El comprador de CatalunyaCaixa recibirá ayudas por 8.800 millones

Mientras se ultiman las ofertas no vinculantes por el nacionalizado Banco de Valencia, el Ministerio de Economía prepara el cuaderno de venta de CatalunyaCaixa, la caja catalana de la que el Estado es dueño del 90% del capital. Según fuentes próximas al organismo dirigido por Luis de Guindos, la banca se hará cargo de hasta el 80% de las pérdidas futuras de la entidad por su cartera de préstamos dudosos, que asciende a 15.000 millones.

De esa cantidad, CatalaunyaCaixa ya tiene provisionados 4.000 millones, por lo que el porcentaje de minusvalías potenciales se calcula sobre 11.000 millones. La fórmula es similar a la que el Ministerio de Economía, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), empleó para subastar la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) el pasado mes de diciembre y la que se va a utilizar para enajenar Banco de Valencia.

Por tanto, el ganador de la puja por CatalunyaCaixa contará con una ayuda de hasta 8.800 millones de euros (el 80% de 11.000 millones) mediante lo que se conoce como un Esquema de Protección de Activos (EPA). De esos 8.800 millones de euros se hará cargo el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que a su vez tiene que refinanciarse con la aportaciones de las entidades del sector tras haberse quedado seco (le quedan 2.300 millones) por las ayudas concedidas en las subastas de la CAM y de Unnim.

Ese cálculo se ha hecho tomando como referencia el peor de los casos. Es decir, que los 11.000 millones prestados a clientes dudosos o los activos que la entidad ya se ha adjudicados por impagos no se cobrarán en el futuro o no valdrán nada. Se espera que, obviamente, los créditos fallidos, las promociones adquiridas mediante la dación en pago y los suelos en cartera tengan algún valor. De hecho, las carteras de préstamos morosos se están vendiendo en el mercado secundario a entre el 30 y el 35% de su valor inicial.

Este es el principal parámetro que tienen que tener en cuenta los interesados en hacerse con CatalaunyaCaixa, que, con sus 77.000 millones de balance, se convertirá en la mayor privatización de una entidad financiera desde que el Estado se hizo cargo de Caja Castilla-La Mancha (CCM) en marzo de 2009. El segundo es cuánto ofrecerán por quedarse con el capital. Y ese aspecto es fundamental para saber si el FROB pierde dinero en esta operación.

Economía ha prestado dinero en dos ocasiones a CatalunyaCaixa. La primera fue en 2010 cuando Caixa Catalunya se fusionó con las cajas de Tarragona y Manresa, fusión que se hizo con 1.250 millones de ayudas públicas. Después, en septiembre de 2011, cuando el FROB se hizo con el 90% del capital al aportar 1.718 millones adicionales. En total, casi 3.000 millones que son los que el Estado espera recaudar para que la transacción no sea perjudicial para el bolsillo de los ciudadanos.

Calendario e interesados

Otro de los aspectos llamativos de esta subasta es la celeridad del calendario. Se espera que Citi, banco asesor seleccionado por Economía para esta operación, distribuya el cuaderno de venta de CatalunyaCaixa. A partir de ahí, los interesados apenas tendrán dos semanas para presentar las ofertas no vinculantes. Las definitivas deberán ser cursadas no más tarde del 20 de junio, para que el Banco de España adjudique el banco nacionalizado ante de que acabe el mes. De esa manera, el organismo supervisor liquidará la reestructuración del sector antes de que Miguel Ángel Fernández Ordóñez deje su puesto de gobernador el día 30.

Con 950.000 clientes y una cuota de mercado en el negocio minorista del 21% en nóminas y pensiones, CatalunyaCaixa es un banco muy apetecible para todas las entidades que quieren crecer en una región copada por La Caixa. Por ese motivo, la subasta se ha convertido en la más interesante hasta la fecha, lo que ha suscitado la atención de Santander, BBVA, Popular, Sabadell y BBK. Debido a su tamaño y teniendo en cuenta que casi todos menos Santander ya han comprado alguna caja en problemas, el grupo presidido por Emilio Botín aparece como el favorito número uno.