El PIB da su mayor acelerón desde el inicio de la crisis y constata la recuperación

2007. El año en que empezó todo. Hay que remontarse hasta entonces, hasta el momento en el que la crisis estaba dando sus primeros coletazos y permanecía más encasillada todavía en el frente financiero que en el económico, para encontrar un crecimiento mayor al que ha registrado España en el primer trimestre del año. Según ha anticipado el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española ha acelerado su marcha para mostrar una expansión del 0,9% entre enero y marzo con respecto al trimestre anterior. No se veía un datoasí desde el último parcial de 2007, cuando el crecimiento intertrimestral también fue del 0,9%.

Aunque se trata de una cifra provisional y en la que el INE no ofrece más detalles sobre los motivos que impulsan ese crecimiento -los aportaráel próximo 28 de mayo-, el dato tiene su importancia. Primero, porque constata que la recuperación gana tracción. Del 0,5% del tercer trimestre de 2014 se pasó al 0,7% en el cuarto trimestre y ahora al 0,9% del arranque de 2015. De hecho, este último dato supera en una décima la previsión del Banco de España (BdE), que manejaba una cifradel 0,8%.

Segundo, porque avala la idea de que España crecerá este año más cerca del 3% que del 2%, con lo que viviría su mayor expansión desde el 3,8% registrado precisamente en 2007. Es decir, es una cifra que encaja los pronósticos del BdE, que en marzomejoró ocho décimas su previsión de crecimiento para 2015, hasta el 2,8%, y con las propias cifras de Moncloa, puesto que el jefe del Ejecutivo,Mariano Rajoy,adelantó hace unos días que la previsión de crecimiento para 2015 sería del 2,9%. Por el momento, en el primer trimestre el crecimiento interanual repunta hasta el 2,6%.

Y tercero, porque certifica que el viento de cola del que goza España -y el conjunto de la Eurozona- le está viniendo de maravilla a la economía. Ese viento de cola está compuestopor la alineación de tres elementos: la caída del petróleo, que abarata los costes de las empresas y las familias e incrementa su capacidad de consumo;la depreciación del euro,que impulsa las exportaciones; y los bajos costes de financiación propiciados por la extraordinariamente expansiva política monetaria del Banco Central Euriopeo (BCE), que se traduce en financiación más barata para el Estado y las empresaso en un abaratamiento de las hipotecas para los hogares-.

Los tres factores han venido para quedarse, al menos durante el presente ejercicio, con lo que las previsiones confirman la impresión de que el ritmo del primer trimestre podría mantenerse el resto del año. De hecho, las primeras estadísticas recabadas en lo que va de segundo trimestre ya permiten que el modelo creado por la Autoridad Fiscal (AIReF) prevea un crecimiento intertrimestral del 1%.

El impulso de la demanda interna

A la espera de conocer una información más detallada dentro de un mes, la demanda interna se postula como la gran valedora de la aceleración del crecimiento.En su boletín de marzo, el Banco de España anticipaba quela composición del crecimiento en el primer trimestre no habría experimentado cambios sustanciales, puesto que la demanda interna siguió aportando crecimiento, aunque la externa podría haber ejercido una aportación "muy reducida o incluso negativa" al crecimiento intertrimestral del PIB.

En cuanto al empleo, el Banco de España asegura que esta variable habría mantenido su elevado dinamismo en el primer trimestre y podría crecer un 0,7% en tasa intertrimestral, ritmo similar al del trimestre precedente. De hecho, en todas las ramas, con excepción de la agricultura, observa una aceleración en el ritmo de creación de empleo.

En su boletín de abril, conocido esta semana, el organismo emisor volvía a constatar que en los tres primeros meses del año se mantuvo el dinamismo en el consumo privado, la inversión empresarial y el empleo, que siguieron mostrando un "comportamiento favorable".