Rajoy exhibe ante Europa su mayoría absoluta para abordar “sin demora” los ajustes necesarios

Mariano Rajoy, investido con el título de próximo presidente del Gobierno español y obligado por la gravedad de la crisis del euro, empieza a entrar en materia. En el congreso que el Partido Popular celebra en Marsella, ante Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, el líder del PP pidió menos divagaciones y planes -simples y compuestos- y empezar ya con las reformas de tratados y normativas de déficit o apoyos financieros “sin más dilación” para asegurar el futuro de Europa.

Rajoy, acogido con grandes aplausos por todos los representantes del centro derecha europeo como triunfador de las elecciones generales en España, empezó recordando que no podrá estar mañana como primer ministro en Bruselas en el Consejo Europeo, “por los procedimientos electorales españoles”. Pero añadió a continuación que “el señor Rodríguez Zapatero” llevará a la cita una posición “acordada”.

El presidente del PP aplica su victoria electoral a la propia solución de la crisis del euro: “Los españoles, voluntaria y mayoritariamente, han ligado su futuro y la solución de esta crisis, al fortalecimiento de Europa”. La teoría de  Rajoy es que la recesión debe servir de acicate para avanzar en el proceso de integración y coordinación en el seno de la Unión.

A favor de todos los apoyos

“Necesitamos hacer ajustes presupuestarios profundos, eliminar gastos improductivos y hacer planes fiscales a largo plazo. Necesitamos reformas estructurales para estimular el crecimiento y las ganancias de competitividad”, sentenció el próximo jefe del Ejecutivo español convencido de que para asegurar “una Europa nueva” es urgente, para empezar, “poner en marcha todos los medios y recursos disponibles para contener la hemorragia de la deuda soberana”. Es decir, de todo: implicación del Banco Central Europeo, eurobonos y lo que haga falta.

Rajoy reconoció que para pedir esas “intervenciones” (y que Merkel ceda) es necesario crear un “entorno de seguridad” y una mayor disciplina de los Estados miembros que eviten “la irresponsabilidad presupuestaria”. El líder del PP se animó -“Pues adelante, hagámoslo. España lo apoyará”- y se apuntó a modificar los tratados y a hacer todo lo que esté en “nuestras manos” para fortalecer la Unión Europea. El futuro Gobierno del Partido Popular comprometió el apoyo de España a ese proceso.

El programa económico

El vencedor de las elecciones generales del pasado 20-N aprovechó para presentar en la sociedad del centro derecha europeo, en el poder en todos los países de peso en la Unión, las líneas generales de su programa económico, dependiente de las urgencias de la crisis de la deuda soberana. Recordó los requisitos del Tratado de Maastricht para estar en el euro.

“Hoy las cosas son, por desgracia, muy distintas”, añadió Rajoy sobre la gestión de los últimos años para comentar después que con su amplia mayoría parlamentaria está en condiciones de responder, “sin demora”, a los retos que le aguardan para poner a flote la nave del Estado.

Ante el plenario del congreso del Partido Popular Europeo, Rajoy explicó sus tres objetivos de reformas inmediatas, las mismas que contó la noche anterior al secretario del Tesoro de los Estados Unidos. De nuevo confirmó que España cumplirá con la reducción de déficit asignada, cueste lo que cueste, y desarrollará la reforma constitucional aprobada este verano para consagrar el equilibrio de las cuentas públicas y la austeridad en la gestión del Estado.

También recordó el presidente del PP que está comprometido en acabar con las rigideces del mercado laboral, “que dificultan la recuperación del empleo para aquellos que lo han perdido y ponen trabas a la incorporación de los jóvenes al proceso productivo”.

Como último punto de sus reformas, Rajoy se refirió a la reestructuración, “de manera definitiva”, del sistema financiero para desatascar los canales por los que discurre el crédito. Y como conclusión, el futuro jefe del Ejecutivo introdujo la urgencia de fomentar el crecimiento económico, la competitividad y las exportaciones una vez que se reduzca el riesgo de nuestra deuda soberana.