El consumo de las familias se hunde a los niveles más negros de 2009 tras la subida del IVA

El consumo se hunde. Y lo hace -aquí está la novedad- a una velocidad de vértigo, muy por encima de lo previsto. Hasta el punto de que el comercio al por menor -indicador clave desde el lado de la demanda interna- cayó en septiembre nada menos que un 11,9% (sin incluir el gasto en gasolineras). Lo relevante no es sólo el descenso, sino que la tasa devuelve a la economía española a los niveles más negros desde la Gran Recesión de 2009.

El desplome de septiembre tiene que ver, fundamentalmente, con el ‘efecto anticipación’ que se produjo en agosto a consecuencia de la subida del IVA, tanto de los tipos impositivos como de las bases imponibles, lo que animó a empresas y familias a adelantar sus compras para pagar menos impuestos.

Pero hay, además, causas más profundas que tienen que ver con el elevado nivel de desempleo y con el descenso de la renta disponible de las familias, derivado, en parte, de la pérdida de poder adquisitivo por la moderación salarial. El racionamiento del crédito y el pinchazo de la riqueza financiera de los agentes económicos han hecho el resto, hasta llevar el consumo de los hogares a niveles anteriores a la crisis. O lo que es lo mismo, si en 2008 las familias gastaban 107 euros (base 100 en 2005), en 2012 (media enero-septiembre) ya sólo destinan a la función consumo 92,9 euros.

La Encuesta de Presupuestos Familiares que ayer publicó Estadística, de hecho, refleja que los hogares españoles gastaron el año pasado 29.481 euros como media, el registro más bajo desde la primera mitad de la década pasada. Pero con una gran dispersión en función de la región en la que viven. Mientras que las familias madrileñas gastaron, de media, 36.015 euros, las extremeñas sólo alcanzaron los 24.347 euros. Es decir, un 48% más.

Hay que tener cuenta, sin embargo, que estas cifras no tienen en cuenta el coste de la vida en cada una de las comunidades autónomas. Tampoco el número de miembros por hogar, que provoca importantes sesgos. Así, por ejemplo, un hogar en el que viva una sola persona con menor de 65 años, gasta al año 19.428 euros, mientras que otro formado por una pareja y tres hijos, únicamente gasta 7.572 por persona y año.  

Paga extra de navidad

Lo peor, sin embargo, es lo que está por venir. En particular por la supresión de la paga extra de Navidad a los empleados públicos, y que supone retirar del mercado unos 4.200 millones de euros. Esa paga se destinaba tradicionalmente a financiar el consumo en fechas especialmente propicias para ello, pero ahora desaparece, lo que provocará descensos adicionales en el gasto privado. Pero mientras que la subida del IVA afectará a la Contabilidad del tercer trimestre (se prevé una caída intertrimestral del PIB del 0,4%), en el caso del sueldo de los empleados públicos se dejará notar en el último trimestre.

El efecto anticipación del IVA ya se percibió en los datos que publicó la Agencia Tributaria sobre ventas en grandes empresas no financieras,  que cayeron en julio y agosto un 4,1%. Con este descenso, la pérdida acumulada en el año es del 5%. La ‘prueba del algodón’ es que las ventas interiores de las grandes compañías que caían a un ritmo cercano al 7%, en agosto descendieron un 2,4%.

La debilidad del gasto de los hogares se manifiesta, igualmente, en un descenso sin precedentes de las disponibilidades de consumo, que corregidas de efectos de calendario, descienden un 10%. De la misma manera, el indicador de confianza del consumidor (saldo entre opiniones positivas y adversas) registra un saldo negativo de 36,8 puntos, prácticamente el doble que hace un año.

Como sostiene el Banco de España, lo preocupante es que el margen de maniobra de las familias para afrontar el deterioro de sus economías es cada vez menor. Y esto se manifiesta con toda crudeza en la tasa de ahorro, que ha vuelto a niveles anteriores a 2006 en términos anuales. Las familias ya sólo meten en la hucha el 9,6% de su renta bruta disponible, la mitad que al comenzar la crisis.