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Un paso valiente: de funcionario a empresario de naranjas
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Un paso valiente: de funcionario a empresario de naranjas

Comenzó su trayectoria profesional en un banco y posteriormente como funcionario en un ayuntamiento de Alicante en el área de Intervención, pero la monotonía del trabajo

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Un paso valiente: de funcionario a empresario de naranjas

Comenzó su trayectoria profesional en un banco y posteriormente como funcionario en un ayuntamiento de Alicante en el área de Intervención, pero la monotonía del trabajo y la cercanía con la realidad de la clase política  le llevó a pedir una excedencia voluntaria a los tres años para no volver nunca. Capablancka J.T. es uno de los españoles que han saltado de la vida cómoda al mundo empresarial: "No me gustaba ser testigo de cómo los políticos gastaban más de lo que debían y luego no podían hacer frente a los pagos. Así que rompí con la rutina, saqué mi vena emprendedora e intenté montar varios negocios, aunque la mayoría de ellos no llegaron a ver la luz".

Tras varios años en los que su principal actividad era invertir en bolsa, decidió dar otra salida a los tres campos de naranjas que había heredado de su padre: “Antes vendíamos las naranjas que producíamos a los comercios citrícolas como unos ingresos extra. El problema venía en que los comercios recogían la fruta sin precio de compra y luego, según les resultase a ellos la campaña, liquidaban al agricultor a un precio u otro. ¿Pero quién certifica que el precio que el comercio paga al agricultor es el justo según los resultados de su campaña? Nadie. Nos dimos cuenta de que esta situación era una auténtica ruina y teníamos que salir de ahí cuanto antes. Al principio pensé en vender los campos e invertir el dinero en bolsa, pero finalmente aposté por cortar con todo y empezar a vender mis naranjas a través de Internet”.Encontró su nicho en el mercado con la venta de naranjas Premium. La ubicación de sus campos en Valle del Cárcer donde se dan un microclima y unas condiciones especiales para cultivo de naranja le llevó a mimar sus frutos y venderlos como productos de alta calidad dirigidos para un público selecto. El empujón definitivo se lo dieron los 600 euros que le tocaron a su madre en la Lotería de Navidad:

“Con ese dinero me puse en contacto con una empresa que fabricaba papeles para envolver las naranjas y comencé a venderlas a través de Internet. El cebo para conseguir clientes fue el precio. Mis naranjas son hasta un 20% más baratas que las de la competencia contando con que son de muy alta calidad. Además me vuelco con la satisfacción del cliente. La mayoría de las veces no han pasado más de 24 horas desde que los frutos pasan de estar en el árbol a su mesa y eso los clientes lo agradecen”.

La publicación de un artículo en Cotizalia en febrero de 2010 hizo que su negocio online comenzase a coger ritmo. Durante estos meses ha despachado más de 300 pedidos, la mayoría de los lectores de El Confidencial. El más voluminoso fueron 15 cajas de una oficina de Madrid. “¡180 kilos de naranjas de una tacada!”.  Por eso, Capablancka quiere seguir trabajando en su negocio y hacerlo crecer de forma exponencial: “El boca a boca está funcionando muy bien y este año prevemos que la facturación crezca un 300%. Todavía no damos salida a los 40.000 kilos de producción que tenemos, pero creo que lo conseguiremos en los próximos años”.  La realidad del campoEl salto de Capablancka al negocio online viene motivado por la mala situación que vive la agricultura de cítricos en España. La ausencia de una regulación por parte de los políticos está haciendo que muchos agricultores se vean obligados a vender por su cuenta o, simplemente, por dejar de cultivar.

“El problema es que no hay un pacto libre entre agricultores y distribuidores, sino que un contrato de comercio establece un precio que ponen los comercios y que agricultor tiene que tragar. Es como ir al El Corte Inglés, llenar un carro de alimentos y decirle a la cajera que ‘te pago más tarde y según me vaya te puedo dar 100 euros por el carro o sólo 15’. Esto no es serio“.

Además reclama que los precios que pagan a los agricultores por sus productos se encuentren completamente fuera de mercado: “Están pagando entre 2 y 3 euros por 13 kilos de naranjas. Estos precios son los de hace 25 años. El problema es que luego se dispara en miles por cientos cuando llegan a las tiendas”.

Comenzó su trayectoria profesional en un banco y posteriormente como funcionario en un ayuntamiento de Alicante en el área de Intervención, pero la monotonía del trabajo y la cercanía con la realidad de la clase política  le llevó a pedir una excedencia voluntaria a los tres años para no volver nunca. Capablancka J.T. es uno de los españoles que han saltado de la vida cómoda al mundo empresarial: "No me gustaba ser testigo de cómo los políticos gastaban más de lo que debían y luego no podían hacer frente a los pagos. Así que rompí con la rutina, saqué mi vena emprendedora e intenté montar varios negocios, aunque la mayoría de ellos no llegaron a ver la luz".