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Botín, Alierta, Florentino y Monzón, los ‘magos’ de la autocartera
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TODOS HAN SABIDO SACAR TAJADA DE UN MERCADO EN HORAS BAJAS

Botín, Alierta, Florentino y Monzón, los ‘magos’ de la autocartera

La intervención de las empresas en el mercado abierto bursátil para comprar y vender acciones propias nunca ha sido del agrado de los reguladores ni tampoco

Foto: Botín, Alierta, Florentino y Monzón, los ‘magos’ de la autocartera
Botín, Alierta, Florentino y Monzón, los ‘magos’ de la autocartera

La intervención de las empresas en el mercado abierto bursátil para comprar y vender acciones propias nunca ha sido del agrado de los reguladores ni tampoco de muchos gestores, que ven en estas operaciones claros riesgos de alteración de los precios, sujetos en principio a la libre casación de oferta y demanda. Sin embargo, siguen siendo muchas las cotizadas que actúan sobre el mercado, bajo condiciones marcadas por la junta de accionistas tal como determina la ley, y algunas de ellas siempre con éxito.

 

Santander, Telefónica, ACS e Indra han cosechado beneficios, aunque estos no pueden contabilizarse en la cuenta de resultados y sí computados en reservas tras las modificaciones de la legislación contable de la última década, en todos y cada uno de los últimos cinco ejercicios (2005-2009). Una gestión especialmente acertada en un periodo convulso, volátil, y de enormes pérdidas y ganancias.

De todo el grupo, el campeón es la entidad que preside Emilio Botín, ya que en el periodo, además de no haber amortizado la autocartera cosechada, terminó con menos títulos en propiedad que cinco años antes, y con los siguientes saldos positivos en esos años (26,4; 9,6; 4,6 y 12,25 millones de euros respectivamente) y unos apoteósicos 321 millones el pasado ejercicio, terminando con sólo el 0,03% del capital en propiedad. Ha sido el único banco que consiguió ganar siempre, al margen de lo que hicieran los índices de referencia, y en pleno contraste con las pérdidas de 436 millones que sumó sólo en los tres últimos ejercicios el BBVA, la entidad que preside Francisco González, un ex agente de cambio.

La entrada en el juego bursátil por cuenta propia de ACS y Telefónica, capitaneadas por Florentino Pérez y César Alierta, tiene una razón de ser muy clara, que es la voluntad de generar autocartera para amortizarla, lo que algunos consideran otra forma de retribuir al accionista al reducir el número de acciones y por consiguente aumentar el dividendo por acción. En estos casos, obviamente sale penalizado el accionista que vende antes de que los gestores de “su empresa” deciden entrar en el mercado elevando la demanda de títulos y, por consiguiente, el precio. Cuando hay voluntad de amortizar la autocartera generada parece más sencillo ganar.

La empresa de Florentino Pérez, la más activa en esta materia, cosechó 146 millones de euros, que pasaron a engrosar sus reservas, en un periodo en el que la amortización de títulos propios superó los dos dígitos porcentuales. No obstante, el volumen acumulado este año, de casi el 5% del capital, arrastra en el momento actual una minusvalía latente de gran calado.

Por su parte, Telefónica, es el ganador en términos de beneficio absolutos, con más de 435 millones, aunque el último año, en el que su cotización subió un 20%, la ganancia con esta operativa sólo le proporcionó 102.000 euros.

Indra, presidida por Javier Monzón, consejero también de ACS, ha conseguido también ganancias en los cinco ejercicios, aunque siempre en cifras más moderadas, 9 millones de euros. Sin amortizaciones, aunque con entradas muy relevantes en su capital, como la de Caja Madrid, Indra superó el ciclo con una cotización más alta que la del comienzo, algo en lo que también muestran ACS y Telefónica, pero no el Santander.

Una práctica que no todas comparten

Los consejos de administración de las empresas cotizadas suelen aprobar los acuerdos sobre políticas de autocartera, en los que se regula la finalidad, las personas que pueden llevarla a cabo, los precios, los límites, cómo debe informarse al mercado, si es una medida de blindaje, etc.. No obstante, la irrupción en el mercado sigue siendo perturbadora y son muchas las empresas del Ibex que se abstienen de intervenir, incluso en momentos de hundimiento del mercado a causa del pánico.

Esta política de renuncia la siguen sociedades de la relevancia de Endesa, Ferrovial, Gamesa, Inditex, Mapfre y Acerinox, entre otras. Sin ser mayoritaria, tiene un gran peso. Técnicas Reunidas también sigue esta política, aunque la debacle de 2008 forzó su intervención en el mercado, saldada con beneficio. Hay otras empresas, como Iberia, que sometida a un proceso latente de fusión, se abstuvo durante el último ejercicio.

Las entidades intervinientes en el mercado lo hacen en cuantías diversas, pero en los casos tratados, son notables. A modo de ejemplo, el Santander adquirió en el ejercicio pasado más reciente un total de 1.236 millones de acciones, y vendió 1.298 millones de títulos propios. Cantidades muy elevadas si se tiene en cuenta que el capital total del banco está compuesto de 8.229 millones de acciones.

La intervención de las empresas en el mercado abierto bursátil para comprar y vender acciones propias nunca ha sido del agrado de los reguladores ni tampoco de muchos gestores, que ven en estas operaciones claros riesgos de alteración de los precios, sujetos en principio a la libre casación de oferta y demanda. Sin embargo, siguen siendo muchas las cotizadas que actúan sobre el mercado, bajo condiciones marcadas por la junta de accionistas tal como determina la ley, y algunas de ellas siempre con éxito.