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La energía no da tregua: el mercado anticipa ahora que el petróleo seguirá caro todo el año
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El barril no bajará de 80 dólares

La energía no da tregua: el mercado anticipa ahora que el petróleo seguirá caro todo el año

Los futuros se han disparado en las últimas semanas ante la expectativa de que las tensiones geopolíticas serán persistentes durante todo el año

Foto: Imagen de una plataforma petrolífera en California. (Reuters/Lucy Nicholson)
Imagen de una plataforma petrolífera en California. (Reuters/Lucy Nicholson)

A finales del pasado verano, en plena escalada de los precios de la energía, los políticos calmaban a los ciudadanos apuntando que sería una situación efímera. Tan pronto como se terminara el invierno, los precios volverían a bajar y, con ellos, la factura de la luz y de las gasolinas. En la recta final del año, parecía que esta previsión iba a cumplirse, pero el año 2022 ha empezado enloquecido en los mercados energéticos con una fuerte subida de los precios. El barril de Brent, referencia en Europa, escaló el martes por encima de los 88 dólares, el máximo que marcó el año pasado, y se sitúa en niveles récord desde 2014.

Pero lo que es más preocupante: esta subida se ha trasladado a toda la curva de futuros del petróleo. Esto significa que los mercados ya no anticipan una rápida caída del precio del crudo, sino que prevén que se mantenga caro durante todo 2022.

Foto: Vista de una torreta de alta tensión en El Berrón, Asturias. (EFE/Eloy Alonso)

Malas noticias para los ciudadanos, que no tendrán tregua en sus facturas este año. Al menos esto es lo que están anticipando a día de hoy los inversores. El motivo del empeoramiento del escenario energético se debe a las tensiones geopolíticas, que lejos de menguar se mantienen en todo lo alto. La principal preocupación es el conflicto entre Rusia y las potencias occidentales en Ucrania.

No es el único factor geopolítico que está pesando en la cotización del crudo: el atentado con misiles y drones en Emiratos Árabes Unidos ha reactivado la tensión en la región. Los rebeldes hutíes de Yemen han reclamado la autoría del ataque apuntando que sus objetivos son el aeropuerto de Abu Dabi y la refinería de Mussafah. De esta forma, sitúan en el centro de su acción el petróleo, lo que ha provocado una importante reacción en los mercados.

Esta delicada coyuntura geopolítica se suma a las dudas que estaba generando ya la nueva variante del coronavirus, que amenaza con extender los problemas logísticos y de producción durante todo el año 2022. Un entorno que es propicio para el encarecimiento de los productos energéticos y, lo que es más importante, para extender este periodo de precios elevados.

Si a finales del pasado verano los inversores anticipaban una rápida contención de los precios del petróleo, que en ningún caso superaría los 80 dólares, hoy anticipan que no bajará de esa cota de los 80 dólares durante todo el año 2022. Se acabaron las expectativas de un rápido ajuste de los precios.

La curva de los futuros del petróleo para 2022 (el precio al que se intercambian los contratos para los próximos meses) ha subido, de media, un 14% desde el final del pasado verano. Y casi un 10% en apenas tres semanas de 2021. Una rápida reacción que muestra el cambio de tono de los inversores. Aunque esperan que la escalada de precios no se mantenga, ahora prevén una reducción más lenta, hasta el punto de que el precio del barril de Brent no bajaría de los 80 dólares hasta el año 2023.

De media, el precio del barril de Brent se situará este año un 20% por encima de la media de 2021. No solo eso, en tasa interanual superará durante todos los meses los datos de 2021 salvo en septiembre. Esto significa que el precio del petróleo supondrá un impulso para la inflación durante todo el año y no será hasta 2023 cuando empiece a generar presiones deflacionistas.

Foto: Un bloque de viviendas en Barcelona. (EFE/Alberto Estévez)

Si se confirman estas previsiones de los inversores, serán malas noticias para los consumidores, que tendrán que seguir soportando costes de la energía elevados durante todo el año. En especial, afectarán al precio de los carburantes, que reaccionan rápidamente a las subidas de precios en los mercados internacionales.

El gas natural también ha repuntado en el inicio del año, pero está todavía lejos de los máximos que alcanzó el pasado mes de octubre. Sin embargo, aunque los precios ‘spot’ se hayan moderado, las expectativas de caída a futuro se han enfriado. Tanto, que ahora los futuros del gas natural para final de año están un 7% más caros de lo que estaban al final del verano.

Eso significa que los inversores consideran que el coste del gas no caerá rápidamente tras el invierno, sino que seguirá siendo alto durante todo el año. Esto implica también que la factura de la luz se reducirá de una forma mucho más lenta. Toca, por tanto, prepararse para costes energéticos altos durante todo el año, con el impacto que ello conlleva para la renta disponible de los hogares y para la balanza comercial de España.

A finales del pasado verano, en plena escalada de los precios de la energía, los políticos calmaban a los ciudadanos apuntando que sería una situación efímera. Tan pronto como se terminara el invierno, los precios volverían a bajar y, con ellos, la factura de la luz y de las gasolinas. En la recta final del año, parecía que esta previsión iba a cumplirse, pero el año 2022 ha empezado enloquecido en los mercados energéticos con una fuerte subida de los precios. El barril de Brent, referencia en Europa, escaló el martes por encima de los 88 dólares, el máximo que marcó el año pasado, y se sitúa en niveles récord desde 2014.

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