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Presión vendedora sobre las empresas participadas por los bancos 'ayudados'
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OBLIGADOS A DESINVERTIR POR LAS EXIGENCIAS DE BRUSELAS

Presión vendedora sobre las empresas participadas por los bancos 'ayudados'

Durante cuatro largos años, las entidades financieras españolas han evitado a toda costa desprenderse de sus joyas de la corona, esas participaciones empresariales amasadas en los

Foto: Presión vendedora sobre las empresas participadas por los bancos 'ayudados'
Presión vendedora sobre las empresas participadas por los bancos 'ayudados'

Durante cuatro largos años, las entidades financieras españolas han evitado a toda costa desprenderse de sus joyas de la corona, esas participaciones empresariales amasadas en los años del ‘boom’ que durante tanto tiempo les han proporcionado unos jugosos beneficios y presencia en las torres más altas de la economía española.

Pero el rescate de 100.000 millones de euros aprobado el sábado por la Eurozona ha cambiado totalmente las reglas del juego. Desde la Unión Europa el aviso para navegantes lanzado ayer no puede ser más claro: "No tenemos por qué salvar a todos los bancos si no es estrictamente necesario. Hay casos en que habrá que liquidar entidades".

¿Cuáles? Aquellas que no desestabilicen la economía española. El discurso oficial del Gobierno es que el rescate está dirigido al 30% del sector. Es decir, Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia. Y a estas entidades podrían sumarse otras cotizadas –Banco Popular, en menor medida Sabadell y hasta CaixaBank están en las quinielas- a las que los nuevos requerimientos de provisiones y capital podrían obligar a sumarse a las ayudas.

Además, las entidades tendrán que abonar un interés de al menos el 8,5% por los fondos recibidos. Unas condiciones extraordinariamente exigentes que obligarán a las entidades a vender activos para cubrir sus necesidades. Un escenario perfecto para los ‘hedge funds’, que van a presionar a la baja las cotizaciones de las participadas con la expectativa de que sus dueños pueden verse obligados a vender incluso con pérdidas.

“Lo lógico sería una liquidación ya se vería hasta qué punto ordenada de las participaciones de las entidades. Si ahora hay presión sobre las participadas, se va a multiplicar ante el mensaje de máximo rigor de Bruselas con la banca española”, señalan en un banco de inversión extranjero.

Las cifras son elocuentes. Bankia, con el mayor número de participadas en su cartera, apenas ha vendido durante la crisis su participación en BME y Enagás. La primera le proporcionó unos ingresos 70 millones de euros y la segunda de apenas 188 millones. Pecata minuta para una entidad que recibirá ayudas de 19.000 millones de euros y que se ha convertido en el icono del pinchazo del sector financiero español.

Vender por obligación supondría importantes pérdidas en algunas participaciones de primer nivel. Ahí está el caso de Bankia en Iberdrola, donde el banco acumula unas enormes minusvalías latentes tras la caída del 30% del valor en bolsa este año.

La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri tiene que definir también su presencia en IAG y en Mapfre. Considera sus participaciones como estratégicas. Sin embargo, el giro dramático que para la economía española supone la intervención está provocando un giro radical en la estrategia de las empresas, incluidas las no financieras. Este domingo, Telefónica vendió el 4,56% de China Unicom para reducir endeudamiento. Hasta entonces, había negado reiteradamente su intención de enajenar este paquete.

El resto de cajas nacionalizadas y que serán receptoras de las ayudas de Bruselas tiene una cartera de participadas desigual. Novagalicia Banco mantiene participaciones en grupos como Sacyr Vallehermoso, HN Hoteles, Grupo Tavex  o Tecnocom, cuyas cotizaciones se desploman este año entre un 7% y un 65%. Y Catalunya Caixa, que en enero de 2011 ya vendió su 1,6% de Repsol, aún mantiene un paquete por el mismo porcentaje en Gas Natural.

Pero ninguna cartera es tan líquida ni de tanta calidad como la de CaixaBank. La entidad que preside Isidro Fainé participa en Repsol, Telefónica, Gas Natural y BME. Sólo las dos primeras acumulan descensos del 47% y del 27% respectivamente en 2012.

Durante cuatro largos años, las entidades financieras españolas han evitado a toda costa desprenderse de sus joyas de la corona, esas participaciones empresariales amasadas en los años del ‘boom’ que durante tanto tiempo les han proporcionado unos jugosos beneficios y presencia en las torres más altas de la economía española.