Continúa la pugna en Venezuela: Telefónica espera repatriar 1.367 millones

Telefónica lanzó el lunes un nuevo mensaje a Venezuela con la esperanza de poder repatriar 1.800 millones de dólares (unos 1.367 millones de euros) en forma de dividendos generados por su filial local, atrapados en el país caribeño por el control de cambios que realiza el Gobierno.

Telefónica reveló el pasado jueves que su beneficio neto subió en el primer semestre un 9,4% hasta 3.775 millones de euros, por encima de las previsiones de los analistas, debido al avance que supuso el negocio en América Latina, que logró compensar la caída de negocio en España. A pesar de ello, el responsable de finanzas de Telefónica en España, Santiago Fernández, dijo la semana pasada que las expectativas de repatriar sus dividendos procedentes de Venezuela "habían bajado desde principios de año".

Por su parte, el presidente de la filial de Telefónica en Venezuela, Juan Antonio Abellán, declaró ayer que la firma confía que "el Gobierno -que es quien tiene que aprobar la repatriación de dividendos- reconozca el esfuerzo que está haciendo Telefónica". Al mismo tiempo, agregó que la repatriación de dividendos "es un mensaje bueno para el mercado si Venezuela quiere que hayan otra inversiones extranjeras" en el país.

La sugerencia del ejecutivo de Telefónica contrasta con la estrategia del presidente venezolano, Hugo Chávez, que busca de instaurar su denominada "revolución socialista" y estatalizar los servicios telefónicos, considerados como estratégicos para la nación. En los últimos tres años, Telefónica ha logrado repatriar unos 550 millones de dólares de su filial venezolana, pero aún no ha recibido autorización para hacer lo mismo con los 1.800 millones de dólares que espera recuperar en esta ocasión.

Hasta antes de la devaluación decretada por Chávez en enero, Telefónica había acumulado cerca de 3.000 millones de dólares en efectivo en ese país al no recibir en los últimos años las autorizaciones para repatriar los dividendos. Al respecto, Abellán señaló que la situación "empieza a ser una preocupación, sobre todo para los más de 1,5 millones de accionistas" de la compañia.