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Zapatero se queda solo y la UE prepara ya una quiebra parcial de Grecia
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EL BCE REACTIVA SU PLAN DE COMPRA DE DEUDA SOBERANA

Zapatero se queda solo y la UE prepara ya una quiebra parcial de Grecia

Los banqueros de Fráncfort lo llaman “ambigüedad constructiva”. Pero sus efectos son contundentes y para nada equívocos. Todo lo contrario. Pese a esa ambigüedad calculada, sólo

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Zapatero se queda solo y la UE prepara ya una quiebra parcial de Grecia

Los banqueros de Fráncfort lo llaman “ambigüedad constructiva”. Pero sus efectos son contundentes y para nada equívocos. Todo lo contrario. Pese a esa ambigüedad calculada, sólo el rumor -no confirmado- de que el Banco Central Europeo ha vuelto a adquirir deuda pública de los países periféricos sirvió ayer para calmar a los mercados. ¿Hasta cuándo?

Al menos hasta la semana que viene (los martes el BCE hace públicos sus estados consolidados), no se conocerá la intensidad de la intervención, pero lo que está claro es que la autoridad monetaria continúa engordando su balance con deuda pública degradada por las agencias de calificación. Aunque ya el pasado jueves Trichet anunció que no las haría el menor caso.

Lo cierto es que los últimos datos –referidos al 8 de julio- reflejan la adquisición de 134.300 millones de euros. De ellos. 74.200 millones corresponden al programa de mercado de valores y 60.100 millones al programa de adquisición  de bonos garantizados.  El BCE, en un alarde de transparencia, no comunica el destino de sus compras.

Trichet, de esta manera, está intentando controlar unos mercados histéricos que se mueven a golpe de rumor o simple interpretación de declaraciones oficiales. Y que con muy pocas operaciones -como aseguran fuentes de uno de los mayores intermediarios de renta fija del país- están colocando los diferenciales de prima de riesgo en niveles históricos. Hasta el punto de que el spread español con el bono alemán a diez años llegó ayer a superar la barrera de los 375 puntos básicos. O lo que es lo mismo, la rentabilidad en los mercado secundarios ha llegado a alcanzar un increíble 6,30%, cuando el precio oficial del dinero está situado en el 1,5%. En todo caso una enorme volatilidad de más de 10% hacia arriba o hacia abajo en sólo un día.

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El hecho de que en los mercados secundarios se crucen operaciones (escasas) con esa rentabilidad presiona, sin duda, al Tesoro Público, que en julio tiene que hacer frente a fuertes volumen de emisión. Nada menos que 15.000 millones de euros (ver gráfico). Pero también durante el segundo semestre.

Sólo el Gobierno central -sin contar las administraciones territoriales-acudirá este año al mercado para obtener 47.200 millones de euros. O 93.800 millones si se incorporan los vencimientos. Al final de año, las emisiones del Tesoro escalarán hasta los 588.000 millones de euros. La próxima subasta está convocada para el día 21 de julio. Y está por ver si el Tesoro no vuelve a tirar de inversores institucionales en lugar de acudir al mercado De esta manera, esquiva un posible mal resultado de la subasta, aunque sea algo más cara. La financiación de la deuda en el caso español representa menos del 3% del PIB, por debajo de la mayoría de los países europeos.

Papel, mucho papel

Mucho dinero, en todo caso, para un mercado ciclotímico obligado a absorber enormes cantidades de papel. Tan sólo en España el endeudamiento de todos los agentes económicos –a la luz de las cuentas financieras que elabora el Banco de España- alcanza los 3,085 billones de euros, casi tres veces el producto interior bruto.   De esta cantidad, 706.405 millones los deben las administraciones públicas; 1,47 billones las empresas y 902.110 millones las familias. Y prácticamente la quinta parte de esta ingente cantidad (634.761 millones) hay que financiarlo en el exterior, lo que complica las cosas.

Como las complica el hecho de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lanzara ayer un dardo envenenado contra la canciller Merkel, a la que acusó, sin citarla, de avivar la actual tormenta con su propuesta de que la banca privada participe en el rescate griego con una quita parcial.

