Es noticia
España destruyó 137.500 empleos en el primer trimestre, pero 80.800 salieron del ERTE
  1. Economía
El paro subió en 65.800 personas

España destruyó 137.500 empleos en el primer trimestre, pero 80.800 salieron del ERTE

Los datos de la EPA muestran el golpe de la tercera ola del virus sobre la actividad económica: el número de horas trabajadas se redujo un 1,6%, lo que indica que se habría producido una recaída del PIB

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

Los datos de la EPA publicados este jueves por el INE dan pie a anticipar una recaída del PIB en el inicio del año como consecuencia de la dureza de la tercera ola del coronavirus. En el primer trimestre se destruyeron 137.500 empleos, el peor arranque de un ejercicio desde 2014 si se descuenta el año de la pandemia. Sin embargo, el número de trabajadores en ERTE se redujo en 80.800 personas, lo que apunta a un saldo neto del empleo mejor que el ofrecido por los datos de ocupación. Conviene recordar en este punto que los trabajadores en ERTE se consideran ocupados en todos los casos.

Esto significa que la destrucción de empleo se compensó, en parte, por trabajadores que se reincorporaron a la actividad de los ERTE. De esta forma, el dato tan malo de destrucción de empleo se matiza. El primer trimestre de cada año siempre es negativo porque se produce la destrucción de empleo del fin de la campaña navideña y el inicio de la temporada baja en el turismo. En todo el anterior ciclo expansivo (2014-2019) la destrucción de la ocupación en el primer trimestre del año fue de 108.500 empleos de media. Esto significa que el primer trimestre de este año, con 137.500 empleos destruidos y 80.800 trabajadores reincorporados de los ERTE, no estaría muy lejos del saldo de ocupación de los trimestres de la expansión económica.

Sin embargo, hay otro dato de los registros de la EPA que puede marcar la senda del PIB que se conocerá el viernes, en este caso para mal. El número de ocupados que no pudieron trabajar en algunas semanas a lo largo del trimestre por enfermedad, accidente o incapacidad temporal aumentó de forma considerable, superando los 800.000 trabajadores. Se trata de un dato excepcional que superó en casi 100.000 personas los registros del cuarto trimestre de 2020 y que refleja cómo el impacto de la tercera ola del virus provocó muchas cuarentenas y bajas por enfermedad. Este efecto tiene como consecuencia una reducción de las horas de trabajo que podría afectar de forma decisiva a la evolución del PIB.

Foto: Imagen de la ciudad financiera del BBVA en Madrid. (EFE)

El número de horas trabajadas en el primer trimestre del año se redujo un 1,56% respecto al cuarto trimestre del año anterior, y esta caída sí que es significativa y muy diferente al crecimiento que se experimentaba habitualmente en los años de expansión. Lo que indica este dato es que, aunque la variación del número de trabajadores efectivos (descontando los ERTE) fuese similar a la de otros inicios de año durante el ciclo expansivo, realmente las horas de trabajo fueron menores. Difícilmente se podrá compensar esta caída con un aumento de la productividad por hora efectivamente trabajada, lo que anticipa una recaída del PIB.

En cualquier caso, la destrucción de empleos sufrida en el inicio del año marca una debilidad evidente de la economía española y confirma que la recuperación no será posible hasta que la situación sanitaria mejore. El número de ocupados se redujo hasta 19,6 millones de personas, lo que significa que en España hay 474.500 ocupados menos que hace un año.

Es relevante señalar que el empleo en el sector público es el que está sosteniendo la ocupación desde el inicio de la crisis por las contrataciones que están realizando las diferentes administraciones públicas para sostener los servicios básicos, en especial la sanidad. A lo largo del trimestre, se incorporaron 18.300 trabajadores al sector público, mientras que el privado destruyó 155.800 empleos. En tasa de variación interanual, el sector público crea empleo a un ritmo del 4,6%, mientras que en el privado se destruye a ritmos del 3,8%.

Por su parte, el paro se redujo en 65.800 personas a lo largo del trimestre. Este dato sorprende si se tiene en cuenta la caída de la ocupación y que el paro siempre aumenta en el inicio del año. La explicación está en el aumento de la inactividad a lo largo del trimestre, esto es, personas que no están ocupadas pero tampoco están buscando empleo. Este hecho se puede achacar a dos factores. El primero, que los rebrotes del virus forzaron a muchas personas activas a hacer cuarentenas, de modo que no pudieron apuntarse al paro. Y el segundo, a que muchos activos están desanimados después de un año en el desempleo y dejan de registrarse en las oficinas de empleo.

En total, el número de activos se redujo en 203.400 personas respecto al trimestre anterior. Se trata de una caída de la actividad como no se registraba desde los años de la crisis financiera y explica por qué los datos del desempleo parecen mejores a pesar de la destrucción de puestos de trabajo. Con esta caída de la actividad, la tasa de paro también se reduce, bajando al 15,98%, esto es, 0,14 puntos menos.

El número de hogares que tienen a todos sus miembros en paro aumentó en el primer trimestre en 29.200 y superó la barrera de los 1,2 millones de hogares con todos sus activos en paro. Al mismo tiempo, también aumentó el número de hogares con todos sus miembros activos ocupados, con un crecimiento de 17.600 hogares, hasta superar los 10,41 millones. Un indicio más del aumento de la desigualdad en España como consecuencia de la pandemia: rentas medias y altas que mantienen sus ingresos y rentas bajas que están en una situación muy delicada sin ingresos del trabajo.

En esta fase de la crisis, solo Cataluña y Madrid están creando empleo con intensidad, lo que anticipa que se situarán a la cabeza del crecimiento autonómico en el inicio del año. En la Comunidad de Madrid el número de ocupados aumentó en 44.000 personas, un incremento del 1,3%, mientras que en Cataluña se incorporaron 33.400 nuevos ocupados, lo que supone un incremento del 1%. Estos datos contrastan con los que habitualmente registran ambas comunidades en el inicio del año, ya que lo normal es que destruyan empleo. Lo que indican estas cifras es que los sectores ajenos a la hostelería (que se mueve básicamente por los ERTE) están mostrando dinamismo en las grandes capitales. En muchos casos se trata de sectores ligados a las nuevas tecnologías y la digitalización, cuyo empleo se concentra en las grandes urbes.

Por el contrario, los datos en el Mediterráneo y las islas siguen siendo muy negativos. Y eso a pesar de que la temporada baja actualmente se parece mucho a la temporada alta porque no hay turismo. La Comunidad Valenciana perdió más de 40.000 empleos, cuatro veces más que la ocupación que perdía habitualmente en el inicio del año. Más sorprendente es el dato de Andalucía, que perdió 30.700 empleos, mientras que en este mismo periodo de 2019 llegó a crear 16.000 puestos de trabajo.

Los datos de la EPA publicados este jueves por el INE dan pie a anticipar una recaída del PIB en el inicio del año como consecuencia de la dureza de la tercera ola del coronavirus. En el primer trimestre se destruyeron 137.500 empleos, el peor arranque de un ejercicio desde 2014 si se descuenta el año de la pandemia. Sin embargo, el número de trabajadores en ERTE se redujo en 80.800 personas, lo que apunta a un saldo neto del empleo mejor que el ofrecido por los datos de ocupación. Conviene recordar en este punto que los trabajadores en ERTE se consideran ocupados en todos los casos.

ERTE
El redactor recomienda