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La crisis mantiene a tres millones de trabajadores en el limbo laboral
  1. Economía
EL GASTO EN PRESTACIONES SE TRIPLICA

La crisis mantiene a tres millones de trabajadores en el limbo laboral

La economía se recupera lentamente. Pero las cicatrices de la crisis siguen ahí. Más de tres millones de trabajadores siguen en el limbo laboral. Otro millón ha perdido su empleo

Foto: Foto: EFE.
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La economía recobra poco a poco la normalidad, pero las heridas de la crisis económica siguen ahí. Y la mejor manera de observarlo es haciendo una lectura del número de demandantes de un puesto de trabajo que registran los servicios públicos de empleo, y que en junio ascendió a nada menos que 8,26 millones.

Esta cifra esconde la verdadera realidad del empleo y de la actividad económica, ya que refleja el número de trabajadores que están formalmente ocupados, pero que no pueden trabajar por las razones que sean. Y lo que dice el SEPE es que, de esos 8,26 millones de demandantes, algo más de 3,80 millones están ocupados.

La cifra es inusualmente alta -en febrero ascendía a 789.441-, lo que quiere decir que algo más de tres millones de trabajadores estarían afectados por la suspensión de su contrato de trabajo. Es decir, no son parados, pero no pueden trabajar. Se supone que, a medida que la situación económica se normalice, muchos de esos trabajadores volverán a su puesto de trabajo.

No sucede lo mismo con los 893.361 trabajadores que antes de la crisis estaban afiliados a la Seguridad Social y han dejado de estarlo. Es decir, han perdido su empleo. Por lo tanto, eso supone que algo más de 3,9 millones de trabajadores son los afectados directamente por la crisis, de los cuales una cuarta parte ha perdido ya su empleo.

Esta es la verdadera factura de la pandemia económica, que ha dejado la cifra de cotizantes a la Seguridad Social en niveles de 2017. En concreto, el número de afiliados asciende a 18,6 millones. O lo que es lo mismo, la crisis se ha llevado por delante casi el 5% del empleo medido por la afiliación al sistema público de protección social. En cuanto al desempleo, el paro registrado -los 3,86 millones que reconoce el SEPE- son equivalentes a los que había en 2015, lo que da idea de la intensidad de la crisis.

La velocidad de la salida de la recesión, lógicamente, determinará cuánto empleo -de esos casi cuatro millones que están o en el limbo laboral o lo han perdido- se recuperará, pero no hay que olvidar que la economía española tiene una fuerte estacionalidad. Es decir, crea empleo en los meses centrales del año y luego lo pierde -en función de la coyuntura- en otoño e invierno. Y ahora tiene dos meses por delante, julio y agosto, muy buenos desde el punto de vista del empleo, pero a partir de septiembre, aunque en los últimos años se ha retrasado a octubre, cambia la tendencia. Ese será el momento clave del mercado laboral.

Otra prórroga

El Gobierno, por el momento, ha pactado con sindicatos y empresarios mantener el paraguas de los ERTE hasta el 30 de septiembre, pero es muy probable que tenga que negociar otra prórroga, dependiendo de sus disponibilidades presupuestarias.

Por el momento, lo que se sabe, es que el gasto en prestaciones de desempleo, en coherencia con la destrucción de puestos de trabajo, se ha disparado. En mayo, había 4,94 millones de beneficiarios, lo que supone un crecimiento del 183% en términos anuales. Pero que llega al 436% de incremento si se observan únicamente las prestaciones contributivas, que son las más relevantes para el sistema.

Una simple comparación refleja con nitidez la intensidad del problema en términos económicos. El gasto en prestaciones se ha multiplicado por tres. Se ha pasado de 1.457 millones en mayo del año pasado a 5.526 millones, lo que da idea del aumento del gasto público que ha generado la pandemia.

La paradoja está en que el número de beneficiarios -4,94 millones- supera en más de un millón al de parados registrados en el SEPE, lo que explica que la cobertura bruta se haya situado en un estratosférico 135%. Es decir, el SEPE reconoce una prestación como parados (817 euros mensuales de media), pero a esos mismos trabajadores no los reconoce como parados. Milagro de las estadísticas.

La economía recobra poco a poco la normalidad, pero las heridas de la crisis económica siguen ahí. Y la mejor manera de observarlo es haciendo una lectura del número de demandantes de un puesto de trabajo que registran los servicios públicos de empleo, y que en junio ascendió a nada menos que 8,26 millones.

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