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ING Direct disfraza sus comisiones con el nombre de "gastos" para decir que no las cobra
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SUS OFERTAS SE QUEDAN ATRÁS CON LA GUERRA DE DEPÓSITOS

ING Direct disfraza sus comisiones con el nombre de "gastos" para decir que no las cobra

ING Direct ha vuelto a provocar el malestar de sus competidores. Esta vez no se trata de sus promesas de rentabilidad o de la falta de

Foto: ING Direct disfraza sus comisiones con el nombre de "gastos" para decir que no las cobra
ING Direct disfraza sus comisiones con el nombre de "gastos" para decir que no las cobra

ING Direct ha vuelto a provocar el malestar de sus competidores. Esta vez no se trata de sus promesas de rentabilidad o de la falta de transparencia de sus cuentas, sino la contundentes afirmación en su publicidad de que "no te cobramos comisiones. Ninguna". Algo que no es del todo cierto, puesto que el banco holandés sí cobra por algunos conceptos. Pero en vez de llamarlas comisiones, como el resto de entidades, las califica de "gastos" para poder justificar su promoción, con la aquiescencia del Banco de España.

"Todos sabemos que el modelo de negocio de ING en España no se basa en las comisiones, pero tampoco puede decir que no cobra ninguna cuando sí las cobra. Es un mensaje demasiado agresivo que le da una imagen muy positiva entre el público que no es real", explican en un banco online español.

Así, en el 'Libro de tarifas y comisiones' que se puede consultar en la web de ING Direct, aparecen una serie de "gastos" que el resto de la banca considera "comisiones": por ejemplo, el banco holandés cobra 25 euros por "gastos de reclamación de descubiertos" en su Cuenta Naranja y por "gastos de reclamación de recibos impagados" en su Hipoteca Naranja, 1 euro por operaciones de pago a través del móvil y 18 euros por cheque bancario (a partir del quinto).

 

Y no se trata sólo de estos "gastos", sino que también hay "comisiones" reconocidas como tales. Éstas se aplican especialmente a las operaciones con tarjeta: 2 euros por sacar dinero en redes distintas de 4B (si es en la red 6000, sólo si la disposición es inferior a 50 euros) y 2 euros también en todos los casos si la disposición es a crédito, no a débito. ING también cobra comisión por todas las operaciones con tarjetas en el extranjero y el consabido "gasto" de 25 euros si el cliente se queda en descubierto en su tarjeta de crédito. Asimismo, aplica una comisión del 0,5% del importe de un aval por su formalización y el 1% de comisión trimestral -en ambos casos con un mínimo de 30 euros-.

 

Zona de sombra en la legislación

 

¿Cómo es posible, entonces, que el banco presuma en los anuncios de no tener "ninguna" comisión? Un portavoz de ING Direct explica que "no cobramos comisiones en ninguno de los productos que ahora mismo se están publicitando" y que su publicidad está supervisada por el Banco de España y se ajusta a los criterios que éste exige. Y añade que, en los casos en que sí hay comisiones, son públicas y están al alcance de todo el mundo.

 

En el supervisor señalan que su competencia se limita a la publicidad de productos y servicios que haga referencia a su coste o rendimiento para el público -ahora ya ni siquiera a eso, porque ha cambiado la normativa-, no a la publicidad corporativa de las entidades. Y dado que decir que un banco no tiene comisiones en general, y no en un producto en particular, se entiende como publicidad corporativa, lo que ocurre es que los holandeses han aprovechado una 'zona de sombra' para colar su mensaje de cero comisiones.

 

Además, en el Banco de España aseguran que no siempre los gastos son equiparables a las comisiones: así, si para reclamar un descubierto o un recibo impagado, el banco tiene que mandar un burofax, por ejemplo, está justificado que repercuta el coste al cliente y no se le puede considerar una comisión. Otra cosa es si los "gastos" de ING son efectivamente costes repercutidos o comisiones disfrazadas.

 

Por otro lado, sus competidores también podrían aprovechar este mismo vacío legal para hacer lo mismo y presumir de que no tienen ninguna comisión, aunque sí las tengan para algunos conceptos similares a los de ING. "Todos tenemos una estructura de comisiones muy parecida, no cobramos nada por las cuentas, ni por amortización anticipada de préstamos, ni por las tarjetas, pero sí hay conceptos como los descubiertos u operaciones más sofisticadas que llevan comisión", explican en otra entidad que opera por internet.

 

ING Direct pierde competitividad

 

Dejando aparte la publicidad, ING Direct ha dejado de ser la entidad más agresiva del mercado. Así, el Depósito Naranja sólo ofrece el 2,5%, y eso si se ingresan más de 50.000 euros, muy lejos del 4% que ahora mismo permite obtener cualquier entidad, y del 4,5% ó 4,75% de las ofertas más agresivas. La Cuenta Naranja tampoco es lo que era: después de los cuatro primeros meses en que paga el 3,5%, se queda en un 1,2%, cuando otros bancos online alcanzan el 2%.

 

Esto se explica por dos factores: por un lado, la guerra de depósitos en que se han embarcado los bancos y cajas españoles para obtener una financiación que sigue siendo muy difícil y cara en los mercados mayoristas (o para quitar cuota a los demás en el caso del Santander), aunque eso les suponga sacrificar sus márgenes; por otro, la menor agresividad derivada de que ING recibió 10.000 millones de dinero público holandés en octubre de 2008 para evitar su quiebra.

 

"En Holanda son serios y las entidades que han recibido dinero del contribuyente no pueden utilizarlo para distorsionar la competencia como se está haciendo en España", señalan en otra entidad, en clara referencia al reciente depósito al 4,75% de Catalunya Caixa contra el que arremetió hace dos semanas el propio consejero delegado de BBVA.

ING Direct ha vuelto a provocar el malestar de sus competidores. Esta vez no se trata de sus promesas de rentabilidad o de la falta de transparencia de sus cuentas, sino la contundentes afirmación en su publicidad de que "no te cobramos comisiones. Ninguna". Algo que no es del todo cierto, puesto que el banco holandés sí cobra por algunos conceptos. Pero en vez de llamarlas comisiones, como el resto de entidades, las califica de "gastos" para poder justificar su promoción, con la aquiescencia del Banco de España.