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Los empresarios gallegos afean a Castellano que sólo invirtiera un millón en Novagalicia
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LO HIZO DE FORMA TESTIMONIAL PARA CONVENCER AL RESTO DE SOCIOS

Los empresarios gallegos afean a Castellano que sólo invirtiera un millón en Novagalicia

José María Castellano es un directivo al que le gusta "gestionar con el ejemplo". Por ese motivo, el presidente de Novagalicia invirtió un millón de euros

Foto: Los empresarios gallegos afean a Castellano que sólo invirtiera un millón en Novagalicia
Los empresarios gallegos afean a Castellano que sólo invirtiera un millón en Novagalicia

José María Castellano es un directivo al que le gusta "gestionar con el ejemplo". Por ese motivo, el presidente de Novagalicia invirtió un millón de euros de su bolsillo para contribuir a la recapitalización de la caja. Una cantidad relevante, pero muy inferior a la que aportaron los empresarios gallegos a los que él invitó a entrar en el banco, y poco representativo si se tiene en cuenta su patrimonio.

Fuentes oficiales de Novagalicia han confirmado la inversión de Castellano en el capital de la entidad resultante de la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Las mismas fuentes la califican de “testimonial”, como un paso para demostrar a los inversores su confianza en el proyecto. Por ese motivo, el consejero delegado, César González Bueno, también tiró de sus ahorros personales y compró acciones del banco, aunque la cantidad no ha sido precisada.

Sin embargo, los empresarios gallegos a los que Castellano convenció en diciembre del pasado año para que le acompañaran en el proyecto discrepan de la bondad de su aportación. Los 19 inversores gallegos contribuyeron con 72 millones para comprar el 2,5% del capital de Novagalicia, a razón de 2,7 millones de media, ya que 25 millones procedían de un acuerdo extrajudicial con el dueño de Hierros Añon.

Estas fuentes entienden que el millón de euros que puso Castellano es “insignificante” si se compara con lo que aportó el resto y escaso si se toma en consideración su fortuna personal. El profesor de universidad hizo una gran hucha en Inditex, empresa en la trabajó durante veinte años y de la que llegó a ser consejero delegado y vicepresidente.  

Como premio a su excelente trabajo, Amancio Ortega, el fundador del grupo textil, le entregó 3,81 millones de acciones de la empresa en julio de 2000, la mayoría vendidas a 2,93 euros. Lo hizo antes de que Inditex saliera a bolsa en la primavera de 2001 a 14,90 euros. Por lo tanto, obtuvo una plusvalía de casi 47 millones de euros en muy corto espacio de tiempo.

Pero las ganancias fueron mucho mayores, ya que Castellano vendió 1,6 millones de títulos apenas cuatro meses después de que el grupo con sede en Arteixo se estrenase en los mercados. Se desprendió de ese paquete a 18,6 euros por acción, con unas ganancias de 25 millones en octubre de 2001. Se quedó con casi dos millones de títulos de soltó más adelante con beneficios ingentes al calor de la subida de Inditex en bolsa. Además, Castellano fue agraciado con cerca de 215.402 acciones de Inditex por un plan de incentivos para toda la plantilla.

Pese a estas operaciones tan rentables, la fortuna de Castellano es todavía más ingente. El presidente de Novagalicia también hizo un gran negocio con Fadesa, de la que llegó a tener más del 5% del capital. En un primer momento, el economista vendió un 2,3% de la inmobiliaria gallega cuando salió a bolsa en 2004. Después colocó otro 2,8% del capital que tenía compartido con Josefa Ortega, la sobrina de Amancio Ortega. Entre ambas operaciones levantó cerca de 70 millones.

Lo que parece claro es que, en esta ocasión, Castellano tiene todas las de perder, al igual que la casi veintena de empresarios locales que ahora quieren demandar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) por su inversión en Novagalicia. Teniendo en cuenta que la entidad necesita más de 7.000 millones para su nuevo plan de recapitalización, todas esas aportaciones valen cero, incluido el millón de euros que aportó el que también fuera consejero de Adolfo Domínguez, de Tous, presidente de ONO y asesor de Rothschild. El enfado de sus socios es mayúsculo, no solo por lo "poco" que aportó Castellano, sino también porque no han llegado los 1.000 millones que prometió al Banco de España y a la Xunta de Galicia para ser nombrado presidente.

José María Castellano es un directivo al que le gusta "gestionar con el ejemplo". Por ese motivo, el presidente de Novagalicia invirtió un millón de euros de su bolsillo para contribuir a la recapitalización de la caja. Una cantidad relevante, pero muy inferior a la que aportaron los empresarios gallegos a los que él invitó a entrar en el banco, y poco representativo si se tiene en cuenta su patrimonio.