Blesa le limpia Caja Madrid a Rato a costa de sacrificar el beneficio

Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid hasta el próximo día 28, ha hecho un gran favor a su sucesor, Rodrigo Rato: ha preparado la imprescindible limpieza del balance de la cuarta entidad financiera de España a costa de sacrificar los resultados de 2009, que se han desplomado un 68,4% hasta 265,8 millones de euros. Este hundimiento obedece a un fuerte aumento de las provisiones, "voluntarias pero necesarias" según Blesa, con las que hacer frente a la morosidad actual y futura, y al deterioro de los activos de la entidad.

"Siempre que llega un nuevo presidente a una entidad, hace limpieza del balance para situar el listón lo más bajo posible en el inicio de su gestión. En este caso, Blesa le ha hecho el trabajo sucio a Rato, cosa que éste tendrá que agradecerle siempre", explican fuentes de la entidad. El actual presidente aseguró ayer en la presentación de resultados que "es una actitud responsable hacer un gran esfuerzo este año que se nos reconocerá más adelante".

Blesa añadió que "podía haber arreglado esto, pero me aguanto con esta foto movida de mi salida porque espero que se me enjuicie por los 13,5 años que he gestionado Caja Madrid". En todo caso, negó haber pactado los resultados con su sucesor, del que dijo que será un gran presidente de la entidad, como no podía ser de otra forma.

Las provisiones dotadas en 2009 por la caja madrileña ascienden a 1.613 millones de euros, de los que 957 corresponden a provisiones exigidas por la normativa contable (es decir, obligatorias), 484 millones a provisiones cautelares y 172 millones a ajustes del valor de los activos. De esta forma, Blesa considera que deja la caja preparada para un 2010 que prevé muy difícil; "Puede que haga bueno a 2009", llegó a decir.

En cuanto a la morosidad, ha aflorado en diciembre más de 300 millones de euros de créditos dudosos subjetivos, que han sido considerados morosos por criterios de prudencia (la salida de mora de casi 100 millones deja el saldo del mes en un aumento neto de 227 millones). No obstante, las fuentes consultadas aseguran que la entidad tendrá que realizar más afloramientos de este tipo en los próximos trimestres y que la tasa de morosidad se situará claramente por encima del 5,43% en que ha cerrado el año. Además, la baja tasa de cobertura de esta morosidad (43,4%) probablemente forzará a la dotación de nuevas provisiones extraordinarias en el futuro.

Los tres retos de Rato

La contención de la morosidad será uno de los tres grandes retos a los que tendrá que hacer frente Rato cuando desembarque en Caja Madrid. Se espera un crecimiento generalizado de la mora en todo el sistema financiero, pero en la entidad madrileña puede ser especialmente acusado por su agresiva política comercial en los años del boom inmobiliario y del consumo. No obstante, la caja está realizando un notable esfuerzo para frenar las entradas de mora y para recuperar los créditos impagados, que le ha permitido reducir la tasa de mora entre junio (5,55%) y diciembre (5,43%).

En todo caso, "aunque la morosidad no aumentara, el calendario legal de provisiones requerirá fuertes dotaciones en 2010 de la mora declarada hasta ahora", reconoció Blesa.

El segundo gran reto es la reorganización de la cartera de participaciones de la caja, que le han generado unas pérdidas de 143,4 millones en 2009 por puesta en equivalencia (la parte que le corresponde por su participación en las pérdidas de estas empresas). Además, acumula fuertes minusvalías latentes en las compañías cotizadas. "Consumen muchísimos recursos propios, que son clave en estos momentos para las entidades y que hay que destinar al negocio bancario", señaló Blesa, dando a entender que es inevitable vender algunas participaciones aun a costa de asumir pérdidas.

Por último, Rato tendrá que incluir a Caja Madrid en el proceso de fusiones en que se encuentra el sector de cajas en España. "La caja tiene que estar necesariamente en ese proceso, que hemos estudiado al dedillo y en el que conocemos muy bien todas las opciones", añadió Blesa, que justificó no haber tomado ninguna iniciativa hasta ahora "porque no nos corresponde a nosotros, sino al nuevo consejo". Ahora bien, aseguró que el retraso provocado por las convulsiones internas de la entidad no le ha hecho perder ninguna oportunidad.