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Carlyle reestructura su millonaria inversión en el gigante del turismo español Orizonia
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CONTEMPLA VENTA DE ACTIVOS Y AJUSTES EN EL GRUPO

Carlyle reestructura su millonaria inversión en el gigante del turismo español Orizonia

Otra de las grandes operaciones de los años de bonanza entra en boxes. Seis años después de comprar a la familia Fluxá el grueso del conglomerado turístico

Foto: Carlyle reestructura su millonaria inversión en el gigante del turismo español Orizonia
Carlyle reestructura su millonaria inversión en el gigante del turismo español Orizonia

Otra de las grandes operaciones de los años de bonanza entra en boxes. Seis años después de comprar a la familia Fluxá el grueso del conglomerado turístico Ibersotar por 900 millones de euros, el fondo de capital riesgo Carlyle negocia con la banca una reestructuración de la deuda de la compañía, rebautizada como Orizonia, que roza todavía los 700 millones. La refinanciación en marcha dará pie a su vez a una recomposición del mapa accionarial, ya que está previsto que el fondo ICG (especializado en deuda mezzanine), uno de los principales acreedores, convierta gran parte de su posición en capital.

El proceso de negociación está en su última fase. Falta aún por resolver qué porcentaje de Iberotravel Vacations Holding, instrumental a través de la cual controlan Orizonia, mantendrán Carlyle (60%) y Vista Capital (35%). De hecho, este mapa ya ha cambiado con las ampliaciones de capital realizadas en julio de 2010 y en octubre de 2011, según consta en la memoria del último ejercicio, mediante aportaciones no dinerarias por la conversión de los préstamos participativos de 85 y 79 millones de euros que vencían en 2016. Bajo esta modalidad ya sólo queda un importe de 15 millones que expira en 2020.

Según han confirmado fuentes financieras, el actual proceso de reestructuración dará entrada a nuevo capital en el accionariado. Otra parte de la negociación gira en torno a la refinanciación de 335 millones de euros de deuda que vence en 2014, del total de 576 millones sindicados que Orizonia tiene comprometido con entidades de crédito hasta 2016, importe del que un 9% corresponde al propio Carlyle. Aunque "el grupo turístico cumple con tos ratios exigidos en los contratos de financiación", la propia dirección ve poco probable que ante las actuales circunstancias dichos préstamos puedan ser amortizados anticipadamente.

Mientras tanto, como parte del proceso de reestructuración, Orizonia estudia además la posibilidad de desprenderse de algunos activos de sus distintas áreas de negocio (internet, hoteles, mayorista, aérea, minorista y receptiva), así como afrontar una serie de ajustes en el grupo, que emplea a un total de 5.000 personas. El grupo presidido por Fernando Conte y dirigido por Pepe Duato espera resolver la actual situación de manera satisfactoria para los intereses de la compañía, que tuvo que hacer frente a un quebranto de casi 60 millones de euros tras la quiebra de su competidora Viajes Marsans.

Desde la entrada de Carlyle y Vista Capital en verano de 2006, que recuperaron parte de la inversión un año después, el grupo turístico ha realizado una serie de adquisiciones para tener presencia en toda la cadena de negocio. Una integración vertical que le llevó a comprar Viajar.com, Condor Vacaciones, Rumbo.es y EV Emprender, además de asociarse con Carnival Cruises para fundar Iberocurceros y con el mayorista BCD Travel para desarrollar los viajes de negocios. Además, ha desarrollado las marcas propias Luabay, Smilo, Kirunna y Vibo para operar sus divisiones de hoteles, servicios, grandes viajes y red de oficinas.

Esta estrategia ha permitido a Orizonia estar presente de una manera vertical en el negocio turístico y ganar cuota de mercado, aunque los números no son suficientemente buenos para repagar el conjunto la abultada deuda. Al cierre de 2011, la compañía facturó más de 2.400 millones de euros y obtuvo un ebitda positivo (flujo de caja bruto), aunque el ejercicio acabó con 42 millones de pérdidas. Esta situación hace que la compañía necesite "una estructura de deuda más cómoda que no le haga ir ahogada" y pueda seguir invirtiendo en la compañía, en pleno proceso de internacionalización.

Otra de las grandes operaciones de los años de bonanza entra en boxes. Seis años después de comprar a la familia Fluxá el grueso del conglomerado turístico Ibersotar por 900 millones de euros, el fondo de capital riesgo Carlyle negocia con la banca una reestructuración de la deuda de la compañía, rebautizada como Orizonia, que roza todavía los 700 millones. La refinanciación en marcha dará pie a su vez a una recomposición del mapa accionarial, ya que está previsto que el fondo ICG (especializado en deuda mezzanine), uno de los principales acreedores, convierta gran parte de su posición en capital.