La estiba vuelve a la carga: las empresas no quieren pluses de antigüedad ni auxiliares
La tarea más ardua llega ahora. Los estibadores deben ponerse de acuerdo con las compañías para determinar cómo serán sus nuevas condiciones laborales, una misión que puede prolongarse meses
Tras un verano con el mar en aparente calma, ha llegado el momento de que patronal y estibadores retomen las negociaciones para culminar una tarea inacabada. Los sindicatos y la debilitada patronal Anesco se reunirán esta semana con el objetivo de cerrar el V Acuerdo Marco para la Regulación de las Relaciones Laborales en el Sector de la Estiba Portuaria, una misión que puede prolongarse durante meses si ambas partes no consiguen ponerse de acuerdo. El eterno conflicto costó 55 millones de euros a la economía española por cada jornada completa de huelga —según estimaciones de Fomento— y supuso una multa de tres millones a España por la tardanza del Gobierno en liberalizar el sector.
Las empresas no quieren que los estibadores vuelvan a pisarles el terreno, y se muestran contundentes con unas propuestas que no sentarán del todo bien a los trabajadores. Para empezar, suprimen la figura de los auxiliares (grupo 0), trabajadores con preparación básica que en principio no suben a los buques para efectuar tareas de carga y descarga. Entre sus funciones está el recuento de mercancías o la conducción de vehículos en tierra, entre otras. ¿Qué pasará con ellos?
La patronal ofrece pactar un período transitorio para que se adapten a otras tareas, un acuerdo que solo se podrá alcanzar en ámbitos inferiores de negociación —véase convenios a nivel autonómico y/o puerto por puerto—. “Si así lo decide la empresa, se hará a través de contratos formativos o por cualquier otra vía que estime conveniente (…) en ese caso, se aplicará el periodo de prueba previsto (seis meses para contratos indefinidos y dos meses para temporales)”, sostiene Anesco en un documento interno al que ha tenido acceso este periódico. Las empresas lo utilizarán como base para negociar con los sindicatos.
Volver al periodo de prueba implica que una empresa pueda despedir al empleado en cuestión “sin ninguna necesidad de preaviso y sin que ninguna de las partes tenga derecho a indemnización”. Por tanto, es probable que los auxiliares que llevan años de experiencia a sus espaldas pongan el grito en el cielo ante una medida semejante.
La batería de propuestas de Anesco también deja claro que “el complemento personal de antigüedad desaparece como complemento retributivo, sin que se devengue cantidad alguna por tal concepto”. Como ya adelantó este periódico, las firmas aspiran a ahorrarse un buen pellizco en costes laborales recortando los pluses por trabajar de noche, en fines de semana o festivos. “Basta con suprimirlos para rebajar un 30% la factura. No habría ni que tocar los salarios”, explicaron fuentes del sector a El Confidencial.
No obstante, el documento interno no dice nada sobre los demás complementos, primas o incentivos, porque estos dependerán de los convenios de cada puerto. Algo similar ocurre con las retribuciones: variarán en función del grupo profesional y el lugar de trabajo, entre otros criterios. Es pronto para saber cuánto bajarán los sueldos en la estiba, si bien la Plataforma de Inversores en Puertos (PIPE) abogó por una polémica rebaja del 60% (hasta una media de 26.900 euros al año).
Otro de los puntos clave tiene que ver con la cuestionada igualdad de género en los puertos. “Las empresas están obligadas a promover la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres”, reza el texto. La discriminación quedó patente en Algeciras, único puerto de la Unión Europea donde no hay una sola mujer en una plantilla de más de 2.000 trabajadores. La cifra de estibadores asciende a más de 6.000 en toda España.
Este diario se ha puesto en contacto con la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar para conocer su postura antes del inicio de las negociaciones, pero el sindicato se ha limitado a indicar que las propuestas que manejan no son públicas.
Las empresas ya se comprometieron en junio a quedarse con los trabajadores de las Sociedades Anónimas de Gestión de Estibadores Portuarios (Sagep), intermediarias controladas por los sindicatos que ceden su mano de obra a las empresas que operan en los puertos. Ahora ratifican su promesa por escrito, al garantizar que “aquellas firmas que se separen de las Sagep subrogarán al personal en proporción a su participación accionarial en la misma”.
El real decreto-ley que sirvió para liberalizar el sector dio un periodo transitorio de tres años para acabar con el sistema de las Sagep. Una vez transcurridos, las empresas dejarán de estar obligadas a recurrir a estas sociedades cada vez que necesiten estibadores. Con la nueva normativa, podrán contratarlos directamente.
Ahora toca negociar la letra pequeña del convenio a nivel estatal. Hoy está prevista una primera toma de contacto entre ambas partes, pero la reunión de la Comisión Paritaria no llegará hasta mañana miércoles, como confirman fuentes de Anesco a este periódico.
Tras un verano con el mar en aparente calma, ha llegado el momento de que patronal y estibadores retomen las negociaciones para culminar una tarea inacabada. Los sindicatos y la debilitada patronal Anesco se reunirán esta semana con el objetivo de cerrar el V Acuerdo Marco para la Regulación de las Relaciones Laborales en el Sector de la Estiba Portuaria, una misión que puede prolongarse durante meses si ambas partes no consiguen ponerse de acuerdo. El eterno conflicto costó 55 millones de euros a la economía española por cada jornada completa de huelga —según estimaciones de Fomento— y supuso una multa de tres millones a España por la tardanza del Gobierno en liberalizar el sector.
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