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Francia e Italia se niegan a hacer un 'striptease' de sus bancos como el de los españoles
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RAJOY USARÁ LOS TEST DE ESTRÉS PARA DECIDIR SOBRE EL RESCATE

Francia e Italia se niegan a hacer un 'striptease' de sus bancos como el de los españoles

Las dudas del Gobierno sobre si tendrá que disponer de más dinero del rescate europeo para la banca se resolverán el próximo otoño cuando se ejecute

Foto: Francia e Italia se niegan a hacer un 'striptease' de sus bancos como el de los españoles
Francia e Italia se niegan a hacer un 'striptease' de sus bancos como el de los españoles

Las dudas del Gobierno sobre si tendrá que disponer de más dinero del rescate europeo para la banca se resolverán el próximo otoño cuando se ejecute la primera parte de los nuevos test de estrés del sector, que de nuevo correrá a cargo de Oliver Wyman. Ahí se debería detectar si existe un nuevo déficit de capital que debe ser cubierto con fondos europeos... suponiendo que el ejercicio se haga bien, porque esta vez se trata de unas pruebas en toda Europa, y Francia e Italia se niegan a someter a sus bancos a un striptease similar al realizado en 2012 por los españoles. 

El nuevo ejercicio tendrá dos partes. La primera será una revisión de la calidad de los activos (asset quality review), que realizará una consultora en cada país; en España, la elegida es Oliver Wyman, como ya ocurrió con las pruebas del año pasado. La segunda será la prueba de resistencia propiamente dicha, que será ejecutada por la EBA (Autoridad Bancaria Europea) a principios de 2014. Esta fórmula pretende evitar que se repitan los fiascos de los test de la EBA de 2010 y 2011, que fueron incapaces de detectar la dimensión del agujero de la banca española.

"Entonces simplemente se hizo un ejercicio en una hoja de Excel con los datos que suministraban los bancos, sin cuestionarlos, y así salió. Ahora se trata de comprobar realmente qué es lo que tiene dentro del balance cada banco europeo antes de estresarlo, que es exactamente lo que se hizo en España el año pasado. Algo que requiere un trabajo previo intenso y riguroso", explica una fuente conocedora de la situación. El motivo de este rigor es que el BCE quiere conocer exactamente la situación en que se encuentran las 200 entidades que, en teoría, quedarán sometidas a la supervisión única a partir del 1 de marzo. Y tanto el Banco de España como el Gobierno quieren que todo el mundo se someta al mismo ejercicio que nosotros.

Pero ahí chocan con la oposición frontal de Francia e Italia a someterse a un escrutinio tan estricto como el de la banca española. En ambos casos, sobre todo el francés, esta reticencia está justificada por la enorme exposición al riesgo que tienen sus bancos y que apenas han reducido en los últimos años, frente al fuerte desapalancamiento de los españoles, como explica hoy El Confidencial. En cuanto a los italianos, "se encuentran en una situación de negación de la realidad como la que tenía la banca española antes del desastre", explican estas fuentes. "Y lo peor es que suelen salirse con la suya, entre otras cosas porque Mario Draghi es italiano".

 

En todo este lío, Alemania guarda silencio, pese a que retiró a casi todos sus bancos de los anteriores test de estrés europeos. Una postura que obedece a que "están convencidos de que el ejercicio va a ser muy light y no va a sacar los colores a sus entidades, porque con tanta oposición va a ser muy difícil hacer un ejercicio serio", concluyen. De momento, la EBA ha retrasado estos test desde el último trimestre de 2013 al primero de 2014, lo cual no es una buena señal en este sentido.

El Gobierno usará los test para decidir sobre el segundo rescate


El presidente de BBVA, Francisco González, aseguró el lunes en un curso de la Universidad Menéndez Pelayo de Santander que "hay que rematar la reforma financiera y los nuevos test de estrés van a ser una buena referencia sobre las necesidades de capital del sector". Y añadió que "hay que ser conservadores y tener precaución para llegar a estas pruebas con la mayor solvencia posible para que no haya problemas".

El Ejecutivo de Mariano Rajoy utilizará estas pruebas para determinar si las necesidades de capital del sector hacen inevitable ampliar el recurso al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) más allá de los 41.000 millones ya dispuestos, algo a lo que se está resistiendo con uñas y dientes por las nuevas condiciones que la troika impondría a España. Por ello, insiste en acelerar la unión bancaria con un mecanismo directo de recapitalización de la banca, y en evitar que los depósitos superiores a 100.000 euros tengan que asumir pérdidas en caso de rescate de una entidad. Dos frentes en los que tiene pocas posibilidades de éxito, según varias fuentes de alto nivel: la recapitalización directa no excluirá que el Estado en cuestión tenga que asumir una parte y parece seguro que los bonistas y depositantes tendrán que compartir la carga con los contribuyentes europeos.

"El Gobierno va a tratar de evitar pedir más dinero europeo, y podrá lograrlo si la prima de riesgo no se dispara y los datos económicos siguen mostrando mejoría, y si los test de estrés no muestran grandes necesidades adicionales de capital", explica una de las fuentes consultadas. "En caso contrario, no le quedará más remedio, y lo lógico es que disponga del resto del dinero para terminar de raíz con cualquier duda que quede sobre el sistema financiero. Eso sí, a cambio le impondrían condiciones como liquidar las entidades nacionalizadas inviables o bajar todavía más los precios de los pisos de Sareb", añade.

Las dudas del Gobierno sobre si tendrá que disponer de más dinero del rescate europeo para la banca se resolverán el próximo otoño cuando se ejecute la primera parte de los nuevos test de estrés del sector, que de nuevo correrá a cargo de Oliver Wyman. Ahí se debería detectar si existe un nuevo déficit de capital que debe ser cubierto con fondos europeos... suponiendo que el ejercicio se haga bien, porque esta vez se trata de unas pruebas en toda Europa, y Francia e Italia se niegan a someter a sus bancos a un striptease similar al realizado en 2012 por los españoles.