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La crítica de Zapatero llega en el peor momento, justo cuando los mercados están pasando factura por la desunión europea, lo que, sin duda, alimentará nuevos vaivenes financieros. Y lo peor es que sus palabras sólo ponen de relieve que España ha vuelto a quedarse con escasos apoyos en Europa.

Según la corresponsal de la agencia Efe, la tesis liderada por Alemania para lograr una sustancial contribución de los acreedores privados al rescate de Grecia gana fuerza dentro de la Unión Europea, donde ya se da por hecho que será muy difícil evitar la declaración de una quiebra parcial. España se niega a esta hipótesis porque teme que tras Grecia vendrá Portugal, y ahí la banca española tiene muchos intereses. 

El ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, gran aliado de Alemania, confirmó que se ha eliminado de la ecuación un requisito que hasta ahora era considerado esencial: esquivar la declaración de impago selectivo de un país miembro de la zona euro.

Una quiebra sin que se note

De esta manera explicó muy claramente algo que ya se comentaba en los pasillos de Bruselas: que el objetivo que se había marcado hasta ahora la zona euro de lograr una contribución privada sustancial sin declarar una quiebra era "una contradicción" en sí misma, tal y como han advertido las agencias de calificación.

Según informó el ministro holandés, los titulares de Finanzas del euro dieron "un paso adelante en ese sentido" durante la reunión que mantuvieron el lunes en Bruselas, al "romper" esa "difícil" contradicción y determinar que el impago "ya no está excluido".

Fuentes europeas explicaron que esta contribución del sector privado se integrará en un plan global para Grecia, que incorporará un segundo rescate para el país con un interés más exiguo y plazos más largos, así como un programa de recompra de bonos griegos en los mercados secundarios.

El objetivo de la zona euro es reducir el volumen de deuda griega en circulación desde el 166% del PIB que está previsto que alcance en 2012 hasta un 120% (a finales de 2010 se situaba en el 142,8%), explicaron las fuentes.

El (mal) ejemplo de Lehman

Este plan, defendido por Alemania, Holanda y Finlandia, gana fuerza pese a la oposición del Banco Central Europeo, que ha insistido en que debe evitarse a toda costa la declaración de quiebra parcial de la deuda griega, por considerar que tendría unas consecuencias para la economía mundial peores que la caída de Lehman Brothers e incrementaría el riesgo de contagio a otros países.

También la vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, ha insistido en los dos últimos días en que la participación de los acreedores privados de Grecia debe ser completamente voluntaria, con objeto de no contribuir a la inestabilidad financiera.

Así las cosas, el fondo estadounidense Pimco, el mayor inversor del mundo en bonos estatales, es favorable a una "reestructuración ordenada" de la deuda griega, avanzó el diario alemán Die Welt. El responsable de la cartera de Pimco en Múnich (Alemania), Andrew Bosomworth, dijo al diario, informa Efe, que hay que reconocer la insuficiencia de las medidas adoptadas hasta ahora por Atenas y Bruselas para atajar la crisis de la deuda griega.

"La política debe por fin reconocer que sólo las medidas de ahorro allí no ayudan", afirma, para señalar que la salida pasa por una "reestructuración ordenada". Opina que es "imposible" que Grecia abandone en la actualidad la eurozona e indica que una decisión en este sentido provocaría "el caos en los mercados".

Asimismo, argumenta que "Italia no es Grecia" y se mostró convencido de que la calma volverá a los mercados financieros y de divisas. De no ser así, prosigue, el Banco Central Europeo (BCE) tiene la obligación de evitar el "efecto dominó" y que más naciones del continente caigan en la suspensión de pagos con dos herramientas: la compra de deuda pública y los tipos de interés.

"Debería comprar deuda estatal de forma masiva y mantener congelados los tipos de interés", precisa Bosomworth. Pimco, filial de la aseguradora alemana Allianz, gestiona activos por un valor total aproximado de un billón de dólares.

 

Los banqueros de Fráncfort lo llaman “ambigüedad constructiva”. Pero sus efectos son contundentes y para nada equívocos. Todo lo contrario. Pese a esa ambigüedad calculada, sólo el rumor -no confirmado- de que el Banco Central Europeo ha vuelto a adquirir deuda pública de los países periféricos sirvió ayer para calmar a los mercados. ¿Hasta cuándo?

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