Es noticia
Merkel emplaza a Rajoy para que afronte el caso Bárcenas sin renegar del dogma de la austeridad
  1. Economía
LA CANCILLER NO QUIERE NI MEDIA FISURA EN LA POLÍTICA DE AJUSTE Y CONSOLIDACIÓN FISCAL

Merkel emplaza a Rajoy para que afronte el caso Bárcenas sin renegar del dogma de la austeridad

Los ministros que acompañaron esta semana a Rajoy durante su viaje a Berlín, en su mayor parte componentes del área económica, no dejaron de animar al

Foto: Merkel emplaza a Rajoy para que afronte el caso Bárcenas sin renegar del dogma de la austeridad
Merkel emplaza a Rajoy para que afronte el caso Bárcenas sin renegar del dogma de la austeridad

Ni Alemania ni España dentro de la misma órbita satelital pueden permitirse el lujo de la más mínima distracción en un ejercicio como 2013, que se entiende definitivo para salir del pozo de la crisis. La doctrina de la fe en la austeridad es una carta credencial de indudable valor con vistas a las elecciones germanas del próximo otoño y Merkel se juega gran parte de su apuesta programática con las cartas que maneja Rajoy. Estaría bueno que al final del camino se demostrase que el dogma es falso y, como dicen en el mus, por una todas malas.

Frau Merkel ha hecho ver a su colega español que ni la más reprobable corrupción institucional que acecha a nuestro país debe ser motivo suficiente para dar un vuelco a todos esos enormes esfuerzos económicos que vienen marcando el ritmo vertiginoso de la legislatura en el primer año de la era Rajoy. El Gobierno ha batido una plusmarca mundial después de alcanzar un recorte estructural del 3.5% del PIB en un ambiente de recesión galopante que se ha saldado con una contracción en términos reales del 1,4%. Sin duda, un récord histórico que alienta los mayores descontentos en España pero que satisface los requerimientos de Alemania y sirve de ejemplo en toda la Unión Europea.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no tiene muy claro aún si estará en condiciones de ofrecer a Rajoy unas cifras definitivas de ejecución presupuestaria para que el presidente se luzca en el próximo debate sobre el estado de la nación. El cierre fiscal de los ayuntamientos complica el balance consolidado del año porque son más de 8.100 centros de coste que es preciso ajustar uno a uno. En todo caso, lo que sí parece seguro es que el Gobierno reducirá los números rojos de España SA. por debajo de ese fatídico 7% que se establece como frontera indispensable para aprobar el examen de Bruselas.

La inclusión en las cuentas públicas de los 40.000 millones recibidos en nombre del rescate bancario no se tienen en consideración a efectos del procedimiento de déficit excesivo abierto por Europa, de manera que el jefe del Ejecutivo podrá sacar pecho en sede parlamentaria y presumir de haber dirigido el mayor ajuste de la democracia en España. Un hito que no debe servir de precedente para 2013 porque lo más difícil ya está hecho y el horno de la corrupción institucionalizada tampoco permite cocinar nuevas masas de recortes, rebajas y demás dolores en cantidades industriales. 

Apoyo al empleo juvenil

El Gobierno necesita, eso sí, algún dulce que le permita redimirse y alegre un poco la vida del sufrido contribuyente. La iniciativa comunitaria de apoyo al empleo juvenil auspiciada por Van Rompuy, traducida finalmente en algo más de 900 millones de euros, es un guiño solidario especialmente dirigido a Fátima Báñez como reconocimiento a ese papelón que se le atribuye a una ministra de Empleo en un país con seis millones de parados.

Agradecido el gesto europeo y admitidas las sugerencias alemanas, Rajoy sabe que este año no tiene mucho margen político para seguir atizando el fuego de una economía de guerra que necesita recuperar las constantes vitales en el mercado doméstico para aprovechar las ventajas de una devaluación interna que está siendo cruel para el bolsillo de los ciudadanos. España ha recuperado el pulso en los mercados con una dieta de hambre que ha permitido cerrar de golpe y porrazo el diferencial de costes laborales unitarios (CLU) que llegó a alcanzar un 40% con respecto a la media europea. La destrucción de empleo y la pérdida salarial de los privilegiados que todavía atesoran un puesto de trabajo ha empobrecido al país pero, como no hay mal que por bien no venga, eso se ha traducido en unos niveles de competitividad que los más optimistas consideran el punto de inflexión para acabar con todas las amarguras.

Saldo positivo de 30.000 millones en la balanza de pagos

El sector exterior es el clavo ardiendo de la eventual recuperación, una balanza de pagos que sonríe en términos positivos y que este año podría reportar saldos financieros de hasta 30.000 millones de euros, de acuerdo con las estimaciones que maneja el Ministerio de Economía. A ello se añade un fulgurante incremento en el número de pequeñas empresas que han ido creándose desde el último trimestre de 2012, casi 65.000 valientes que se han lanzado a la aventura de perdidos al río y sin grandes apoyos crediticios porque la banca, sabido es, no suelta un euro si no está segura de llevarse dos.

Por eso el ministro Luis de Guindos y su buen amigo de Industria, José Manuel Soria, están empeñados en crear mecanismos de financiación que aseguren la renovación del tejido industrial como trampolín para dar el salto a un nuevo modelo de desarrollo sostenible. Las Pymes son el punto de apoyo de un nuevo discurso económico que exhorta al mismo tiempo a los grandes empresarios para que sigan soltando el lastre de esa mastodóntica deuda con la que han ido alimentando sus insoportables delirios de grandeza.

La consolidación fiscal, para tranquilidad de Merkel, seguirá escrita con letras de molde en la hoja de ruta que Rajoy ha encargado a su fiel ministro de Hacienda. La purga Benito que se reclama en nombre de una supuesta regeneración política tiene su estación de partida en el reajuste de la Administración, la central y la múltiple de la periferia. El tren de Montoro se ha engrasado con el lubricante de la ley de Estabilidad Presupuestaria y el carburante de ese Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) creado para meter en cintura a las comunidades manirrotas.

Pero hace falta algo más, sobre todo una normativa de transparencia que verdaderamente aclare cómo, dónde, cuándo y por qué  se gastan los dineros de los españoles y una ley básica de Régimen Local que supere la asignatura pendiente del sector público. Ha llegado el momento de reducir el peso del Estado en lógica proporción al régimen de adelgazamiento nacional y como respuesta adecuada al clamor popular contra una codicia desbarrada que ha permitido a algunos enriquecerse con lo que es de todos pensando que no era de nadie. O ahora o nunca.

Ni Alemania ni España dentro de la misma órbita satelital pueden permitirse el lujo de la más mínima distracción en un ejercicio como 2013, que se entiende definitivo para salir del pozo de la crisis. La doctrina de la fe en la austeridad es una carta credencial de indudable valor con vistas a las elecciones germanas del próximo otoño y Merkel se juega gran parte de su apuesta programática con las cartas que maneja Rajoy. Estaría bueno que al final del camino se demostrase que el dogma es falso y, como dicen en el mus, por una todas malas.

Mariano Rajoy Angela Merkel