definitivamente el programa de las generales.

El apartado de la reforma laboral presentado por Pedro Sánchez propone derogar solo parcialmente la reforma laboral aprobada por el PP y convertida en uno de los asuntos más duramente criticados por el PSOE de la legislatura de Mariano Rajoy. Ferraz, en el borrador del programa hecho público, no toca el coste del despido y lo supedita a una negociación posterior del Estatuto de los Trabajadores. El despido improcedente seguiría estando en 33 días por año trabajado y en 20 días con causas objetivas. Este punto disgusta profundamente al PSOE andaluz, que aspira a que la reforma laboral se derogue por completo en este aspecto. Fuentes socialistas no ocultaron que esta propuesta, que achacan a Jordi Sevilla, sitúa al partido más a la derecha de lo que les gustaría en términos económicos.

Tampoco gustan otros aspectos referidos a la propuesta fiscal -sobre todo en lo que se refiere al impuesto de sucesiones y donaciones-, en los que defienden la reforma abanderada por la presidenta de la Junta de Andalucía y la autonomía de cada comunidad frente a la sugerencia de una armonización estatal de este tributo. Menos beligerantes son los socialistas andaluces en lo que se refiere a las relaciones con la Iglesia, aunque es sabido que Susana Díaz tiene una posición mucho menos frentista en este apartado. No les gusta que el foco se haya puesto en este tema pero no discrepan sustancialmente del fondo de la propuesta de Pedro Sánchez. De hecho, el Gobierno andaluz ha defendido abiertamente que la Religión no sea una asignatura evaluable como el resto de materias obligatorias y defiende que forme parte de las extraescolares dentro del currículo escolar.

El PSOE andaluz teme mucho que cualquiera de sus enmiendas al programa electoral se interpreten como una contrarreforma a las propuestas de Pedro Sánchez. De ahí que intenten poner el foco en el trabajo ya abierto dentro del partido y que llevará a las distintas asambleas locales y provinciales a elevar propuestas a la conferencia política que deberá cerrar el programa electoral. “Las propuestas saldrán de los militantes”, defienden una y otra vez. Sin embargo, fuentes de la dirección andaluza admiten que les hubiera gustado que la reforma laboral se hubiera derogado al completo y que avalarán este planteamiento. Otro de los asuntos más controvertidos en el programa socialista se refiere al modelo territorial y a la reforma de la Constitución.

En este sentido, desde el PSOE andaluz insisten en que Susana Díaz ha abordado este asunto de manera concreta con Pedro Sánchez en los últimos días y confían en que no haya ninguna sorpresa de última hora. Lo acordado, advierten, es que no se traspasen las líneas rojas fijadas en el documento político de Granada y no se avance en ninguna concreción más allá de esa propuesta de 2013. Susana Díaz tiene especial interés en poner el sello de Andalucía en ese apartado y también en lo que se refiere a la financiación autonómica. En ese caso, el conflicto estaría en el cupo vasco, que la baronesa andaluza ha reclamado revisar. El PSOE no apostará por anular el trato especial a las comunidades forales de País Vasco y Navarra, advierten fuentes del partido, sin embargo sí abrirá la puerta a revisar o modular, como viene en la Constitución, el cupo actual y defenderá una reforma en los términos abanderados por el PSOE andaluz.

Susana Díaz y Pedro Sánchez miden sus actos conjuntos en campaña

El número dos de los socialistas andaluces, Juan Cornejo, ha anunciado que Pedro Sánchez estará el próximo día 7 de noviembre en Almería en un acto de precampaña con Susana Díaz. Durante los 15 días de campaña, ambos dirigentes compartirán otros dos actos, posiblemente en Sevilla y Málaga, mientras que el candidato socialista tendrá agenda en solitario en el resto de provincias andaluzas.

El PSOE andaluz quiere enterrar cualquier debate sobre la tensión evidente en las relaciones con Pedro Sánchez pero lo tiene muy difícil. Por más que Susana Díaz deje claro que se va a “dejar la piel” durante la campaña electoral para que gane el PSOE, las diferencias afloran sin remedio y la inclusión de Irene Lozano ha abierto una brecha interna muy difícil de cerrar. Habrá tregua hasta las elecciones generales pero el día después será otra cosa. Ni Susana Díaz ni ninguno de sus dirigentes en Andalucía responden con claridad a dos preguntas clave para adivinar el futuro de Pedro Sánchez. No despejan qué pasará el día después del 20 de diciembre en caso de derrota del PSOE. Es decir, nadie en el PSOE andaluz dice con claridad si Sánchez tendrá su apoyo si opta a revalidar la secretaria general pase lo que pase en las generales, como él mismo ha asegurado.

Tampoco desde las filas de Susana Díaz (ella misma ha evitado posicionarse con claridad sobre este asunto esta mañana en una entrevista en Telecinco) despejan si Pedro Sánchez debe optar a formar Gobierno a cualquier precio y pactando con quien sea si no es la lista más votada. El mensaje en este punto es claro. Susana Díaz, recuerdan, descartó un pacto con PP o Podemos en las últimas elecciones andaluzas de marzo, lo que prácticamente descartaba la posibilidad de formar Gobierno si no ganaba en las urnas. Precisan, no obstante, que su antecesor, José Antonio Griñán, sí formó Gobierno en 2012 pese a perder las elecciones y tras un pacto con IU. “Era un escenario casi de empate técnico”, defienden desde el PSOE andaluz. Traducido: debe formar Gobierno la lista más votada, y solo si es imposible y el resultado es ajustado entre la primera y la segunda fuerza, apoyarán que Pedro Sánchez pacte a diestra o siniestra para entrar en La Moncloa. ¿Y si no? Silencio elocuente desde el PSOE andaluz.

El programa electoral presentado por Pedro Sánchez no convence al PSOE andaluz en el apartado económico diseñado por Jordi Sevilla. La federación andaluza enmendará el apartado referido a la reforma laboral y pedirá que se derogue el despido a 20 días aprobado por el Partido Popular. Un aspecto que ha suscitado un “fuerte debate interno” y que los socialistas andaluces consideran casi un símbolo. El secretario de Organización del PSOE andaluz, Juan Cornejo, ha evitado públicamente dar su opinión personal sobre este punto, pero ha dejado claro que será uno de los más controvertidos en la próxima conferencia política que celebrará el partido el 15 de noviembre para cerrar definitivamente el programa de las generales.

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