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Moncloa enseña las uñas a las eléctricas como antesala de la nueva reforma energética
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CON LA RETIRADA DE LOS RECARGOS EN FUNCIÓN DEL CONSUMO

Moncloa enseña las uñas a las eléctricas como antesala de la nueva reforma energética

“Las eléctricas quieren irse de rositas de esta crisis. Si tienen que reducir sus costes fijos para lidiar con la caída de la demanda, tendrán que

Foto: Moncloa enseña las uñas a las eléctricas como antesala de la nueva reforma energética
Moncloa enseña las uñas a las eléctricas como antesala de la nueva reforma energética

“Las eléctricas quieren irse de rositas de esta crisis. Si tienen que reducir sus costes fijos para lidiar con la caída de la demanda, tendrán que hacerlo”, exponen sin ambages fuentes de Moncloa, que dejan claro que las empresas no pueden ganar siempre. Desde ayer, las aludidas tienen un motivo más para la preocupación. El ministro de Industria, José Manuel Soria, anunciaba la suspensión de los nuevos recargos progresivos en función del consumo en el recibo de la luz. Una medida que, aunque solo reduce sus ingresos de manera simbólica, puede ser una señal sobre la dirección de la nueva reforma que prepara Alberto Nadal, que accedió a la Secretaria de Estado a finales de año como primer reemplazo en el Ejecutivo.

Nadal, hasta ahora vicesecretario general de Asuntos Económicos de CEOE y hermano del director de la Oficina Económica de Presidencia del Gobierno, Álvaro Nadal, tendrá como principal misión atajar el déficit de tarifa, que debe ser cero en 2013. Todo mientras las primas a las energías renovables no dejan de aumentar, al punto que rozarán los 9.100 millones este año, según las previsiones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), una cifra creciente que debe contener sin perjudicar la seguridad jurídica del país. A día de hoy, esos subsidios constituyen casi la mitad de los costes del sistema, que alcanzarán en este ejercicio los 20.374 millones.

No obstante, la interpretación que hacían ayer eléctricas de la medida anunciada por Soria enlazaba más bien con la improvisación en que se ha manejado el Ministerio en el último año. “Es normal que se haya suprimido la progresividad en el recibo. Iba a provocar un caos salvaje”, se aseguraba desde una eléctrica tras conocer la enésima marcha atrás del ministro de Industria. “Fue una medida improvisada y la CNE puso de manifiesto los problemas que suponía su aplicación. No sorprende. El Gobierno ha tomado el camino más lógico”, se remachaba, añadiendo que no se trata de la primera rectificación del Ministerio, con la mirada puesta en el pasado año.

Entonces y tras seis meses de ocultismo, el Ministerio filtraba en julio su hoja de ruta para el sector, necesitado de ingresos para atajar el imparable déficit de tarifa. Su planteamiento –con impuestos diferentes en función de las tecnologías afectadas- encallaba en el Ministerio de Hacienda y en la Abogacía del Estado, que cuestionaban la mayor: “No se puede gravar de forma diferente el mismo hecho imponible”. A partir de ahí, la pugna Soria vs. Montoro derivaba en una fenomenal bronca pública y en la defección final de Industria, que de mala gana cerraba la cuestión con un impuesto del 7% para todos. No falta quien critica tanto desgaste para poner apenas un parche.

Cerrada una vía de ingresos

Y es que este año arranca con mayores exigencias de ingresos para cuadrar las cuentas. Según admitía Soria en la Memoria Justificativa a la última orden de tarifas, de nuevo los costes sobrepasarán con mucho a los ingresos, una brecha que el ministro salva con una partida de “ingresos extraordinarios” en el entorno de los 2.270 millones de euros, de los que no precisa su origen. El por ahora frustrado recargo progresivo iba a ser precisamente una de las vías para lograr fondos adicionales. El Ministerio ya ha rectificado sus compromisos de reconocimiento de déficit de tarifa para asegurarse de que el sector no acude a los tribunales si las tarifas no cubren los costes. El ordenamiento vigente hasta ahora estipulaba que las cuentas debían cuadrar en 2013.

“La progresividad no suponía mucho dinero. Lastrará los ingresos en torno a 280 millones de euros. Además, tampoco parece que el Ministerio haya abandonado definitivamente la idea, con cuya filosofía estamos de acuerdo. Simplemente quieren perfilarla bien tras el duro varapalo de la CNE”, se apunta desde una compañía en un ejemplo claro de que el sector no está en modo pánico. “Además, acaba de llegar Alberto Nadal a la secretaria de Estado y parece lógico que quiera hacer las cosas a su modo”, se remata, a la vez que se insiste en los problemas técnicos -hasta informáticos- que suponía su implementación.

"La CNE hizo un análisis muy crítico de esa orden ministerial, que hemos considerado junto con las críticas recibidas, y en estos momentos el Ministerio no se está planteando la progresividad con este método, pero en cuanto tengamos un nuevo método se anunciará", afirmó ayer Soria. El supervisor advertía que la aplicación de los recargos “aumenta la complejidad de la facturación de los consumidores afectados y es de difícil ejecución de forma inmediata”, al tiempo que cuestionaba el “procedimiento de urgencia” utilizado para su tramitación y denunciaba que su impacto no está justificado económicamente en la Memoria.

“Las eléctricas quieren irse de rositas de esta crisis. Si tienen que reducir sus costes fijos para lidiar con la caída de la demanda, tendrán que hacerlo”, exponen sin ambages fuentes de Moncloa, que dejan claro que las empresas no pueden ganar siempre. Desde ayer, las aludidas tienen un motivo más para la preocupación. El ministro de Industria, José Manuel Soria, anunciaba la suspensión de los nuevos recargos progresivos en función del consumo en el recibo de la luz. Una medida que, aunque solo reduce sus ingresos de manera simbólica, puede ser una señal sobre la dirección de la nueva reforma que prepara Alberto Nadal, que accedió a la Secretaria de Estado a finales de año como primer reemplazo en el Ejecutivo.

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