La banca europea, golpeada desde todos los frentes

La banca europea no deja de recibir golpes por todas partes. A los problemas de capital se han unido los de liquidez con el interbancario de nuevo cerrado, el temor al impacto de la crisis de la deuda y ahora, además, el anunciado impuesto a las transacciones financieras. Por si fuera poco, la Fed ha puesto a los grandes bancos europeos en el punto de mira. El viernes Deutsche Bank ha echado más leña al fuego insistiendo en los problemas de financiación a los que se enfrentan las entidades.

El movimiento que acarreará problemas de fondos a las entidades será "lento pero tóxico", aunque las posibilidades de que desemboque en una "crisis de liquidez auténtica" como la de 2008 es "razonablemente remota", asegura uno de los analistas de Deutsche Bank, que considera que desde un punto de vista fundamental, su pronóstico para los bancos europeos es todavía extremadamente pobre", aunque a corto plazo pueden ofrecer oportunidades de 'trading'.

Los bancos volvieron a hundirse ayer en bolsa tras apenas una semana de tregua y pese al intento de las autoridades de algunos países de frenar la volatilidad que afectaba a este sector con la prohibición de los cortos. Los expertos ya lo habían advertido: la medida no iba a servir de nada y la última vez que se utilizó en algunos países, tras la debacle que provocó la quiebra de Lehman Brothers, las cotizaciones siguieron desplomándose.

El estrés y las tensiones no habían desaparecido aunque el rebote de los últimos días era normal después de tantas sesiones de pérdidas. Pero, tras digerir lo anunciado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy el martes por la tarde, la falta de medidas inmediatas ha sido interpretada en tono negativo. No está claro el efecto que tendrán sobre la disciplina fiscal de los periféricos, ni se ha avanzado sobre el fondo europeo de estabilidad, ni se han creado los famosos eurobonos.

Además, la Comisión Europea ha dicho que presentará "para el mes de octubre seguramente" una propuesta legislativa para crear un impuesto sobre las transacciones financieras en los Veintisiete. Los expertos comentan que el impacto de esta medida para los bancos es todavía difícil de evaluar, pero, en cualquier caso, no es positiva. Los bancos europeos han manifestado su desaprobación, aunque parece difícil que salga adelante por la oposición de varios países.

Problemas de liquidez en Europa y EEUU

Además, la Reserva Federal no se fía de los bancos europeos y ha decidido someter a sus filiales en Estados Unidos a un cuidadoso escrutinio. Quiere comprobar su capacidad para conseguir el dinero para operar en el día a día. La liquidez es de nuevo el gran problema, como en los meses posteriores a la quiebra de Lehman.

El banco central está “muy preocupado” por las dificultades para financiarse en EEUU que están teniendo las entidades europeas y quiere evitar que se repita la crisis financiera de 2008. La crisis de deuda soberana podría provocar que los bancos no sean capaces de afrontar sus obligaciones en Estados Unidos. Esto se suma a los vencimientos que tienen en Europa, donde necesitan conseguir unos 80.000 millones hasta finales de año, según los datos de Morgan Stanley.

Las señales de que el interbancario se ha cerrado han sido constantes en los últimos días, las emisiones de deuda corporativa se ha paralizado y las malas previsiones económicas acabarán teniendo un impacto negativo en las cuentas de unas entidades muy endeudadas. Con este panorama, “es normal que a los bancos se les pegue más”, afirma un analista.