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Objetivo académico: ser banquero de inversión
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Objetivo académico: ser banquero de inversión

El mercado laboral es la selva y los más jóvenes tienen todas las de perder. Los alumnos universitarios están nerviosos por la falta de salidas profesionales y ven

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Objetivo académico: ser banquero de inversión

El mercado laboral es la selva y los más jóvenes tienen todas las de perder. Los alumnos universitarios están nerviosos por la falta de salidas profesionales y ven cómo las ofertas de calidad en las bolsas de empleo disminuyen. En los últimos años, conseguir entrar en banca de inversión es el objetivo más ansiado y el único pasaporte válido es un expediente académico extraordinario.

Un alumno que terminó una licenciatura en Cunef, una de las universidades más prestigiosas de España, el año pasado explica:

“Sigue habiendo ofertas pero gran parte de lo que consigas depende de las notas que uno tenga. Es verdad que la cosa está complicada para entrar en banca de inversión y mucha gente válida tiene que optar por las auditoras. En mi promoción éramos 200 y sólo diez conseguimos entrar en banca de inversión ”.

Sus impresiones no van desencaminadas. En las universidades privadas y de prestigio, los puestos están garantizados, al menos numéricamente. Llegan más ofertas que alumnos pero se nota que la calidad de las ofertas ha descendido y que entrar en banca, considerada la perita en dulce, es lo más difícil.

Según los últimos datos de colocación de alumnos facilitados por IESE sobre su prestigioso MBA, la banca de inversión cada vez acoge menos alumnos. De la promoción de 2010, sólo un 23% de los alumnos se colocó en el sector financiero, frente al 33% que lo hicieron el año anterior. Hay que remontarse al 2005 para encontrar un porcentaje similar. En cambio, el porcentaje de alumnos que se colocan en auditoras ha aumentado del 25% al 32% en un año.

Como explica un consejero delegado de un banco de inversión americano con sede en Madrid, las cosas han cambiado drásticamente. "Nosotros decidimos dejar de hacer jornadas en la universidad porque no nos compensaba el esfuerzo para el número de alumnos que al final solicitaba el puesto. Por eso empezamos a hacerlo en nuestra sede. Este año no cabía ni un alfiler en nuestro auditorio."

Jornadas de orientación

Desde el centro de prácticas y empleo del Ceu, universidad privada en Madrid, confirman que sí se nota más nerviosismo y una mayor afluencia a las jornadas explicativas sobre salidas laborales, que desde hace tiempo están llenas hasta la bandera.

Más crudo es el panorama de la universidad pública, donde muchos alumnos se dejarían la piel por una oferta en las mismas auditorias que se ven como segundo plato en las privadas. Si uno visita el portal de bolsa de empleo de la facultad de ciencias económicas de la Universidad Complutense de Madrid entiende el desasosiego reinante entre los estudiantes. Dos ofertas de empleo, por llamarlo de alguna manera, porque en ellas no se habla de remuneración alguna.

Cabe preguntarse qué repercusión tendrá esto en el futuro. Para ello debemos echar un vistazo a EEUU, donde la competitividad empieza ya en la enseñanza secundaria a la hora de conseguir un puesto en la universidad.

En España nos falta tiempo para criticar su sistema de enseñanza y siempre tenemos en la punta de la lengua aquello de  “no saben situarnos en un mapa” pero nos llevaríamos una sorpresa si pidiésemos a los estudiantes de bachillerato que sitúen el Estado de Nebraska o ciudades como Boston o Chicago. Pese el antiamericanismo reinante en España, el informe PISA muestra que EEUU nos supera en comprensión lectora, en matemáticas y en ciencias, según los datos publicados en diciembre de 2010.
 
Pocas cosas tiene la crisis de positiva. Que al menos sirva para corregir errores que se arrastran desde hace años y premiar el talento en lugar del 'enchufismo'. No obstante, mientras se haga tan poco desde la enseñanza  pública para vincular la educación con el mundo empresarial, el talento seguirá siendo una ‘commodity’ desperdiciada.

El mercado laboral es la selva y los más jóvenes tienen todas las de perder. Los alumnos universitarios están nerviosos por la falta de salidas profesionales y ven cómo las ofertas de calidad en las bolsas de empleo disminuyen. En los últimos años, conseguir entrar en banca de inversión es el objetivo más ansiado y el único pasaporte válido es un expediente académico extraordinario.

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