Mónica Vidal (ex N+1) ficha por JP Morgan como responsable de gestión alternativa en Latinoamérica

Mónica Vidal, que fue responsable de la unidad de gestión alternativa de N+1 cerrada hace unos meses, ha fichado por JP Morgan Banca Privada como responsable de gestión alternativa para toda Latinoamérica con base en Nueva York. Este movimiento confirma las pobres perspectivas del negocio de hedge funds en España, así como la salida de nuestro país del talento que consiguió reunir este negocio con las brillantes expectativas de hace un par de años, que posteriormente no fueron confirmadas por la realidad.

La unidad de gestión alternativa de N+1, Apeiron, fue una de las apuestas más innovadoras por la gestión alternativa en España, con una alianza con la firma británica especializada IAM y dos mujeres al frente: Mónica Vidal y Mariví Lorente. La segunda hace meses que se desvinculó de la gestora, que decidió suprimir su fondo de fondos Nmas1 Gestión Alternativa en octubre del año pasado, afectado por la durísima crisis que sufrían entonces los mercados y la retirada masiva de patrimonio por parte de unos inversores presa del pánico. Ahora lo hace la segunda, que desde entonces actuaba como asesora de los clientes de la gestora tradicional de N+1.

Vidal se incorporará a JP Morgan el 1 de octubre, dentro de un grupo llamado Alternatives, que incluye hedge funds, private equity e inversión inmobiliaria. Su función no será ya el análisis y selección de fondos, sino el asesoramiento a los clientes latinoamericanos de banca privada de nivel muy alto -ultra high net worth individuals- para su inversión en este tipo de productos. El banco norteamericano basa este negocio en la arquitectura abierta -ofrecer productos de terceros buscando el más adecuado para cada cliente- y tiene 33.000 millones de dólares gestionados dentro de la unidad Alternatives.

La decepción de los fondos de hedge funds en España

La situación de N+1 no es una excepción, sino la regla: la mayoría de las grandes entidades han suprimido sus productos o han reducido al mínimo su oferta ante la falta de patrimonio (salvo algunas firmas independientes como Altex, A&G, Renta 4, Riva y García o ICR, o Banif, que ha reconvertido sus productos tras el escándalo de Madoff), en parte porque estos productos no han cumplido con su objetivo teórico de ganar dinero en cualquier entorno de mercado, y en parte por la escasa promoción de los mismos por parte de bancos y cajas, que preferían comercializar depósitos o productos estructurados. Sin olvidar el enorme retraso con que se aprobó la normativa de los hedge funds en España, que hizo que debutaran en el peor momento posible. La gran ironía es que ahora este mercado empieza a despegar de nuevo: el segundo trimestre de 2009 ha sido el mejor en nueve años.

Prácticamente desaparecidos los fondos de fondos, sólo quedan ya los hedge funds puros -en el que un gestor, normalmente famoso y reputado, maneja el dinero siguiendo una estrategia direccional o de arbitraje de una forma muy personalista-, en su mayoría independientes que también luchan por mantenerse en pie en la crisis buscando inversores fuera de nuestras fronteras. Los resultados de estos productos españoles -Valorica, BBVA&Partners o Cygnus- han sido bastante buenos pese a la crisis.