Es noticia
Margallo admite que el Instituto Cervantes no puede ni renovar los ordenadores por los recortes
  1. Economía
SE PARALIZA LA REFORMA DE UNA DECENA DE SEDES

Margallo admite que el Instituto Cervantes no puede ni renovar los ordenadores por los recortes

El Gobierno de Mariano Rajoy quería concederle un papel estelar, al punto que aprovechó sus primeros días al frente del país para ofrecerle la presidencia al

Foto: Margallo admite que el Instituto Cervantes no puede ni renovar los ordenadores por los recortes
Margallo admite que el Instituto Cervantes no puede ni renovar los ordenadores por los recortes

“Dada la significativa reducción en la cuantía del crédito para inversiones de cara a los próximos ejercicios, ha sido necesario retrasar diferentes proyectos”, admite el Ministerio en su ya tradicional programa de Cooperación, promoción y difusión cultura en el exterior. La falta de fondos forzará a dejar para mejor momento las mejoras, renovaciones o traslados, según proceda, de las instalaciones de centros como el de Casablanca, El Cairo, Estambul, Lisboa, Manchester, Orán, París, Roma, Tánger o Varsovia. “El actual contexto presupuestario ha obligado, ya en el ejercicio de 2011, al cierre de las instalaciones de un centro en Florianópolis (Brasil)”, zanja el documento.

La modernización de la institución también tendrá que esperar. De hecho, parece que no alcanza ni para cambiar los ordenadores. “Igualmente, se asumirá un mayor período de tiempo para la reposición de equipos informáticos y técnicos (equipos de traducción simultánea para los salones de actos y arcos de seguridad para las bibliotecas) y -un proyecto muy necesario para el Instituto Cervantes- se pospondrá el avance en la necesaria modernización de los equipamientos informáticos para las aulas de los centros del Instituto mediante la instalación de pizarras digitales”, subraya sin ambages el citado programa.

Inversiones bajo mínimos

El organismo que encabeza Víctor García de la Concha cuenta con un presupuesto para 2012 de 97,23 millones, un 5,4% menos que el año anterior. No obstante, no está ahí el principal problema que afronta la casa. Y es que las inversiones reales se han reducido de forma radical en los últimos años. De hecho, el Instituto manejará una dotación este año de 4,09 millones de euros, todo un desplome en comparación con los 17,37 millones consignados en 2007, en plenas vacas gordas. Un año después, con la crisis llamando a la puerta, el PSOE bajó la inversión hasta los 12,6 millones. Desde entonces, cuesta abajo; la institución se tuvo que conformar con una inversión de 9,27 millones en 2009; 8,79 millones en 2010, y 7,46 millones en 2011. En suma, la apuesta se ha dividido por cuatro en un lustro; el PP se ha limitado a darle la puntilla.

Es más, el Gobierno anterior ya dejaba claro que no había mucho margen de maniobra. “En el actual contexto presupuestario, no se puede continuar con el plan de expansión para abrir nuevos centros. Así lo aconsejan la necesaria austeridad que debe presidir esta propuesta y la consolidación de los contenidos y servicios que ofrecen las sedes cuya puesta en marcha se ha producido en años recientes”, apuntaba el mismo programa en las anteriores cuentas públicas. En esta línea, anunciaba el retraso en la apertura de los centros de Seúl y Kiev. Retomar su puesta en marcha, contemplada en las proyecciones plurianuales elaboradas por el Cervantes, ni siquiera se plantea en el presente ejercicio.

Ante este escenario, Exteriores se confía a las denominadas aulas Cervantes, plan B para los enclaves donde no existe presencia del Instituto pero sí demanda de enseñanza de español. Se trata de centros de apoyo instalados en colaboración con las universidades de cada ciudad, a las que se dota de medios tecnológicos y recursos didácticos del castellano para facilitar el acceso al Centro Virtual Cervantes y al curso por Internet del Instituto. Es buena solución, sobre todo porque es barata. “En los últimos años se ha profundizado especialmente en el empleo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (…) Es también el instrumento menos oneroso, por lo que el Cervantes se volcará de nuevo en él (…), dentro de las limitaciones del capítulo de inversiones”, reza la hoja de ruta para el año 2012.

La estructura de gastos del Instituto no es demasiado compleja. De los 97,23 millones que recoge el presupuesto del organismo, 61,31 son para pagar las nóminas a su personal, mientras que otros 31,18 se destinan al abono de gastos corrientes. De esta partida, casi 14 millones se van en el alquiler de edificios. La anterior directora, Carmen Caffarel, se refería a las restricciones presupuestarias al analizar la dotación para el año 2011. “Hemos optado por trasladar a ejercicios posteriores algunas inversiones”, subrayó en su momento, añadiendo que las demandas de los centros se atenderán “a medida que las disposiciones presupuestarias lo permitan”. Corría diciembre de 2010. A la luz de los últimos datos, tendrán que seguir esperando.

“Dada la significativa reducción en la cuantía del crédito para inversiones de cara a los próximos ejercicios, ha sido necesario retrasar diferentes proyectos”, admite el Ministerio en su ya tradicional programa de Cooperación, promoción y difusión cultura en el exterior. La falta de fondos forzará a dejar para mejor momento las mejoras, renovaciones o traslados, según proceda, de las instalaciones de centros como el de Casablanca, El Cairo, Estambul, Lisboa, Manchester, Orán, París, Roma, Tánger o Varsovia. “El actual contexto presupuestario ha obligado, ya en el ejercicio de 2011, al cierre de las instalaciones de un centro en Florianópolis (Brasil)”, zanja el documento.

José Manuel García Margallo