Jorge Lorenzo S.A.

El piloto Jorge Lorenzo enseñaba esta semana su impresionante residencia de lujo en el Maresme barcelonés, rodeado de chicas en biquini. Un gesto de ostentación y mal gusto, para unos; un mero pastiche publicitario, para otros. Sea como fuere, lo cierto es que, aparentemente, puede permitírselo. Según se desprende de las cuentas presentadas al Registro Mercantil por su sociedad de cabecera, el deportista ha facturado por cuestiones de imagen 38,2 millones de euros en los últimos cuatro años, ejercicios en los que se ha anotado un beneficio neto de 13,84 millones. Para dormir tranquilo.

Lorenzo Guerrero (26) es el accionista único de FMT LAND 99, empresa constituida en diciembre de 2008 para llevar a cabo “la explotación comercial de los derechos de imagen de deportistas profesionales, en especial en el ámbito del motociclismo, incluyendo todas aquellas actividades relacionadas con la imagen, publicidad, esponsorización y patrocinio”. Y va viento en popa. Sólo el año pasado, ingresó por esos conceptos la nada despreciable cantidad de 13,01 millones de euros, un incremento considerable respecto a los 10,69 millones del ejercicio precedente. Eso sí, apenas una décima parte de esa facturación proviene de España.

El piloto de Yamaha, que ejerció como administrador único de la sociedad hasta principios de este año, se embolsó por “sus servicios profesionales” 3,82 y 3,53 millones de euros en 2012 y 2011, respectivamente. Además, la compañía registró un resultado positivo de 4,32 y 3,91 millones en los citados ejercicios, llevados a reservas voluntarias. Dicho esto, la compañía sufría un punto de inflexión en febrero, al dejar Lorenzo la administración de la empresaen manos de Albert Valero Liria, a la sazón su manager desde mediados de 2012. Su nuevo hombre de confianza, que rubrica las cuentas, percibió 25.320 euros por su trabajo de gestión.

Para completar la mudanza, la sociedad también mutósu objeto social. Paradójicamente a tenor del vídeo emitido, la empresa del campeón del mundo de Moto GP hace dos años pasó desde finales de 2012 a centrarse exclusivamente en el sector inmobiliario y en los mercados. “En fecha 24 de diciembre, el Socio Único (…) acordó modificar el objeto social de la sociedad pasando a ser éste: 'La adquisición por cualquier título de fincas rústicas o urbanas, la urbanización de terrenos, promoción y construcción de edificios de cualquier clase (…) La tenencia, compra, suscripción, permuta y venta de valores mobiliarios (…) con la finalidad de dirigir, administrar y gestionar dichas participaciones'”, subraya la memoria. De piloto a inversor.

Dicho cambio tiene incidencia para la auditoría, que establece una salvedad a las cuentas del año pasado. No en vano los contratos por derechos de imagen y publicidad que constituyen “la practica totalidad” de los ingresos de la compañía salen del perímetro de la misma y son transferidos al modificar el objeto social al propio Lorenzo, sin que los auditores hayan podido verificar que esas operaciones se hayan realizado correctamente desde el punto de vista contable. “No hemos obtenido de la Sociedad información que nos permita evaluar la razonabilidad del valor aplicado a dichas transacciones y, por lo tanto, no podemos determinar si, de haber tenido acceso a esa información, se hubieran puesto de manifiesto aspectos que deberíamos haber considerado en nuestro informe”, expone el documento.

La casa de la discordia

No obstante, la evolución de la sociedad -que acumula un patrimonio de 15,2 millones- no se antoja extraña si se tiene en cuenta que ya desarrollaba puntualmente “actividades relacionadas con la compraventa y arrendamiento de bienes inmuebles”. De hecho, durante el año 2012, la sociedad invirtió 623.479 euros en terrenos y otros 767.994 euros en edificaciones, dotaciones que disparan la cantidad total invertida en activos inmobiliarios. Por este concepto, el montante se situaba al final del ejercicio en 1,86 millones de euros. El informe que acompaña a las cuentas anuales obvia referirse a qué porcentaje concreto de esas cuantías ha ido a parar a su casa del Maresme, pero da pistas.

“Las altas del ejercicio 2012 se corresponden con el valor de los inmuebles, un solar y una vivienda localizados en Barcelona, y una vivienda localizada en las Illes Balears, aportados a la sociedad como aportación no dineraria de la ampliación de capital efectuadaen el ejercicio 2012. Las altas del ejercicio 2011 se corresponden con la adquisición de un nave industrial en la localidad de Rubí (Barcelona)”, constata. La sociedad también mantiene inversiones en fondos de inversión de renta fija a corto y largo plazo y acciones cotizadas del Ibex, así como depósitos, deuda pública o renta fija privada. Todo un despliegue inversor para garantizarse el futuro cuando la carrera deportiva toque a su fin. Vistos sus poderes, su único problema hoy parece Marc Márquez.