Evo Morales evidencia la debilidad de España nacionalizando la filial boliviana de Abertis

España cada vez pinta menos en el panorama internacional. El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció ayer por sorpresa la expropiación de SABSA, la filial de Abertis en ese país que gestionaba los tres principales aeropuertos bolivianos. Evo Morales leyó en persona el decreto de expropiación para obtener los máximos réditos políticos de este acto.

Fuentes cercanas a Abertis han explicado que hace tres años el ejecutivo de Evo Morales ya había amagado con la nacionalización, pero todo se había quedado en amenazas. Sin embargo, ayer Morales llevó a cabo la expropiación, justificándola por el bajo nivel de inversiones de Abertis en su filial de aeropuertos boliviana.

Abertis niega la mayor. Fuentes de la compañía han explicado que el grupo español ha invertido entre los años 2005 y 2012 un total de 12,6 millones de euros, además de haber abonado el canon de la privatización, que sumó otros 38,6 millones de dólares, además de 9,4 millones más en impuestos.

El Gobierno boliviano consideraba que de aquí al final de la concesión se debían invertir 58 millones de dólares. Abertis, por su parte, estaba ofreciendo invertir 36 y siempre que el Gobierno boliviano afrontase la actualización de las tarifas aeroportuarias, que llevaban congeladas desde 2001. No hubo acuerdo y las relaciones, pese a las numerosas reuniones que se han mantenido con el Ejecutivo del país andino para buscar una solución, no han fructificado.

Se intentó incluso iniciar un arbitraje internacional que evitase el conflicto. Pero en los últimos encuentros ya quedó claro para la dirección de Abertis que la voluntad de Evo Morales era expropiar y que no había verdadera voluntad de alcanzar un acuerdo.

El impacto en las cuentas de Abertis será nulo, según la compañía. Como hacía tiempo que la inversión se veía amenazada, esta ya estaba totalmente provisionada. De los cerca de 4.000 millones de euros del volumen de negocio de Abertis, los aeropuertos de Bolivia sólo suponen el 0,5% de las ventas.

Apoyo del Gobierno español

El Gobierno español ha dado a Abertis todo su apoyo y se ha puesto en contacto con la alta dirección de la empresa para hacérselo explícito. La reacción ha sido firme y se ha ofrecido a la empresa toda la colaboración posible, según han señalado fuentes conocedoras de estos contactos.  

Hay que recordar que SABSA era una filial de TBI que, además de Abertis, es propiedad en un 10% de Aena, con lo que esta nacionalización, al contrario que las precedentes, afecta directamente al Gobierno español, que además es accionista perjudicado. Tanto el Ministerio de Exteriores como el de Fomento han contactado con Abertis para estudiar las medidas a tomar.

Abertis está en este momento buscando socio para su división de aeropuertos, en línea con lo que ha hecho con otras ramas de negocio, como los aparcamientos y la logística. La búsqueda de socios ha estado encargada a la firma AZ Capital y el banco de negocios Citi.

Cristina marcó el camino

La presidente argentina Cristina Fernández de Kichner fue la que marcó el camino con la expropiación del 51% de YPF a principios de 2012. A partir de entonces, se abrió la veda. El gran emulador ha sido Evo Morales, que ha expropiado en su país a otras empresas españolas, como REE o Iberdrola. Retomar el control de empresas en las que han invertido los 'gallegos' potencia lo peor de determinadas políticas populistas de América Latina. 

En Bolivia, sólo Repsol ha mantenido el tipo, aunque ha tenido que pactar con la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos para mantener el control de su filial en el país andino. En todas las demás nacinoalizaciones, como en el caso de Abertis, el Gobierno boliviano se ha referido a pagar un justiprecio. Pero, por ahora, no ha abonado nada en ninguno de los casos antes mencionados.

Todas estas pérdidas en América Latina coinciden con la crisis de España en el seno de la UE y el rescate bancario español con fondos europeos. A partir de ese momento, el peso específico de España en la región ha ido de capa caída. La nacionalización de la filial de Abertis en Bolivia ha sido el último capítulo.