Anglo Irish Bank registra pérdidas de 17.700 millones de euros durante 2010

El Anglo Irish Bank anunció hoy pérdidas de 17.700 millones de euros durante 2010, el peor resultado registrado por una entidad financiera irlandesa en la historia de este país.

Según los resultados del informe anual, la mayor parte de las pérdidas derivan de la transferencia de activos tóxicos, por un valor de 11.500 millones de euros, a la Agencia Nacional de Gestión de Activos (NAMA), el "banco malo" creado por el anterior Gobierno para absorber los préstamos basura.

Otros 8.000 millones de euros en pérdidas, indica el informe, provienen de las hipotecas de alto riesgo que concedió el banco antes y después del estallido de la burbuja de la construcción en Irlanda, origen de la actual crisis económica.

Desde su nacionalización en 2009, el Anglo Irish Bank ha recibido del Estado irlandés inyecciones de capital por valor de 29.300 millones de euros, cifra que seguramente se elevará hoy cuando el Banco Central de Irlanda (ICB) dé a conocer los resultados de las pruebas de solvencia de esta y otras tres entidades financieras.

Próximamente, el Gobierno de Dublín subastará depósitos y activos del Anglo y del Irish Nationwide Bulding Society (INBS), como paso previo hacia la fusión de ambos bancos y su posterior cierre, tal y como establece el acuerdo con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el rescate a este país.

Como parte de este proceso, el Anglo ha concluido en las últimas semanas la transferencia de su cartera de depósitos en Irlanda y en el Reino Unido al Allied Irish Banks (AIB), también nacionalizado.

En este sentido, el banco sufrió una fuga de depósitos durante 2010 de 16.100 millones de euros, hasta quedarse en 11.100 millones el pasado diciembre, al tiempo que aumentó hasta los 46.600 millones sus necesidades de préstamos del ICB y del Banco Central Europeo (BCE), comparado con los 23.700 millones que necesitó el año anterior.

Según el informe, durante 2010 su director ejecutivo, Mike Aynsley, recibió una paga anual de 974.000 euros, repartida entre su salario base de 500.000 euros, 341.000 euros por "otros beneficios" y 133.000 por su pensión.