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Cervezas Moritz o cómo relanzar una marca extinguida
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Cervezas Moritz o cómo relanzar una marca extinguida

Tras desaparecer del mercado en los años 70, la cerveza catalana Moritz vuelve a dar guerra posicionándose en el nicho de las bebidas Premium. En el

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Cervezas Moritz o cómo relanzar una marca extinguida

Tras desaparecer del mercado en los años 70, la cerveza catalana Moritz vuelve a dar guerra posicionándose en el nicho de las bebidas Premium. En el último año han producido diez millones de litros.

La historia a veces es caprichosa. Lo ha sido, por ejemplo, con la cerveza catalana Moritz. Corría el año 1856 cuando el alsaciano Louis Moritz lanzaba esta bebida con su apellido en Barcelona: con una etiqueta amarilla con una gran M azul, la firma empezó a ser conocida en la ciudad y alrededores tanto que en los años treinta, ya fallecido su fundador, llegó a ser la cerveza más vendida de Cataluña, con una cuota de mercado del 34%. Tras ser colectivizada durante la Guerra Civil, Moritz, siempre en manos de la misma familia, recuperó, en los años 70, las tasas de mercado de antaño pero fue también en esta década cuando se vio obligada a cerrar por problemas económicos. ¿Punto y final? No.

En 2004, la quinta y sexta generación deciden volver a poner en el mercado la mítica cerveza no sin pocos retos que afrontar, porque, ¿cómo llegar al público joven sin defraudar a los mayores de cincuenta años que son los que te recuerdan? “¿Y cómo competir en un mercado cervecero que en España es casi un oligopolio? Éstas fueron las principales dificultades, pero también fueron retos. Y hoy podemos decir que la prueba ha sido superada”, explica Albert Castellón, director general de Moritz.

Para relanzar la marca de esta cerveza Made in Barcelona siguieron una inteligente estrategia: nada de publicidad convencional sino que se dedicaron a asociar el nombre a actividades culturales y artísticas, patrocinio en definitiva. Una de las mayores acciones que está llevando a cabo es la restauración de la fábrica Moritz, sede corporativa de la marca. El espacio, de más de 4.000 metros cuadrados, ha sido renovado por el famoso arquitecto Jean Nouvel y abrirá sus puertas en el último trimestre de este año.

Acogerá una zona dedicada a la cerveza (se podrá ver cómo se fabricaba antiguamente y cómo se elabora en la actualidad), museos, distintos espacios culturales y gastronómicos, etc. También han trabajado en asociar su nombre a artículos que nada tienen que ver con la restauración, sino con el diseño y la moda. Por ejemplo, diseñaron unas zapatillas deportivas junto con Munich y unas fundas para los cascos Helmetdress.

Los patrocinios han sido fundamentales en su relanzamiento pero en lo que a su externalización fue necesario acudir a ferias: “En 2008 empezamos a ver que tenía tirón fuera, así que fuimos a alguna feria y llegaban los importadores de cerveza extranjeros. Actualmente vendemos en Reino Unido, EEUU, Australia (de hecho en Melbourne vendemos más que en Lérida y Tarragona juntas), Japón, Nueva Zelanda, etc.”, explica Castellón.

En España, de momento, sólo puede adquirirse en Cataluña. Moritz, que sigue empleando los métodos de fabricación de sus inicios (son los únicos por ejemplo, en utilizar agua de manantial en la producción) emplea a más de 150 personas. En 2010 el grupo produjo diez millones de litros, facturando 36 millones de euros.

Tras desaparecer del mercado en los años 70, la cerveza catalana Moritz vuelve a dar guerra posicionándose en el nicho de las bebidas Premium. En el último año han producido diez millones de litros.

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