"Algo no funciona bien en España cuando un universitario no puede montar su propia empresa"

La innovación no asegura el éxito, pero su falta sí confirma el fracaso. La crisis ha sacado a relucir la importancia de la innovación para que los emprendedores alcancen sus metas, y las empresas y la sociedad sean más sostenibles. Sobre el arte de innovar y emprender ha versado la última reunión realizada por los expertos del Future Trends Forum, un foro internacional organizado la Fundación Bankinter donde un nutrido grupo de líderes de opinión a escala internacional buscan anticiparse al futuro inmediato detectando tendencias sociales, económicas, científicas y tecnológicas, y analizan sus posibles impactos en los actuales modelos de negocio.

La principal conclusión a la que llegaron los expertos internacionales es que no hay una receta única en la innovación en el mundo. Cada país tiene su propia cultura sobre este asunto. Sin embargo, sí existen una serie de elementos que forman parte del puzle de la innovación y que garantiza un futuro existoso. Uno de ellos es el que aportan las administraciones públicas que muchas veces son el motor para que el engranaje funcione.

Según un estudio de Kauffman, en los últimos 25 años, casi la totalidad de los empleos que se crearon en Estados Unidos provinieron de empresas de menos de cinco años de vida. Este éxito viene motivado por un entorno propicio para los innovadores donde la burocracia es mínima y donde existe una cultura social en la que los emprendedores son auténticos héroes a los que hay que imitar.

De hecho, son los propios gobiernos los que deben crear un entorno regulatorio para que las empresas puedan aprovechar sus oportunidades de negocio: “Hay que tener claro lo que puede hacer el gobierno y lo que no. Las administraciones no pueden crear nuevas empresas, ni tampoco emprendedores. Lo que sí pueden hacer es crear un entorno donde sea más fácil desarrollarse. Es lo que llamamos encerar la tabla de surf. La administración tiene que facilitar que los emprendedores y las empresas un entorno propicio para que puedan surfear la ola con éxito”, asegura Tim Rowe, CEO del Cambridge Innovation Center y partner de New Atlantic Ventures, el segundo fondo de capital riesgo más importante de Estados Unidos.

En el caso de España el reto es aún mayor. La hiperinflación normativa existente hace que emprender sea muchas veces complicado: “En España algo no funciona bien cuando un estudiante de universidad no puede montar su propia empresa con facilidad. Aquí hay mucha burocracia y el precio del despido es muy elevado. En Estados Unidos uno puede dar de alta su propia empresa a través de Internet y de forma muy sencilla. El coste es de tan sólo 200 euros y el toque de la Administración sólo se empieza a notar cuando el número de empleados de una compañía supera la cifra de 50. Este tipo de acciones son las que enceran la tabla de surf y hacen posible que exista un entorno de innovación", asegura Rowe.

Una de las claves para crear un ecosistema innovador según los expertos del FTF es no intentar replicar el sistema de Silicon Valley. Los gobiernos deben identificar los sectores en los que tienen mayor potencial y focalizar sus esfuerzos en ellos. Además la efectividad de una agenda de innovación requiere consistencia y por ello no debe verse afectada por los cambios de Gobierno. Por último, todos coinciden en que toda administración debe contar con un departamento que coordine la estrategia y las políticas de innovación y que tenga una unidad cualificada que proporcione una experiencia teórica y práctica necesaria para su desarrollo.