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'Helicóptero' Kuroda acelera la depreciación de la divisa nipona hasta los 130 yenes por euro
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EL DÓLAR ACECHA LA COTA DE LOS 100 YENES

'Helicóptero' Kuroda acelera la depreciación de la divisa nipona hasta los 130 yenes por euro

Las aspas de las históricas medidas monetarias anunciadas por el Banco de Japón (BdJ) están provocando un auténtico vendaval en el mercado de divisas. Una onda

Las aspas de las históricas medidas monetarias anunciadas por el Banco de Japón (BdJ) están provocando un auténtico vendaval en el mercado de divisas. Una onda expansiva en la que el yen cuenta con el papel estelar y en el que el euro y el dólar desempeñan la función de acompañantes principales. 

La masiva impresión de yenes programada por el BdJ, mediante la que prácticamente duplicará el dinero que hay en circulación en Japón -desde 138 hasta 270 billones de yenes- hasta finales de 2014, está acelerando la depreciación del yen, que está marcando sus cambios más bajos de los últimos años contra las principales divisas. Contra el euro ya ha caído hasta los 130 yenes -hoy ha llegado a los 130,5-, su mínimo desde comienzos de 2010. Contra el dólar se cruza a 99,4 yenes; por el momento, al mercado le intimida la redonda referencia de los 100 yenes, pero la divisa norteamericana se encuentra en máximos desde 2009 contra la japonesa. 

Caídas espectaculares

Pero las caídas del yen son generalizadas. Desde el pasado jueves, las principales monedas del mundo se han apreciado entre un 7 y un 10% contra la nipona. Al mismo tiempo, esta secuencia le afianza como la divisa más débil entre las principales del mundo en 2013, puesto que estas acumulan una revalorización comprendida entre el 8 y el 19% contra el yen. 

Aunque la velocidad de las caídas ha crecido en las cinco últimas jornadas, lo cierto es que con el yen ya llueve sobre mojado, porque su depreciación viene de largo. Desde julio, y al abrigo del histórico compromiso del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, con el euro, la moneda única, que entonces se encontraba en mínimos contra el yen desde el año 2000, se ha apreciado un 38% contra la japonesa; y desde noviembre, el dólar se ha revalorizado un 25%. 

De este modo, el euro está volviendo sobre los pasos que comenzó a perder cuando comenzó lo peor de la crisis durante el verano de 2008. En julio de ese año, la divisa europea llegó a rozar los 170 yenes. Posteriormente, y sobre todo a raíz del colapso desencadenado por la quiebra de Lehman Brothers, el yen actuó como divisa refugio e inició una ascensión que le condujo a los 94 yenes por euro en julio de 2012. Fue entonces cuando Draghi se cruzó en su camino. Luego, el nuevo primer ministro, Shinzo Abe, y el nuevo gobernador, Haruhiko Kuroda, se han encargado del resto. 

Recalentando la 'guerra de las divisas'

Por el momento, las recientes maniobras de Japón no han encontrado una fuerte contestación. De fondo, sin embargo, poseen la envergadura suficiente como para calentar de nuevo el conflicto cambiario. Sobre todo, puede impacientar a sus vecinos asiáticos, que han visto cómo sus respectivas divisas también se han fortalecido entre un 5 y un 9% contra el yen en las cinco últimas jornadas. En un mundo en el que una divisa fuerte se percibe como un enemigo por la pérdida de competitividad que supone en medio de una crisis, esas apreciaciones pueden deparar inmediatas intervenciones en el mercado para ser frenadas. 

Japón y su intención de depreciar el yen ya acapararon la atención del G-20 en la reunión que celebró en Moscú en febrero. La tibia respuesta ofrecida entonces por las potencias mundiales y los principales países emergentes dejó el camino libre para que Japón hiciera lo que quisiera con su divisa. Kuroda, que siguiendo la parábola de Milton Friedman se ha subido al helicóptero para arrojar sobre el país una cantidad histórica de yenes, ha sido el brazo ejecutor. Aquellas sospechas del G-20 son ahora realidad. La guerra de las divisas amenaza con hervir de nuevo. 



Las aspas de las históricas medidas monetarias anunciadas por el Banco de Japón (BdJ) están provocando un auténtico vendaval en el mercado de divisas. Una onda expansiva en la que el yen cuenta con el papel estelar y en el que el euro y el dólar desempeñan la función de acompañantes principales.