El agosto más caluroso de la historia dispara el gasto en refrigeración de la gran empresa

El calor extremo ya se deja notar en la cuenta de resultados de muchas grandes empresas. Así lo acaba de constatar Red Eléctrica: "Las oleadas de calor sufridas el pasado mes de agosto han generado unos significativos aumentos de la demanda eléctrica por motivos de refrigeración, que en el sector de servicios podrían suponer más de un 3% de crecimiento adicional respecto al mismo mes del año anterior", señala el operador del sistema eléctrico en su último índice de evolución mensual del consumo de las grandes empresas, aquellas que tienen un elevado consumo de luz y una potencia contratada superior a los 450 kW.

La cuestión no es baladí, máxime cuando en agosto el precio de la electricidad en el mercado mayorista ha marcado el nivel más alto desde febrero. La electricidad en el último mes completo ha escalado hasta rozar los 100 euros MWh. Se trata de precios que aún están lejos de los habituales antes de que se iniciara la crisis energética por la guerra de Ucrania y que iniciaron la senda alcista ya en 2021.

El gasto en refrigeración de grandes compañías se dio el pasado mes de agosto, cuando se registraron dos fuertes olas de calor que afectaron a casi todo el territorio nacional. Pero es que, además, agosto de 2023 ha sido el más caluroso de toda la serie histórica, según ha registrado la Agencia Estatal de Meteorología. "El mes de agosto fue en conjunto muy cálido, con una temperatura media sobre la España peninsular de 24,8 °C, valor que queda 1,8 °C por encima de la media de este mes (periodo de referencia: 1991-2020)", señala la Aemet, que matiza que "agosto fue extremadamente cálido en amplias zonas de la meseta sur y del centro y oeste de Andalucía, y muy cálido en el resto de la España peninsular".

Al gasto eléctrico en refrigeración hay que sumar el mayor consumo de combustibles también para enfriar, como ocurre con los camiones que llevan productos en las cámaras climatizadas. En suma, las temperaturas extremas contribuyen a un mayor gasto de buena parte del tejido productivo, lo que es un factor más que presiona la inflación al alza.

Además del aviso de altas temperaturas, la Aemet añade que agosto tuvo un carácter muy seco. Esto también está contribuyendo a peores cosechas y a que se incremente el precio de determinados productos alimenticios. Como paradigma, destaca el aceite de oliva, que escaló en agosto de este año con respecto al mismo mes del año pasado más del 50%, lo que supone la mayor subida para este producto de toda Europa. La botella de aceite virgen extra se está comercializando en las superficies de distribución a precios que superan ya los 10 euros el litro.

Las elevadas temperaturas, por otro lado, están contribuyendo a acelerar la transición y muchas empresas están optando cada vez más por soluciones como el autoconsumo solar, que busca reducir su factura energética para aminorar los gastos en la mayor medida posible.