Ibercaja y Caja3 cierran su fusión al toque de corneta impuesto por el BdE

Los máximos responsables ejecutivos de Ibercaja y Caja 3 han dado su visto bueno al acuerdo de fusión, que será ratificado en los próximos días por los consejos de administración de las cuatro entidades involucradas. El subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, se ha encargado personalmente de ‘animar’ a los presidentes de las cajas para que cerrasen por la vía del apremio sus diferencias de manera que el Gobierno pueda cumplir el compromiso contraído por el Reino de España con la Unión Europea.

El Ministerio de Economía quiere presentar en bandeja de plata este acuerdo de integración a los emisarios de la troika que este martes iniciarán una visita trascendental a España para supervisar el ‘minuto y resultado’ del rescate bancario solicitado en julio del año pasado. La fusión de Ibercaja y Caja3 estaba encarrilada desde finales del pasado año, una vez que fracasó el acuerdo con Liberbank, pero la operación ha estado a punto de descoserse en las últimas semanas debido a las interferencias políticas de la Junta de Extremadura. El presidente regional, José Antonio Monago, amenazó con abandonar el proyecto ante lo que consideraba un expolio de su patrocinada, la Caja de Badajoz.

La entidad extremeña recibirá ahora ciertas compensaciones en su relación de gobierno corporativo con Caja Círculo de Burgos y la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI) de Zaragoza. No obstante, la participación conjunta de los integrantes de Caja3 no superará la previsión original del 12,5% en el capital de Ibercaja Banco, la entidad financiera mayoritariamente controlada por la entidad aragonesa del mismo nombre que preside Amado Franco. La fusión por absorción satisface todos los requerimientos de Bruselas dado el interés de la burocracia comunitaria en fomentar un verdadero proceso de consolidación en el sector bancario español.

Franquicia de 40 millones por el 'riesgo Sareb'

El otro gran inconveniente que ha exigido la intervención directa del Banco de España correspondía a las garantías solicitadas por Ibercaja para responder por el denominado 'riesgo Sareb' de los activos traspasados por Caja 3 al banco malo. Belén Romana ha hecho valer el papel comprador del Estado para establecer un periodo de tránsito de 36 meses durante los cuales su sociedad inmobiliaria está en disposición de recuperar parte de los recursos destinados a los bancos nacionalizados si encuentra vicios ocultos que afectan negativamente al valor de sus inversiones.

Ibercaja no estaba dispuesta a admitir ningún lastre de esta naturaleza procedente de sus nuevos socios, por lo que Caja3 ha tenido que asumir una franquicia de 40 millones de euros que serán pagados mediante un depósito en acciones, una vez se conozca la valoración definitiva de la entidad financiera resultante de la fusión. En definitiva, si la Sareb exige estos fondos al encontrar algún agujero adicional en los activos tóxicos adquiridos a los componentes de Caja3, el grupo tripartito verá rebajada su participación en Ibercaja Banco.

El saneamiento de Caja3 ha exigido una aportación de ayudas públicas de 407 millones de euros en bonos contingentes convertibles (CoCos), así como un ajuste interno que ha supuesto el despido de 515 trabajadores y el cierre de 187 oficinas. La Sareb ha aportado, además, otros 2.200 millones mediante la compra de activos tóxicos. La integración en Ibercaja Banco supone el colofón en todo este proceso de reestructuración y evita que el Gobierno tenga que recurrir a una nueva nacionalización en medio del gran rescate financiero.